Cinco razones por las que el Betis de Setién se derrumba

La eliminación copera a manos de un Cádiz repleto de suplentes, que metió cinco goles (y pudieron ser más) en el Benito Villamarín, pone en el disparadero al Betis y sobre todo a su entrenador, Quique Setién. En semanas, el técnico santanderino ha pasado de la gloria de ganar en el Santiago Bernabéu y jugar buenos minutos de fútbol ante Levante y la Real Sociedad a no vencer desde el pasado 24 de octubre, precisamente en el Ramón de Carranza, ida de dieciseisavos (1-2). La manita de los gaditanos en la vuelta pone en evidencia todos los defectos de un equipo que parece haberse derrumbado.

1. Extrema debilidad defensiva

El Betis ha recibido 25 goles en los últimos 9 encuentros de Liga. Entre ellos cuatro de la Real Sociedad, seis del Valencia, cinco del Eibar y otros cinco del Cádiz en una decadente serie que pone de manifiesto defectos tanto en el sistema defensivo como en los que componen la zaga. La baja del marroquí Zou Feddal, que lleva semanas en el dique seco, ha menguado la capacidad aérea (siete goles a balón parado con contra ya, dos del Cádiz) y también la contundencia de un equipo que acusa durante años no tener una defensa de garantías. A Setién se le achacan los fallos en la estrategia y también que el equipo juegue demasiado abierto, pero es cierto que al santanderino le faltan efectivos fiables. El rumano Alin Tosca no ha dado el nivel y del catalán Jordi Amat se espera bastante más. El canterano Rafa Navarro, el sustituto de Barragán en el lateral diestro, tuvo en Copa una noche aciaga con el extremo amarillo Aitor haciéndole diabluras por la banda.

2. Sin recambios en el pivote

Javi García, el mejor fichaje del vicepresidente deportivo Lorenzo Serra junto con el mexicano Andrés Guardado, empezó la Liga como un tiro. El pivote exmadridista mejoraba lo que había y, además, venía de competir en Rusia, algo que también se notó. Pero Javi, que ya se lesionó una vez, no puede jugar siempre y cuando no está, como ante el Cádiz, el Betis lo nota demasiado. Camarasa tampoco parece cumplir los requisitos para jugar sin compañía en esa posición. Guardado llegó para el puesto pero ha rendido un poco más arriba y como veterano que es también necesita descansos. Sin el azteca (y Joaquín Sánchez) en el campo, al Betis le cuesta mucho más crear entre líneas.

3. Plantilla muy corta

La falta de recambios es consecuencia, entre otras cosas, de una plantilla con apenas 20 fichas profesionales. Serra se vio obligado a dar muchas bajas y eso tuvo un alto coste, aunque este Betis sea en realidad el más caro de la historia y el 8º de la Liga 2017-18 en límite salarial. Hay puestos sin sustituto, como el del pivote, y otros en los que no existen suplentes de garantías. El extremo hispano-argentino Nahuel, que se quedó en el equipo por necesidad numérica, ocupa el lugar que lesionados como Campbell o antes Tello y Boudebouz deberían haber tenido antes.

4. Se secó la pólvora arriba

Sergio León y Tonny Sanabria empezaron la campaña como un tiro, con 13 goles entre ambos (doblete en Copa de Sergio) durante los dos primeros meses de competición. Pero la pólvora parece habérseles secado ahora mismo. El ariete paraguayo, con problemas en una rodilla, juega mucho menos y no marca desde que hizo el primero de los goles con los que el Betis le empató al Getafe un 0-2. Sergio ha fallado ocasiones claras que antes metía. Los últimos tantos del cordobés fueron al Cádiz, en la ida de la Copa. Y todavía hay gente que quiere negarle al mítico Rubén Castro el regreso en enero...

5. Falta de autocrítica

"No voy a cambiar mi estilo, es mi esencia" o "No hemos hecho el ridículo" (tras perder 3-5 con el Cádiz) son algunas de las últimas frases de un Setién que parece negar el evidente estado de depresión, sobre todo defensivo, de su equipo. Contrasta con la autocrítica que sí tuvo el entrenador cántabro en los mejores momentos, cuando incluso tras ganar en el Santiago Bernabéu afirmó que no se encontraba "del todo contento" con el juego del Betis. Setién parece haberse contagiado del clima de poca exigencia que impera en Heliópolis durante estos años y que parecía iba a acabarse con el regreso de Lorenzo Serra Ferrer al club. Y eso de momento no ha ocurrido.