EUROCOPA | PAÍSES BAJOS - REPÚBLICA CHECA

Un león en Budapest

Memphis Depay, a confirmarse esta tarde contra la Chequia de Schick. La Oranje, 16 del ranking FIFA, favorita ante la 40 del mundo. Darida, duda en los de Silhavy.

KENZO TRIBOUILLARDAFP

El cuadro de la Eurocopa tiene un fondo naranja. Países Bajos, 16 del ranking FIFA, mira con cierto agrado los cruces que le podrían llevar a la final de Londres, empezando por el de octavos ante la República Checa (40). Pero la Oranje ha acumulado muy malas experiencias en la Eurocopa desde que la ganó en 1988. Una de ellas, en 2004, Aveiro. Entonces, ganaba 2-0 a los checos y terminó perdiendo 2-3 contra un equipo liderado por Nedved y en el que aún sobrevivían héroes de 1996, como Poborsky. Ojo a la estadística. Países Bajos es favorito, pero el balance de fases finales en Eurocopas y Mundiales es favorable a los checos: ganaron tres veces, empataron una y perdieron otra (sigue el partido de hoy en directo en As.com).

Los checos tienen un gran corazón y siempre encuentran una estrella. Ahora es Schick, un delantero estético que lleva una carrera errante sin encontrar el gol con regularidad, pero al que las musas han venido a visitar en esta Eurocopa. Su parábola contra Escocia ya está en la historia de la competición y ahora necesita socios para intentar tumbar a la selección de De Boer, sólida y favorita en las apuestas en el duelo en el Puskas Arena de Budapest, que de momento ha dejado la imagen del fútbol post-pandemia con los llenazos de Hungría contra Portugal y Francia.

La avioneta del 4-3-3 dejó de sobrevolar hace tiempo Ámsterdam. La muchachada oranje está feliz con el 5-3-2 que ha permitido explotar la exuberancia de Dumfries, la llegada de Wijnaldum y el dinamismo de Depay que, eso sí, todavía busca un acompañante de garantías. El joven Malen ha ido ganando la partida a Weghorst y puede jugar de inicio. Para los checos, la peor noticia es la baja de Böril, lateral izquierdo que admitió no tener ni idea de que con dos tarjetas en la primera fase se perdía el siguiente partido. Cosas de futbolistas. Le sustituirá Kaderabek quien, ojo, marcó en otro gran triunfo de los checos en Ámsterdam. Fue hace cinco años. Aquel partido, como en 2004, acabó en 2-3... Tal vez el fantasma de la Kaderabek, o de Poborsky, recorra hoy Budapest. Lo que es seguro que anda suelto es el león tatuado de Memphis Depay.

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