Ediciones
Resultados
Síguenos en
Hola

TOKIO 2020

Voces potentes por el aplazamiento de los Juegos

La natación y el atletismo de EE UU piden posponer los Juegos por el estrés de los deportistas. Se suman en Francia, Alemania, Gran Bretaña, Brasil y Noruega.

Aros olímpicos en Tokio.
FRANCK ROBICHONEFE

Lo que empezó como una gota malaya se ha convertido en cuestión de un día en una catarata de peticiones para que se aplacen los Juegos Olímpicos de Tokio. Unas voces que proceden ya de potencias olímpicas como Estados Unidos, Francia, Alemania, Brasil o Gran Bretaña, aunque el presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Thomas Bach, respondió que “suspender unos Juegos no es como hacerlo con un partido de fútbol”.

Abrió el grifo USA Swimming (Federación Estadounidense de Natación) con una carta enviada a los Comités Olímpico y Paralímpico de EE UU (USOPC), en la que le pedía que defienda “el aplazamiento de los Juegos”, una medida que se debe tomar teniendo en cuenta que se pone en duda “la autenticidad de un campeonato igualado para todos”: “Nuestros atletas están bajo mucho estrés, ansiedad y presión”.

Estados Unidos es un país capital en la celebración de los Juegos por el peso deportivo (es la delegación con más miembros y el líder del medallero) y económico (la NBC es la principal televisión). La reacción del USOPC no se hizo esperar. Por medio de su directora ejecutiva, Sarah Hirshland, aseguró que “la decisión no recae en el Comité Norteamericano, sino en el COI y en la Organización Mundial de la Salud (OMS)”. “Pero en ningún caso enviaríamos a nuestros atletas si no fuera seguro”, concluyó.

En la misma línea y con la misma estrategia, USA Track & Field (USATF), el órgano del gobierno que regula el atletismo, se dirigió a la USOPC para solicitarle que pida este aplazamiento, debido a que los atletas dispongan “del consuelo de saber que tendrán el tiempo adecuado para prepararse en lo físico, mental y emocional”. El atletismo ganó 32 medallas en los últimos Juegos. Unido a la natación sumaron 65 de las 121 de su país.

Una petición que se desplegó por Europa y Sudamérica

La rebelión de las federaciones siguió con la natación francesa. Su presidente, Gilles Sezionale, se revolvió contra el Comité Olímpico de su país. “Estamos en desacuerdo. No puede tener una posición firme con la celebración de los Juegos sin siquiera tener la decencia de querer evocar la opción de retrasarlos”, dijo.

Otras dos potencias del deporte como Alemania y Gran Bretaña alzaron la voz. El presidente de la Asociación Alemana de Atletismo, Jürgen Kessing, compatriota del presidente del COI, se lamentó de que este organismo “no siguiera el ejemplo del fútbol, y se hubiesen pospuesto los Juegos un año”.

Alejandro Blanco, presidente del Comité Olímpico Español (COE), ya había advertido que los Juegos podrían desarrollarse en desigualdad teniendo en cuenta las diferencias de preparación entre países. Carolina Marín (“Se deben posponer por salud”, dijo en la SER) y Ruth Beitia (“Es inviable que se realicen”), oros olímpicos, también se sumaron.

En Gran Bretaña, los atletas se recluyen en las instalaciones para poder entrenarse, pero el presidente de la Federación de Atletismo, Nic Coward, cree que lo más sensato es postergarlos. “Los atletas no pueden sufrir el estrés de tratar de entrenarse en medio de una pandemia”.

Otros países se han ido adhiriendo a estas manifestaciones, como Noruega, el primer país en solicitar el aplazamiento de manera oficial hasta que “la pandemia esté controlada”, o Brasil, cuyo Comité sugirió lo mismo: “Está claro que en este momento mantener los Juegos este año impedirá que ese sueño sea realizado en plenitud”. El deporte ya se posiciona.

Los tres escenarios si se aplazan

2020: En los Paralímpicos o en octubre, como en 1964 Del Plan B que maneja el Comité Olímpico Internacional (COI) la prioridad es poder disputar los Juegos este mismo 2020. Ante la incertidumbre de cómo evolucionará el Covid-19 y de sus efectos cuando cambien las temperaturas, Tokio 2020 podría tener dos fechas para este año. La primera de ellas es posponerlos un mes y que empezasen cuando estaban programados los Paralímpicos, que deberían también aplazarse a finales de septiembre. Esto supondría colocar los Juegos Olímpicos del 25 de agosto al 9 de septiembre, aunque chocarían con los calendarios del fútbol, la NBA, el tenis y el golf, principalmente. La segunda opción es ganar más tiempo y pasarlos a octubre, como ya ocurrió en los Juegos de 1964, que se celebraron ese mes. Chocaría de raíz esa propuesta con el comienzo de las ligas polideportivas, que deberían readaptarse, y con la NBC. La empresa televisiva ya pagó 4.500 millones por el ciclo de 2014 a 2020; y ahora desembolsará 6.500 entre 2021 y 2032. Ambas decisiones estarían supeditadas a la erradicación del virus. 2021: Habría que mover dos Mundiales importantes Sería abrir un precedente en la historia olímpica. Desde 1896, cuando se celebraron los primeros Juegos, siempre se han realizado respetando los años establecidos (cada cuatro), adaptándose a las anulaciones en periodos de guerra mundial, como en 1916, 1940 y 1944 que no se celebraron. Organizarlos en 2021 supondría la primera vez en la que no corresponderían los Juegos con ese cuatrienio. A nivel logístico, 2021 es un año de Mundiales. Tanto el del atletismo como el de natación están programados para ese verano, pero no habría problema con las federaciones internacionales para aplazarse un año o cambiar sus fechas en caso de que el COI así lo solicite. Natación y atletismo son dos deportes que encuentran su mayor escaparate en los Juegos. Disputarlos en 2021 podría encajar más con los deportistas veteranos que habían establecido Tokio como el fin de su carrera olímpica. De la misma manera, tampoco afectaría a París 2024 en la celebración de sus Juegos al abrirse un nuevo periodo de tres años. 2022: Muchos deportistas se quedarían en el camino Con el Mundial de fútbol que se disputa en Qatar en noviembre de 2022, celebrar los Juegos ese verano no sería desplazar a grandes acontecimientos mediáticos a otras fechas. El calendario lo agradecería, pero no así los deportistas y la planificación olímpica, que vería una prolongación de los Juegos seis años después de los de Río. Muchos deportistas no enfocarían un miniciclo olímpico de dos años para poder participar en Tokio después de estar ya cuatro años de preparación tras los Juegos de 2016. Este paréntesis supondría un tiempo solo superado por la interrupción de las Guerras Mundiales: ocho años en la Primera y hasta 12 en la Segunda. La ventaja de esta decisión es la de ganar tiempo para establecer la normalidad y que los deportistas puedan hacer un periodo de más de un año de preparación, pero dejaría muchas dudas en el calendario, especialmente con los Juegos de París solo dos años más tarde. El COI deberá decidir si coloca Tokio en 2022 que hace con los siguientes Juegos, teniendo en cuenta que solo se disputarían con otro periodo de dos años.