Todas las películas de Spider-Man ordenadas de peor a mejor [2021]
Con motivo de Spider-Man: No Way Home, seleccionamos desde las películas de Tobey Maguire hasta las de Holland y Spiderverse, ¿cuál es la mejor película de Spider-Man?
Spider-Man es uno de los superhéroes más importantes de todos los tiempos, una figura nacida en 1963 de la mano e Stan Lee y Steve Ditko capaz de generar más de 387 millones de dólares a través de sus más de 13.500 números; un superhéroe que tiene también un largo recorrido en los videojuegos, que gusta y que congenia con ambos públicos. Por eso es un personaje transmedia, porque se sabe adaptar a todo tipo de formato cultural. La expectación por la inminente Spider-Man: No Way Home elimina cualquier atisbo de duda: está llamada a convertirse en el mayor fenómeno cinematográfico desde Vengadores: Endgame.
El hombre araña, tanto Peter Parker como también Miles Morales, han sacado a Marvel de varios apuros; tanto en la línea argumental principal gracias a arcos argumentales inolvidables entre grapas, como también la representación Ultimate, cuyo calado fue tal que todo terminó conjugándose en un mismo espectro canónico. El cine, que es el hoy protagonista, ha acontecido a nada menos que dos reinicios, un total de tres picaduras, más una película de animación excelsa llamada Un nuevo universo.
Desde Tobey Maguire pasando por Andrew Garfield y Tom Holland, Spider-Man ha hecho cerca de una decena de incursiones en el cine moderno; desde la saga inicial de Sam Raimi hasta el actual entramado del trepamuros en el Universo Cinematográfico de Marvel. Hay muchas visiones distintas, todas ellas igual de válidas, pero no todos los largometrajes han sido igual de memorables. En este reportaje vamos a repasar de peor a mejor todas las películas de Spider-Man hasta la fecha y dónde podéis verlas actualmente. Y vosotros, ¿con cuál os quedáis?
8. The Amazing Spider-Man 2: El poder de Electro
La segunda parte (y última) de The Amazing Spider-Man fue un quiero y no puedo. Tras los cimientos de la obra original de 2014, el equipo de Marc Webb se arriesgó en su propósito por incluir nada menos que dos grandes protagonistas; algo que ya vimos en la tercera de Raimi. De nuevo, salió mal. El poder de Electro se hace muy larga (142 minutos) por querer abarcar tanto y contar, en realidad, las cosas con tantos altibajos de ritmo.
Su recepción en taquilla fue muy modesta, afectada por unas críticas especializadas que no invitaban al optimismo. El elenco de actores, al igual que el original muy bien elegido, se ahogó por su abundancia excesiva de personajes. Andrew Garfield se supo mucho más cómodo en la figura de Parker y en el papel de Spider-Man, lo cual es sensacional y le permitió ganarse muchos adeptos. Había potencial de sobra para una tercera parte definitiva; el problema es que una película es mucho más que solo su protagonista.
Si nos tuviésemos que quedar con algo, seguramente esta película sea recordada por servir como fiel homenaje a Gwen Stacy, con una Emma Stone para quitarse el sombrero. ¿Lo demás? Electro, muy mejorable, o un final que por muchas veces que lo veas sigue dando la sensación de ser apresurado, como si le faltase tiempo... a pesar de haber dedicado 120 minutos antes. Fallaron muchas cosas y derrochó talento.
7. Spider-Man 3
Spider Man 3 fue, sin duda, una oportunidad perdida. La introducción por fin de Venom cono eje vertebrador de la historia del final de esta trilogía era potente sobre el papel al presentar el impacto del simbionte en la personalidad de Peter, pero no se materializó como es debido. Su ritmo fue irregular y se desaprovechó absolutamente el arco iniciado desde el final de la primera película con Harry Osborn, cuyo giro en esta película sigue siendo difícil de entender.
Esta tercera parte de la saga de Raimi, publicada en cines en 2007, fue un éxito en taquilla; no era para menos, con tanto e éxito internacional del personaje y aun digiriendo la excelente Spider-Man 2 de 2004. Pero no. A pesar de tener muy buenas secuencias en momentos clave, las subtramas se terminaron cargando lo más importante.
La sensación de decepción fue total y, con el tiempo, todavía más agravado al cancelarse la cuarta parte. En caso de haber existido un Spider-Man 4 de Raimi, quizá la redención de algunos personajes se hubiese cerrado por lo alto, entendiéndose entonces esta tercera como la primera parte de algo más. No lo hubo. Nos quedaremos con las ganas de saber cómo hubiese evolucionado Maguire, un actor con actores y detractores casi a partes iguales.
6. The Amazing Spider-Man
El reinicio del personaje en 2012 con The Amazing Spider-Man dio lugar a todo tipo de opiniones porque, en cierto modo, era inevitable comparar a Andrew Garfield con Tobey Maguire; aun siendo totalmente distintos. The Amazing Spider-Man fue dirigida por Marc Webb, cuya visión de Parker era, en cierto modo (y por paradójico que resulte por la nomenclatura) mucho más parecida a la de Bendis con Ultimate en los cómics. Esta vez es Gwen Stacy (Emma Stone) el amor platónico, y es eso seguramente lo mejor de la cinta: la sinergia entre ambos. Funcionó de maravilla.
Ahora bien, regresar a la picadura de la araña no valía de cualquier manera, comenzando por la selección de Lagarto como villano. Falta de carisma, falta de desarrollo... fue imposible empatizar con él y sus motivaciones; lejos de los Norman Osborn y Otto Octavius de Raimi.
The Amazing Spider-Man fue, en realidad, difícil de justificar en su contexto. Necesitábamos algo más, aunque no fue una mala película. Oscuridad bien transmitida, pero su drama quedó inconcluso; no te terminas de creer lo que sucede. Como carta de presentación fue simplemente notable, solo que faltaron riesgos. Cuando depositas todo tu esfuerzo es desarrollar la relación sentimental de dos personajes y pasas por alto otros elementos esenciales del superhéroe (chapó por la escena del puente, faltaría más), la sensación agridulce es absolutamente inevitable. Recomendada, pero su secuela solo empeoró las cosas.
5. Spider-Man: Homecoming
Llegamos al inicio de la etapa de Tom Holland, el joven actor británico que, para más inri, va a seguir teniendo cara de niño seguramente incluso en la treintena. Y eso no tiene nada de malo, pero sí es importante adecuar al actor a su papel más conveniente. ¿La decisión? Volcarse con un Spider-Man muy joven, inexperto, con las preocupaciones de un adolescente y un sentido del humor que, al menos por ahora, se está compaginando muy bien con el drama.
Spidef-Man: Homecoming llegó en 2017, pero ya conocíamos a este Spider-Man. Al ser la visión de Jon Watts (producida por Jon Favreau) en el Universo Cinematográfico de Marvel, concretamente con su debut en Capitán América: Civil War, ya sabíamos que este no era un superhéroe senior, sino junior; de los que tiene todavía que tropezar antes de ser el capitán de una eventual nueva unión de vengadores en las Fases 4 y 5. Homecoming es inocente, es tierna, pero también consciente.
El reparto es digno de Hollywood: Zendaya, Marisa Tomei, Michael Keaton, el propio Holland... Al ser un segundo reinicio y habiendo tratado la oscuridad del personaje con Garfield, aquí se optó por el color, la diversión y el toque más infantil. Esto, como podéis imaginar, despertó opiniones para todos los gustos. Pero Holland fue Holland, y eso ha facilitado que, al ser un tipo adorado por las grandes masas, se haya dado el beneficio de la duda en esta película.
Lo mejor de la cinta es Keaton, que hace las veces de padre de uno de los potenciales amoríos de Parker y de villano, El Buitre. No tuvimos la cuarta de Raimi, que iba a contar con El Buitre, uno de los villanos más veteranos e insistentes del cómic; sin embargo, aquí de estableció como uno de los enemigos más carismáticos de toda la serie. Sublime. No se nos ocurre un actor mejor para este papel. Es difícil no salir del cine con cierta sonrisa al ver esta película si te gusta el trepamuros, aunque le faltó ese cariz épico que arañase la excelencia. ¿Qué faltó? Faltó riesgo, estar al nivel de lo que nos había acostumbrado el UCM ese último lustro desde Vengadores. No en vano, Homecoming salió airosa.
4. Spider-Man
La película que lo inició todo. Sam Raimi a los mandos para llevar al hombre araña de Marvel Cómics a la gran pantalla. No era un momento cualquiera. Después de una década de auténticas penurias para la Casa de las Ideas tanto en ventas como en el desarrollo de muchos de sus personajes más importantes, la licencia estrella de Stan Lee y Steve Ditko revivió en las salas de cine poco después de que Brian Michael Bendis diese un golpe sobre la mesa con Ultimate Spider-Man, lo que iniciaría el universo paralelo moderno a modo de reboot con nuevas energías.
Spider-Man, protagonizada por Tobey Maguire, llegó rodeada de escepticismo, pero también lo hizo abriendo las puertas a millones de jóvenes que crecían en aquel entonces sin un ídolo claro en forma de superhéroe. X-Men, Hulk y otros tantos, la mayoría de parte de Sony, se abrían hueco en el séptimo arte, pero fue Spider-Man el detonante de un fenómeno del que ahora no concebimos su ausencia en el ocio digital; bien sean películas o series.
El paso de los años ha perjudicado a algunos de los efectos especiales de Spider-Man; aunque lo cierto es que lo esencial, lo importante, se mantiene. Porque todos los componentes de la película suman y aportan los suficiente para que ahora, casi veinte años después, continuemos recordando algunas de sus escenas como si las hubiésemos visto por primera vez ahora. J. K. Simmons sensacional en el papel de Jameson; WIllem Dafoe soberbio como el Duende Verde y Tobey Maguire creyéndose la figura a la que representaba. El papel interpretado por Maguire es reconocible con la personalidad de “pringado” que dibujaron Stan Lee y Steve Ditko, pues John Romita, que tomaría el relevo en 1966, hizo que Parker fuese más popular en su universidad.
Hay elementos achacables a esta película, está claro. Pero fue la primera, la que arriesgó tanto en idea como en reparto, y logró establecer las bases de una trilogía para el recuerdo. Su inicio y, sobre todo, su final, forman una película que cerró muy bien aquello que dijo el tío Ben: entender la responsabilidad de ser Spider-Man, con todo lo que conlleva.
3. Spider-Man: Lejos de casa
Estrenada en julio de 2019 con Jon Watts en la dirección, esta secuela producida por la pareja de Kevin Feige y Amy Pascal fue más equilibrada que la original de esta etapa en el Universo Cinematográfico de Marvel. Al igual que con Raimi, olvidarse de explicar la picadura de la araña nos permitió ver a un Tom Holland más maduro, al igual que a Zendaya como MJ o Jacob Batalon como Ned.
Es importante entender el contexto en que se sitúa Spider-Man: Lejos de casa y por qué es, en cierto modo, una especie de spin-off para el UCM, por mucho que sea completamente canónica e importante para el Parker de este universo. Nos encontramos ocho meses después de Avengers: Endgame, antes de iniciar lo que ahora entendemos como la Fase 4; así que Marvel decidió dar un respiro a los aficionados con este viaje a Europa de vacaciones para… descansar. Simplemente eso, asimilar la pérdida de un ser querido y cambiar de aires.
Pero esos aires terminaron siendo algo más movidos de lo previsto. Y es ahí donde entra en juego la investigación de una tormenta interrumpida por Quentin Beck, el Dr. Ludwig Rinehart: Mysterio. Tras momentos estelares en el cómic y apariciones como villano principal en videojuegos como Spider-Man: Mysterio's Menace (GBA, 2001), lo cierto es que el papel de Jake Gyllenhaal estuvo muy bien. A diferencia de Homecoming, donde hubo momentos valle, aquí el tiempo se aprovecha mucho mejor y tenemos escenas verdaderamente espectaculares. No falló el guion (aunque la primera mitad de la película es muy mejorable), vimos a un Holland muy entero, a una Marisa Tomei como Tía May de nuevo más que notable y unas críticas que hablan por sí solas, con un índice de aprobación del 90% en Rotten Tomatoes. Con Spider-Man 3 prevista para este 17 de diciembre, todo invita a pensar que —tras el final de Lejos de casa— nos espera un tercer episodio realmente interesante.
En este artículo os hablamos de todas las apariciones de Mysterio en los videojuegos.
2. Spider-Man 2
Considerada por prácticamente todos como la mejor película de la trilogía de Sam Raimi, esta secuela mejoró en casi todo a la original. Se estrenó en 2004, dos años después de la primera, pero esta vez no hubo que preocuparse por perder parte del metraje en explicar el origen de todo. El público supo cómo terminó la primera parte y lo que ello supuso en la figura de Harry Osborn, así que la sed de venganza ante la figura de Spider-Man fue el leitmotiv de esta producción, que no el único. Los tintes de drama, acompañados de mucha acción, una banda sonora capitaneada por Danny Elfman y escenas para el recuerdo —como la del tren, que supone para el personaje mucho más que una mera secuencia de tensión—, nos dejaron con un Alfred Molina en uno de sus mejores papeles de siempre.
El Doctor Octopus, codeando en esta película con las mejores representaciones del cómic de The Amazing Spider-Man. Un personaje con motivaciones y convicciones, un personaje con el que empatizabas porque sabías desde el comienzo de la película qué podía llevarle a actuar como lo hizo. Asimismo, tenemos a un Peter Parker que no pierde protagonismo, que compagina la vida del protector de toda Manhattan con una vida repleta de vicisitudes económicas y conflictos amorosos. Una cinta con tres arcos argumentales muy bien narrados y conectados. Spider-Man 2 es una película imprescindible para cualquier aficionado al hombre araña.
1. Spider-Man: Un nuevo universo (Spider-Man: Into the Spider-Verse)
Una auténtica joya del cine de animación. Bob Persichetti, Peter Ramsey y Rodney Rothman demostraron no solo directores a la altura de las circunstancias con esta producción de Sony Pictures y Marvel Entertainment, sino también entender como pocas veces hemos visto la importancia de esa máscara y el papel del personaje. Es un homenaje a Miles, pero también una declaración de respeto y cariño al superhéroe.
Publicada en diciembre de 2018, la película nos puso en la piel de Miles, un joven adolescente de Brooklin con los complejos típicos de un adolescente norteamericano, admirador hasta la médula de Spider-Man; al que sus padres consideran una amenaza. Pero llegó la picadura, y eso es lo de menos, porque lo importante ahora pasaba por integrar esas habilidades y servir como nuevo Spider-Man tras la muerte del original. Bueno, en realidad no es todo tan sencillo, pues la cinta integró el concepto del multiverso de forma muy particular, añadiendo a personalidades muy diferentes con el denominador común de ser poseedores de ese nombre.
El resultado general, aderezado por unas animaciones que quitan el hipo, una gama cromática de relumbrón y música con temas expresamente creados para la ocasión, como Sunflower, de Post Malone y Swar Lee, hacen que el resultado sea excelso. Una película inolvidable, puro cómic en movimiento. Estamos deseando que llegue la confirmada segunda parte en 2022. Un Premio Oscar a Mejor película de Animación bien merecido.
- Aventura
- Acción
En Spider-Man para PlayStation 4 encarnarás al superhéroe más emblemático del mundo y usarás las habilidades acrobáticas, la improvisación y las telarañas que han hecho famoso al trepamuros. Además, encontraremos en él elementos jamás vistos en un juego de Spider-Man. Desde cruzar la ciudad haciendo parkour y usando el entorno hasta un sistema de combate novedoso y escenas nuevas de superproducción... Este es un Spider-Man como nunca antes habías visto. Marvel e Insomniac Games se han unido para crear una historia de Spider-Man completamente nueva y auténtica.