Jonfer suma y sigue: campeón Silver WBC camino del Mundial

Jon Fernández, actual campeón de España del peso superpluma, estiró más que nunca su trabajo para alcanzar de nuevo la gloria. Jamás se había ido más allá de cinco asaltos y esta vez no lo tuvo nada fácil, sudó hasta el séptimo para adjudicarse el cinturón WBC Silver, por KO técnico, ante el ruso Alexander Podolsky en un combate de invictos hasta el momento de iniciarse las hostilidades (13-0 por el bando local, las once últimas por la vía del cloroformo, más 85% de KOs, y 9-0 por el visitante). La cosa tenía su importancia, ya que el ganador, en este caso el vizcaíno, se acerca a los primeros puestos de aspirantes al cetro mundial, al que cada vez llama con más fuerza.

A Jonfer, en la cuarta pelea en 2017 tras conquistar el pasado año el título WBC Júnior ante Mikael Mkrtchyan y enfundarse en abril el Nacional frente a Ismael García, le advirtieron de que se le venía encima el pleito más complicado de su carrera. Y no falló el pronóstico. El rival, conocido como 'Grandes Problemas', de 26 años y entrenado por Andrey Tokarev, en efecto hizo honor a su nombre y le dio la lata a rabiar; demostró ser un púgil técnico, que sabe rehacerse. Venía avalado por 51 asaltos en la élite y 250 como amateur, y por ser integrante de la selección de su país. Su boxeo fue sincero, aunque con un par de advertencias, sin perder la cabeza fácilmente. Con menor altura, había desarrollado su carrera entre los pesos ligeros y superligero; y en el asalto inicial, el de reconocimiento, metió buenas manos, aunque el ídolo local fue marcando con su zurda dinamitera.

El discípulo de Tinín Rodríguez exhibió paciencia y en el segundo round tomó las riendas hasta descargar sus combinaciones, que hicieron mella en el contrincante. Fue el preludio de una salida a fuego, con una serie de castigo de la que se escapó a duras penas Podolsky. En el cuarto se penalizó con un punto a cada uno y uno más tarde el vizcaíno llevó a la lona al púgil de calzón blanco, con un uno-dos contundente. Las puntuaciones sonreían por entonces por unanimidad al aclamado púgil de Etxebarri. El cachorro de Lou DiBella en el mercado americanotiene una dura pegada y en la sexta y última entrega siguió maltratando a su enemigo, al que le flaqueaban las piernas; fue atendido en la esquina por un corte y con visibles secuelas en la cara, especialmente en el pómulo, que obligaron a los jueces a cerrar el debate con KO técnico. Casi no veía por un ojo y el séptimo echó el telón.

Javier Castillejo, asistió a la velada. El ocho veces campeón del mundo, seis de Europa y tres de España recibió un homenaje en compañía de Carlos San José, expresidente de la Federación Vizcaína, con Juan Luis González, actualmente al frente del organismo provincial, como orgulloso maestro de ceremonias. En los previos de la cita organizada por Euskobox y que se adentró más allá de las dos menos cuarto de la madrugada, destacó el combate de semifondo, a diez asaltos: la rusa Sagaydakovskaya, 'Ice Queen', a la que le abrieron una brecha en la sien por la que sangraba abundantemente en el segundo round, se alzó con el título del Consejo Mundial de Boxeo Silver en peso superwelter ante la sueca María Lindberg. Fue una pelea noble, cruda, sin tregua, que viajó hasta el ecuador con división por parte de los jueces. Estos se decantaron por la rusa (que de madrugada fue al hospital solo como medida de precaución, por un pequeño desvanecimiento por falta de aire) de forma unánime, por 97-92, 97-92 y 96-93.

Por su parte, el ecuatoriano Carlos Ramos se impuso a los puntos al nicaragüense Lesther Cantillano en el supergallo; y en ligero, el sevillano Carlos Pérez, el 'Ratón', con banderas béticas en una grada con unos dos mil seguidores, trató de atrapar a su gato particular Hew Su Khan, pero al final aquello no pasó de un enfurruñamiento y el combate acabó en nulo. De aperitivo hubo dos peleas de K1.