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The Dig

The Dig

The Dig - Capítulo VI.El Planetario

Amputaciones, monstruos alienígenas, explosiones nucleares, discusiones, odio, drogas, Wagner, peleas, poltergeist, accidentes, muertes, resurrecciones... ¿ Te lo vas a perder?

La barra naranja permite abrir otra puerta, usando la combinación que muestra en el panel adecuado, pudiendo Low llegar a otra estación de metro, cuyo "tranvía" funciona correctamente pues acude al activar el pulsador.

Una vez en la isla a la que conduce este transporte, Low inicia el lento ascenso hacia la cumbre. Al llegar hacia el final, el camino se corta por un rompiente, por el que asciende con furor el mar al ritmo de las olas. El otro lado del camino está demasiado lejos para que Low pueda cruzarlo por si sólo, así que debe aprovechar el momento en que el mar aparece por la rompiente... al oír el ruido de que empieza a subir el mar, Low salta al vacío.

Una vez arriba, llega a un llano con otro dispositivo raro, como el del museo. Tras repetir las operaciones de pulsar el botón durante un rato y ajustar la lente hasta que se forme el puente de luz, sus pasos se encaminan hacia la grieta de la derecha, donde encuentra una barra de cristal azul brillante, semejante a las del panel de control de la cripta submarina, más allá del túnel oscuro.

Luego Low investiga en el entrante sito detrás del dispositivo. Una de las extrañas bestezuelas, mitad gato, mitad mono, que pueblan las cavidades del planeta, desaparece cuando Low entra, pero éste puede observar que se lleva una pieza del panel de la puerta que hay al fondo. Y sin esa pieza, parece no funcionar, así que Low decide capturar al bicho.

Para ello, recoge la clavija del suelo y la coloca en el agujero de la gran rueda.

Luego apoya el gran gancho en un extremo a la susodicha clavija. En el otro, emplaza una caja torácica de algún animal muerto que encuentra en los alrededores. Levanta este extremo de la trampa con una vara de hierro, cercana a la rueda. Esto me recuerda lejanamente a Indy Jones IV: Fate of Atlantis... unas costillas, un cebo...

Sólo resta atrapar al maldito animal. Como no hay cebo, Low debe aprisionarlo por otros métodos. Tras hurgar en los agujeros hasta encontrar al animal, éste sale al exterior. Dando un rodeo Low se le acerca de modo que al huir se dirige directamente hacia la trampa que le atrapa sin piedad. Pero el animal no lleva el mecanismo encima.

Low, que ha leído mucho sobre el tema, le coloca el brazalete alienígena y lo libera. El animal huye despavorido hacia una grieta de la pared. Tras recoger la vara metálica de la trampa y agrandar el camino usando la pala, Low entra en una especie de caverna. El dispositivo esférico le permite rastrear el brazalete, y tras cavar en el lugar apropiado, recupera finalmente la pieza escamoteada, un tubo.

Tras retirar la tapa del panel, coloca el tubo y la tapa en el panel, y lo acciona. El mecanismo abre la puerta. En el interior, una cámara en forma de dodecaedro (ciertamente el diseño del juego está obsesionado por los prismas regulares) donde Low encuentra una barra verde con cuatro prismas (a estas alturas Low sabe perfectamente para qué sirven) y otra de las placas metálicas, la tercera. En un pilar hay dos cetros, uno de oro y el otro de plata. Tras apuntar con uno de ellos el techo, a la luz tenue, se muestra un planetario, en el que se ven la estrella del sistema donde los tres desdichados astronautas se hallan, el planeta y sus dos lunas.

Con uno de los cetros Low puede hacer girar las lunas alrededor del planeta, mientras que con el otro cambian sus posiciones relativas. Para divertirse, Low intenta colocar los astros de modo que reproduzcan el eclipse que se le mostró en las pantallas del museo... y cuando eso ocurre, los acontecimientos se desencadenan.

Para hacer frente al más inmediato, es decir, poder salir del planetario, sólo es necesario pulsar el botón de la pared. También puede Low maldecir en arameo al maldito animal vengativo, pero es improductivo.

Para volver al nexo, Low debe volver a cruzar el abismo, pero esta vez decide montarse un bonito puente, con una roca suelta que puede tumbarse haciendo palanca con la pala.