Driver: San Francisco
Driver: San Francisco, guía completa - Todo vale
Desde el ’97 has sido el mejor en tu trabajo. Pisabas el acelerador como nadie. Conocías la mecánica de los coches como nadie ha demostrado conocer. Pero él se puso en tu camino. Un tipo que conducía como tú, que tramaba planes más retorcidos que cualquier vulgar ladrón. Jericho. Un auténtico desafío.
Has de saber que las misiones que te vas a encontrar en el séptimo y último capítulo de DRIVER: San Francisco son las más complicadas de todo el juego, y con diferencia. Las carreras de checkpoints con el Pagani son endiabladamente difíciles al ser un coche con una pésima tracción y una velocidad punta exageradamente alta, no desesperes si necesitas dos, tres, cuatro o diez intentos. El truco está en decelerar y no frenar al tomar una curva.
La historia sigue con Leila, quien ha sido vista por última vez en la autopista. Dirígete allí… con compañía. Evita acumular muchos daños, pues el coche ha de llegar de una pieza durante todo el capítulo.
Leila os dejará señuelos, y cada vez que acudas a uno, el tiempo para seguir la siguiente pista se reduce. No puedes hacer SHIFT y cambiar de coche, así que tendrás que acomodarte al Dodge de Tanner y tener unos reflejos felinos para no provocar un accidente y arruinar la misión.
Llegado el momento, tendrás que derribar a Leila al más puro estilo Burnout. Lo malo es que va en un Hummer H3. Por suerte, aquí sí puedes hacer SHIFT, por lo que las carreteras del Golden Gate te vendrán de perlas para cruzarle un autobús en dirección contraria y empotrarla. Eso sí, necesitarás varios intentos para conseguirlo: es increíblemente escurridiza.
Una vez Laila esté capturada, la siguiente parada es Jericho. A la tercera va la vencida, aunque en realidad lleves más de cinco veces intentando capturarlo.
Pero antes… tendrás que despertar del coma. Preciosa misión, acudiendo al lugar donde te has estampado al principio de la historia, ¿recuerdas? No hay límite de tiempo ni secuaces que te persigan, así que disfruta del paseo…
…hasta que todo se estropee con el siguiente objetivo. La ciudad se vuelve desierta, y tendrás que posponer tu despertar. Prepárate porque te las vas a ver y a desear para ponerte a salvo.
El Dodge Challenger es robusto, pero los todoterreno que Jericho te lanza a través de su triple técnica de QUICK SHIFT te pondrán en un aprieto de los gordos al tener mucha velocidad punta. No malgastes el turbo o serás pasto de su trampa.
Písale a fondo y derrapa por las curvas del centro de San Francisco para no perder demasiado tiempo (a pesar de que no hay límite de tiempo). Conforme te acerques a tu objetivo, Jericho se volverá cada vez más agresivo y te lanzará dos y hasta tres todoterreno de forma ininterrumpida para pararte. Es imperativo que conduzcas por los extremos de las calles, a pesar de lo cual puedes tener un susto porque los vehículos de Jericho cierran mucho la trazada. Llega al lugar indicado para ver el ansiado despertar de Tanner.
***FINAL BOSS: JERICHO***
Para derrotar a Jericho, tendrás que superar tres fases:
1.- Del fuego… a las brasas. Vuelves a tu mente, que esta vez ha sido invadida por Jericho. A pesar de que tu objetivo principal es derrotarle, sólo tendrás que poner a prueba tus reflejos, y créenos que este enfrentamiento es digno de pertenecer a la saga DRIVER.
Jericho huye como alma que lleva el diablo por la autopista. Pronto, se pondrá “nervioso” y comenzará a usar SHIFT para conducir coches hasta el tuyo con el fin de provocar un accidente.
Pero eso no es lo peor: cuando acabéis de charlar, Jericho llevará SHIFT hasta extremos insospechados, y te lanzará coches por los aires, literalmente, como si de un mortero se tratara. Tienes toda la autopista para ir de izquierda a derecha y esquivarlos, pero son terriblemente difíciles de evitar, puesto que caen justo delante de donde estés. Recuerda que tu objetivo es permanecer cerca de Jericho, no hacer virguerías al volante con la excusa de esquivar los vehículos voladores.
En cierto momento, Jericho desaparecerá del mapa, y saltará otra intrigante escena de vídeo.
2.- El enfrentamiento se torna épico. Toda la ciudad de San Francisco como vuestro campo de batalla particular… y ahora, tú puedes lanzarle coches a Jericho. Ambos os pasaréis así un buen rato, usando SHIFT contra el otro. Y ahora, sí que debes destruir su coche.
Para finalizar, disputarás una salvaje pelea cuerpo a cuerpo (o coche a coche) por las calles de la ciudad. Una pelea terrenal, sin SHIFT ni coches volando ni nada por el estilo. Una batalla clásica de DRIVER. El todoterreno de Jericho goza de unos niveles de resistencia extraordinaria, así que no te queda otra que ser perseverante y no perderle de vista.
Al llegar a los polígonos industriales de Hunter Point, verás la cinemática que pone punto y final al capítulo y a la historia de DRIVER: San Francisco.
Nos veremos cuando Jericho se vuelva a escapar…