Jon Rahm bate a Tiger Woods y ya está arriba en Augusta
El de Barrika, de 24 años, firmó una vuelta inicial de 69 golpes y es sexto en Casa Club. En cabeza están Koepka y DeChambeau con (-6).
Rahm, que sólo jugaba su novena vuelta en este major de majors, tenía el ingrediente extra en su vuelta de jugar con Tiger Woods y “su marabunta” de público. Pero el de Barrika, de 24 años, se crece ante la masa y parece que el Tigre le da suerte, porque en los dos partidos que ha jugado con el golfista leyenda, en ambos dio un rendimiento alucinante. El primero fue en la Ryder de París, en la que le ganó en el enfrentamiento directo, y esta vez en Augusta también acabó por delante de Woods, que firmó otra excelente prestación, 70 golpes (-2), pero es que Rahmbo cuando cerraba su vuelta compartía el primer puesto en Casa Club con el sudafricano Harding y con el australiano Adam Scott. El vasco y Tiger jugarán juntos de nuevo este viernes. Ellos dos y un campo como Augusta: espectáculo seguro.
Tiger que dice que ha llegado a Augusta "en el momento adecuado" tiene claro que su objetivo es apuntarse a la fiesta del domingo: "Considero que mi arranque es bueno, mi juego está sólido y firmé 70 golpes o más en la vuelta inicial de mis cuatro Chaquetas Verdes". Un dato que asusta, en sus títulos de 1997, 2001 y 2002 hizo 70 el primer día, en el de 2005 arrancó con 74. El primer órdago de Woods en la carrera a su quinto Masters está echado. Y Rahm es su pareja de baile por ahora.
Tiger y Rahm brillaron por la mañana, pero más fructífera fue la sesión de tarde en la que el cañonero americano Koepka puso la primera piedra de un camino que empieza a conocer, el de ganar majors. Tiene tres y en 2018 se llevó US Open y PGA. Ahora mira al Masters con su -6 inicial, igual que el de DeChambeau, el golfista científico que quiere revolucionar este deporte con sus estudios. Mickelson (-5), Dustin Johnson y Poulter (ambos -4) también acabaron fuerte la tarde, que dejó a Rahm sexto.
Sergio García tuvo un arranque más discreto, pero con el mérito de sobreponerse a un amargo doble bogey en el 6. Remó, remó y cerró en +1, un resultado que no priva de nada, por ahora, al vencedor de 2017, que aterrizó en el campo georgiano con una buena dinámica de juego en los torneos anteriores.