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CÓMIC

Eternals devuelve a Kirby la gloria que merece

La película de Marvel ha puesto en valor una de las figuras más importantes del cómic, Jack Kirby, conocido en el noveno arte como King Kirby.

Eternals devuelve a Kirby la gloria que merece

El reciente estreno de Marvel, Eternals, ha conseguido recuperar a uno de los más grandes talentos del mundo del cómic, Jack Kirby. Eclipsado por la figura de Stan Lee estos últimos años debido al foco que las películas han colocado en él, pocos conocen que los más importantes iconos de Marvel salieron de sus manos y de su cabeza, puesto que Kirby es el autor total, capaz de escribir y dibujar sus propias historias. Capitán América, Los 4 Fantásticos, Los Vengadores, Iron Man, Hulk, los X-Men y, por supuesto, Eternals figuran entre sus creaciones. En una carrera llena de obstáculos este neoyorkino de origen judío pasó de una editorial a otra sin renunciar a sus ideas y logrando tanto la admiración de sus colegas como del público, aunque la relación con sus editores siempre fue tensa.

Jacob Kurtzberg nace en 1917 en Manhattan en una familia de inmigrantes austriacos con escasos recursos, de hecho toda la familia dormía en la misma cama. Su infancia en el duro Lower East Side y la necesidad de ponerse a trabajar desde niño le marcan para siempre, forjando una cultura del esfuerzo y un carácter inquebrantable que le llevará a no doblegarse ante nada y ante nadie. En su adolescencia se vio envuelto en líos con la justicia y muchos de sus compañeros de pandilla en el barrio terminaron convirtiéndose en gánsteres, un mundo por el que sentía atracción.

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Sus inicios

Sus inicios profesionales como dibujante son en el estudio de Max Fleischer en 1935, que era el encargado de animar los dibujos de Popeye y Betty Boop. Un año después da el salto a las tiras de los periódicos, un formato de éxito entonces, y entra en el Lincoln News Syndicate, donde realiza caricaturas de políticos.

Como el sueldo era escaso y ya por entonces Kirby era un hombre de familia, compatibilizaba trabajos para Eisner&Iger, estudio que era propiedad de otra leyenda del cómic, Will Eisner, con el que forjaría una buena relación. Allí realizaba cómics de diferentes géneros bajo varios seudónimos: Jack Curtis, Fred Sand y Curt Davis.

En 1938 inicia una nueva aventura en el Fox Features Syndicate, que eran pioneros en el cómic de superhéroes, allí conoce a Joe Simon, con el que formaría pareja creativa durante más de una década. Cuando este último se marchó a Timely Comics, el germen de la futura Marvel, Kurtzberg siguió trabajando con él bajo el seudónimo de Jack Kirby, nombre que empleaba para no ser despedido de su otro trabajo. Según unas versiones tomó el apellido de sus ilustradores favoritos, Rollin Kirby; para otros la fuente de inspiración le vino del cine negro de gánsters.

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Capitán América

Simon convenció al editor de Timely, Martin Goodman, de que metiera en nómina a Jack y tras entrar formalmente en la compañía cosecharon en 1941 su primer gran éxito: Capitán América. Pero ahí empezaron los problemas con la futura Marvel, los creadores se sintieron engañados al no recibir parte de los beneficios prometidos y empezaron a negociar con su rival, National Comics Publications (origen de DC). Cuando Goodman se enteró los echó a la calle, según algunas fuentes el chivatazo le llegó por medio de su primo político, un tal Stanley Martin Lieber, que en un futuro sería conocido como Stan Lee. Lo que si es cierto es que Kirby y Lee se conocieron en esta etapa.

Su época en National fue de gran esplendor creativo, figuras como Manhunter nacen durante estos años, pero la II Guerra Mundial rompe sus vidas y ambos son llamados a filas, si bien deja adelantado material para publicar durtante un año. A pesar de ser ya un conocido cartoonist, no consigue un destino sencillo y es seleccionado para la marina, aunque en el último momento logra pasarse a infantería.

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La II Guerra Mundial

Kirby fue destinado al frente Occidental y forma parte del ejército americano que libera la parte norte de Francia. Su carácter y sus dotes para el dibujo le convierten en explorador del ejército de Patton. Allí se distingue por sus bocetos tras las líneas enemigas y por ser uno de los primeros americanos en descubrir los horrores de los campos de concentración (Natzweiler-Struthof): “Había en su mayoría mujeres y algunos hombres. Parecía que no habían comido desde hace no sé cuánto tiempo. Eran escasos. Sus ropas estaban hechas jirones y sucias. A los alemanes no les importaba nada. Acaban de dejar el lugar…”

A finales de 1944 le tocó ser parte de las tropas que soportaron la ofensiva alemana de las Ardenas. En ese tiempo contrae la enfermedad denominada pie de trinchera, que se produce por falta de alimentación, frío extremo y humedad. Tras unos meses de recuperación fue licenciado el 20 de julio de 1945.

La experiencia en Europa marcaría su idea del bien y del mal.  Kirby ya había creado antihéroes icónicos del cómic como Cráneo Rojo, pero a partir de ahora muchos de sus malvados tendrían una pulsión autoritaria y unas ideas supremacistas (Barón Zemo, Doctor Muerte, Darkseid...).

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Los años oscuros

Cuando Kirby y Simon volvieron a casa, los Estados Unidos había cambiado, el trauma de la guerra y el miedo al comunismo habían empujado al cómic de superhérores al ostracismo. A eso se unió una férrea censura sobre todo lo publicado que llevó al cierre de muchas editoriales. Kirby, bajo la tutela de Simon, fue probando con diferentes editoriales e incluso llegó a fundó su propio sello: Mainline Publications. Aquí crea Foxhole, un cómic bélico de corte realista del que formaron parte excmbatientes. En esta época tuvo que dedicarse a todo tipo de géneros: romántico, infantil, serie negra, ciencia ficción… Su producción se vuelve estajanovista, trabajando hasta 14 horas al día. Simon, que no ve futuro en la industria, decide cambiar el mundo del cómic por la publicidad y la pareja creativa se rompe tras 15 años. Atlas, nuevo nombre de National (DC), triunfaba con personajes como Superman y Batman, mientras Kirby seguía creando series: Challengers of the Unknown, Sky Masters of the Space Force, The Creaturare From Korgarr y The Escape of Monsteroso.

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Vuelta a Marvel

Empezada la década de los 60 y con DC a punto de lanzar su Liga de la Justica, Stan Lee recibió el encargo de crear un grupo de superhérores con el que hacer frente a los de la editorial ‘enemiga’. Marvel, que pasaba entonces por un momento complicado, lo fio todo a la pareja creativa Lee-Kirby. Su primer trabajo, Los Cuatro Fantásticos (1961) fue todo un éxito entre el público y dio carta libre para que la pareja diera rienda suelta a su talento. Los Vengadores (1963), Hulk (1962), Iron Man (1963), Nick Fury (1963), Black Panther (1966), Thor (1962), Ant-Man (1962), X-Men (1963), Silver Surfer (1966), Daredevil (1964)… los grandes iconos de Marvel son fruto de esa época.

La forma de trabajar de aquella época da más valor a la labor creativa de Jack, puesto que Stan Lee solo le daba un esbozo de lo debía ocurrir en cada número. Era Kirby quien desarrollaba la narrativa y el dibujo de cada episodio. Y a posteriori se añadían los diálogos, de tal forma sobre él recaía la parte más creativa del proceso.

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De nuevo en DC

Kirby, que no se sentía recocido al nivel de Stan Lee, decidió pasarse de nuevo al enemigo a principios de los setenta. En esta época su obra estaba muy influenciada por las ideas del origen extraterrestre de la vida en la Tierra que sustentaba el polémico Erich von Däniken y el miedo a un holocausto nuclear. En la primera línea esta su legendaria saga Cuarto Mundo, en la que creaba una nueva mitología, mientras que Kamandi (1972) reflejaba los terrores atómicos en una tierra donde los animales habían cobrado inteligencia y los humanos eran reducidos a esclavos. En estos años etapa crea a Darkseid, quien sería el antagonista por antonomasia de Superman y de la Liga de la Justicia.

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Y otra vez a Marvel

En 1976 regresa por tercera vez a Marvel, como no tras discrepancias creativas con DC. En esta ocasión vuelve con total libertad y desarrolla algunas de las ideas que había esbozado ya en DC en los Nuevos Dioses. Surge así una nueva línea en Marvel, Eternals, en la que las ideas de los antiguos astronautas extraterrestres como guardianes y evolucionadores de la raza humana son plasmadas en sus páginas con gran esmero. Los escenarios y los planteamientos de sus primeros números coinciden casi al pie de la letra con lo que describe Erich von Däniken en Recuerdos del futuro. Durante tres años dio forma a nueva cosmología en Marvel, pero desencantando se pasó en 1979 al mundo de la animación en Hanna-Barbera. Allí estuvo al cargo de la serie The Fantastic Four, coincidiendo de nuevo con Stan Lee, que era quien se encargaba de los guiones.

En los 80 volvió puntualmente a realizar algún trabajo en editoriales independientes e incluso colaboró con DC en algunas nuevas historias de Cuarto Mundo. Formó parte del engaño con el que la CIA logró rescatar a seis diplomáticos en Irán bajo el pretexto de hacer una película. Los bocetos que se presentaron eran suyos. Ben Affleck haría una película con este hecho.

Su última batalla, que ganaría después de fallecer (1994), sería por los derechos y originales de su producción en Marvel. De estos últimos la casa de las ideas le devolvió una parte insignificante de su producción, pero sus herederos lograron un acuerdo amistoso por el que percibieron una suma no revelada a cambio de renunciar a futuras acciones.

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Estilo e influencias

La aportación de Kirby al mundo del cómic fue mucho más allá de un estilo gráfico muy personal y difícil de recrear, además este estaba muy condicionado por sus entintadores. De entre ellos destacan Joe Sinnott (Los Cuatro Fantásticos), quien redondeaba las formas y las embellecía, Vince Colleta (Thor) que era famoso por simplificar los fondos, Chic Stone (X-Men), que suavizaba los dibujos, y Mike Royer (Kamandi, Eternals, 2001, Demon…), que es quien más respeta la esencia del dibujo original de Kirby. Pero más allá de su estilo gráfico su influencia se traslada al mundo narrativo ya que cambia por completo el panorama del cómic dotando a sus protagonistas de un aura de fragilidad y de una continuidad temporal, los hechos que se narran forman parte de un universo más grande que interactúa con otras colecciones.

Dentro del mundo del cómic son famosos los ‘Kirby Dots’, unos puntos gruesos negros agrupados alrededor de las figuras y que transmitían al lector la idea de energía y poder. Aunque su origen se circunscribe al Fantastic Four #46 de enero de 1966, ya hay constancia de un temprano uso a principios de los 40 en Blue Bolt #5.

Kirby ha sido un modelo a seguir por muchos de los dibujantes y guionistas de cómics, pero su estilo ha traspasado las fronteras del noveno arte y artistas, como el famoso pintor español Oscar Seco, no ocultan su admiración en algunas de sus obras.

Alan Moore, otra de las grandes figuras del cómic, reconoce abiertamente su pasión por el neoyorkino: “Jack Kirby supuso una influencia en mi obra. Es una especie de comprensión de que así es la forma en que se debían hacer los cómics.”