Jonfer regresa a la Casilla dando un recital frente Houya

Jon Fernández regresó por todo lo alto a La Casilla. No había un título en juego, pero cuando las peleas están bien casadas suman en el récord, en la experiencia de los púgiles y en la memoria del público. Este sábado ocurrió eso en Bilbao. Jonfer derrotó a Abderrazak Houya por decisión unánime (98-91, 99-90 y 98-92) en un pleito disputado y que hizo vibrar al público. No boxeaba en su ciudad el bilbaíno desde hacía un año y medio. Tenía ganas y lo materializó en el ring. Se mostró muy ambicioso, quería regalar un gran triunfo a su gente y lo logró. Victoria de mérito que sigue colocándole en las listas internacionales en su nuevo peso, el ligero. Tiene 24 años y un futuro ilusionante.

Jonfer no titubeó ni un instante. Desde el inicio fue al centro del ring y comenzó a sacar golpes. Estaba en casa y su única intención era mandar. Dio un recital en el primer asalto. Sacó manos potentes, colocadas y continuadas. Apabulló a Houya. El francés empezó a contragolpear en el segundo asalto y ahí permitió lucir más al vasco, quien mostró una defensa excelsa. Se quitó golpes con la cintura, los blocó y también los evitó boxeando hacia atrás. Cuando el visitante entraba, el golpe favorito de Jonfer, el upper, empezó a surtir efecto. Fernández se mostró serio, maduro y supo boxear durante diez asaltos a un ritmo diésel que obligó a Houya a mostrar otras artes a las que no acostumbra.

El francés entraba siempre con la cabeza, lo que provocó una inflamación y un corte en el rostro de Jonfer, lo supo frenar bien Tinín Rodríguez en la esquina y no fue a más, pero fue algo a tener en cuenta. También agarró de manera constante en la corta distancia Houya, bloqueaba y pegaba ante la permisividad del árbitro, quien le quitó un punto en el asalto final. Tarde. Pese a que el visitante no era un rival propicio para lucir, Jonfer lo hizo. Solo sufrió en dos asaltos, el quinto y el octavo, en los que encajó varios golpes duros. También es importante saber 'tragar' los golpes y seguir adelante. Lo hizo Jon. Siguió metiendo ritmo, cruzó golpes cuando fue necesario y nunca cambió su premisa. En los rounds finales lo más inteligente hubiese sido ser más cauto, pero su ambición era maravillar y lo hizo. En la Casilla debutó, ganó sus títulos internacionales más destacados (WBC Youth y WBC Silver) y regresó tras dos años para dar un recital.

Fran Mendoza se llevó la guerra ante Nano Santana

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Uno de los combates que más expectación causaba en la velada era el que enfrentaba a Fran Mendoza y Nano Santana. Duelo elegido con mucho tino por parte de la promotora del evento, Euskobox. Mendoza llegaba invicto en ocho combates y seis de esos triunfos habían llegado por KO. Santana, por su parte, iba a casa de su rival con ganas de demostrar. En marzo había perdido en otra batalla contra Caco Barreto y necesitaba dejar claro que su futuro es mucho. Era un choque de estilos. El pegador contra el estilista. La victoria cayó del lado del primero por decisión unánime en un combate vibrante y que no dejó de acuerdo a nadie. Ocho asaltos de gran boxeo en La Casilla.

Mendoza salió apretando. Metiendo manos muy duras y Santana vio que tenía que cambiar de plan. En el segundo asalto hizo caso a su entrenador, Carlos Formento, que le pidió piernas. Metió movilidad y con un crochet de izquierda casi cambia el rumbo el combate. "En ese momento temí por la victoria", reconoció tras el combate Fran. Desde ese momento los dos desplegaron su boxeo. Mendoza fue apretando y sacando golpes. Santana demostró la clase y el boxeo canario que atesora. Mucha movilidad, grandes esquivas... y contragolpes. Lo hizo perfecto, pero le faltó sacar golpes en determinados momentos del combate. Al sexto round el pleito llegó igualado y en los dos últimos actos Mendoza buscó más la pelea. Combate cerrado, precioso y en el que los dos salen revalorizados. El público no se ponía de acuerdo en el resultado, pero sí en el futuro. Quieren la revancha.

En el resto de combates de la velada, Jennifer Miranda dio una exhibición de boxeo en la distancia y supo percutir sin exponerse para ganar por decisión unánime a Vanessa Caballero (contra la que había revalidado el Nacional del pluma en mayo). Por su parte, Jon Jader, ex de la Selección, logró su cuarta victoria profesional (en otros tantos combates) al derrotar por KO en el primer asalto ante el rumano Ionut Trandafir.