Six Days in Fallujah: las claves de la polémica del juego ambientado en la Guerra de Irak
El juego fue cancelado por Konami hace una década, pero su resurrección en 2021 ha traído consigo los mismos dilemas morales.
La Guerra de Irak comenzó en 2003, año en el que Estados Unidos y sus aliados internacionales invadieron el país bajo el pretexto de que el régimen dictatorial de Sadam Hussein tenía armas de destrucción masiva. El 21 de octubre de 2011, el entonces presidente norteamericano, Barack Obama, anunció la retirada de las tropas de ese territorio. Six Days in Fallujah, un videojuego que ha regresado al foco mediático en la actualidad, fue cancelado antes de esa fecha. Habida cuenta de que se trataba de un conflicto real y muy próximo en el tiempo, la polémica no tardó en emerger. En aquella época, Konami era la empresa que se iba a encargar de publicarlo, pero después de analizar la situación se echó atrás. El proyecto quedó en el limbo, aunque Victura Games lo ha rescatado y está dispuesto a comercializarlo de nuevo. Una década después, la polémica está lejos de disiparse. ¿Cuáles son los motivos?
Atomic Games, la desarrolladora original, se descompuso tras la cancelación del proyecto, aunque Victura ha sido fundada por Peter Tamte, el que fuera consejero delegado del equipo original. El desarrollo ha pasado a manos de Highwire Games, un pequeño estudio que está desarrollando el proyecto con los sistemas actuales en mente. Para entender lo que ocurre en el presente es importante repasar los hechos del pasado, porque son prácticamente iguales.
En el año 2009, Konami informó sobre su decisión de no lanzar Six Days in Fallujah: “Tras analizar la reacción en Estados Unidos y conocer la opinión sobre el juego a través de las llamadas de teléfono y los emails, hemos determinado no venderlo”.
Los argumentos que utilizó Atomic Games para defender su producción no fueron muy distintos de los que esgrimen en la actualidad. Tamte sostenía que “cualquier tipo de medio ha crecido produciendo contenidos sobre sucesos reales”, aquellos cuyo potencial reside en su relevancia. “Las películas, la música y la televisión han ayudado a que la gente conozca los temas complejos de nuestra época. ¿Sólo somos fabricantes de juguetes de alta tecnología o somos empresas de comunicación capaces de producir contenidos tan relevantes como las películas, la música y la televisión?”.
¿Distintas perspectivas o solo la norteamericana?
La cuestión es que toda historia tiene distintos prismas. Sin embargo, en Six Days in Fallujah manejamos a marines norteamericanos, de modo que vivimos la historia desde ese punto de vista durante la mayor parte del tiempo. En aquel proyecto original, Tamte dijo que cuando los soldados volvieron de Irak, algunos les pidieron “contar su historia a través del medio más importante”: se refería a los videojuegos. “Six Days in Fallujah no trata sobre si los EE.UU. y sus aliados deberían haber invadido Irak. Es una oportunidad para que el mundo conozca las historias reales de la gente que luchó en una de las mayores batallas urbanas del mundo del último medio siglo”. Los creadores del títulos aseveran aún ahora que la idea no es indagar en los porqués, sino reflejar las historias personales de los protagonistas que han compartido sus vivencias.
El concepto de juego no ha variado demasiado. En la nota de prensa en la que se anunció su regreso, el equipo recogió las declaraciones de Eddie García, uno de los soldados heridos durante la batalla: “A veces, la única forma de entender la verdad es experimentar los hechos por ti mismo”, comentó el sargento, el mismo que propuso el proyecto original. “La guerra está llena de decisiones duras y poco certeras que son difíciles de entender si las vemos por televisión o en una película, donde ya toman las decisiones por ti”. Los videojuegos pueden darnos una nueva perspectiva de los eventos que ocurrieron en la realidad de una forma que otros medios no pueden enseñarnos”. Ahora se añade que además de los soldados, personas civiles han intervenido en el proceso creativo con sus historias personales, fotografías y grabaciones en vídeo. La parte jugable se complementará con un documental.
La crítica principal que ha imperado es que el contenido va a estar sesgado y muy a favor de los intereses de los Estados Unidos, ya que todo parece indicar que el foco va a estar centrado en los marines. Victura recuerda que “múltiples países” formaban parte de las fuerzas de la ciudad. Defienden que en el juego habrá “algunas misiones de sigilo de mucha intensidad”, en las que podremos encarnar a un civil iraquí. La editora ha negado además que el proyecto sea una herramienta propagandística al servicio del Gobierno norteamericano o un método de reclutamiento: “El Gobierno estadounidense no está involucrado en el juego y no hay planes de usarlo para reclutar”, mencionaron. "Los Marines, soldados y civiles iraquíes que nos han ayudado lo hacen como ciudadanos, el juego está siendo financiado de manera independiente”.
La política como parte inherente del videojuego
Otro de los problemas es que al igual que en el pasado, el equipo liderado por Peter Tamte ha tratado de eludir que del videojuego emanen temas políticos. Este aspecto concreto afecta a muchas compañías del sector como Ubisoft o Activision, que han dicho por activa y por pasiva que sus juegos son simples productos de entretenimiento que no pretenden ir más allá de eso. “Para nosotros como equipo [el juego sirve] para ayudar a la gente a entender la complejidad del combate urbano. Trata sobre las experiencias de este individuo que está ahí por razones políticas. Y queremos mostrar cómo las decisiones que hacen los políticos afectan a las decisiones que [un marine] necesita tomar en el campo de batalla”, pero sin cuestionar esas decisiones políticas. Tamte ha dicho no estar interesado en “realizar un comentario político” dentro del marco de la reflexión de si ir a la guerra fue una buena o una mala idea.
Como cabía esperar, las redes sociales respondieron, e incluso algunos creativos importantes como Rami Ismail o Neil Druckmann se manifestaron al respecto. El director creativo de The Last of Us Parte 2 declaró que si un videojuego trata temas serios estamos hablando de un producto político. “Si eso es problemático, crea un título diferente”, remató. Poco tiempo después, Victura reaccionó reconociendo que, en efecto, la obra tiene tintes políticos: “Entendemos que los eventos recreados en Six Days in Fallujah son inseparables de la política”, aunque continúan recalcando que ofrecerán “variedad de perspectivas”.
Incluso uno de los veteranos de esta batalla se posicionó en contra del juego, ya que en su opinión hay demasiados títulos centrados en el bando norteamericano y pocos que exploren realmente otra perspectiva. Por otra parte, CAIR Research and Advocacy, un organismo con sede en Washington que defiende los derechos de los musulmanes, pidió a Steam, Microsoft y Sony que impidieran la comercialización del videojuego, puesto que bajo su punto de vista no es más que “un simulador de asesinar árabes”. De acuerdo con su comunicado, “normalizará la violencia” contra esta comunidad en este territorio.
De momento, Six Days in Fallujah sigue previsto para este mismo año 2021 en consolas y PC. El juego funciona como un shooter en primera persona con algunos elementos tácticos, mientras que los escenarios se generan de forma procedural, según los desarrolladores con el fin de retratar la aleatoriedad de la guerra.
- Acción
Revive las vivencias de marines veteranos en Six Days in Fallujah, un juego de acción first person shooter ambientado en la Segunda Batalla de Fallujah de finales de 2004 con el mayor realismo visto hasta ahora a cargo de Highwire Games y Victura para PC, PlayStation 4, Xbox One, PlayStation 5 y Xbox Series. Basado en historias reales de una de las batallas modernas más arduas, Six Days te coloca a ti y a tu equipo de hasta 4 jugadores en escenarios reales que requieren tácticas reales para superarlos.