Un gamer profesional se entrena el doble que un futbolista de élite

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Un gamer profesional se entrena el doble que un futbolista de élite

Un gamer profesional se entrena el doble que un futbolista de élite

Tratar de ser el mejor en cualquier disciplina exige sacrificio y toneladas de entrenamiento. Y en el sector de los eSports no iba a ser diferente.

Si eres de los que se imagina a un jugador de eSports como el típico tipo sedentario, con exceso de peso, sentado frente a su ordenador y bebiendo cualquier refresco azucarado, es que has caído de lleno en el estereotipo. Los deportes electrónicos ya son considerados un deporte auténtico por derecho propio, lo que significa que cualquier jugador profesional tiene sus rutinas de entrenamiento, tanto físico como mental, equiparables a las de otras disciplinas deportivas convencionales.

La rutina de un futbolista de élite profesional comienza desde que se levanta. A lo largo del día un jugador invierte en practicar un mínimo de dos horas diarias y un máximo de cuatro. La sobrecarga de partidos que se dan en una campaña cada vez es mayor y ello implica que las horas de entrenamiento se deban dosificar, pero en el caso de los eSports es bien distinto.

Si te parece exagerado que Cristiano duerma 12 horas, cuide su dieta y entrene por su cuenta todos los días, te sorprenderá saber que “Piglet” Gwang-jin, de Team Liquid, pasaba entre 14 y 17 horas diarias practicando para acallar a sus detractores. Tanto el futbolista como el gamer convierten su trabajo en un estilo de vida, la diferencia primordial es que en los deportes como el fútbol se suele potenciar la salud física, mientras que en los eSports prima la salud mental.

Un profesional de los eSports entrena a diario su coordinación, sus capacidades motoras y de reacción, llegando a realizar hasta 400 movimientos con el teclado y el ratón por minuto, cuatro veces más que una persona normal.

La mayoría de los equipos entrenan jugando 8 horas al día, en las que se dedican tanto a su mejora personal, como al desarrollo de estrategias o a la práctica de jugadas prediseñadas.Y, mientras que no a todos los futbolistas les apetecería echar una pachanga después de un duro día de entrenamiento, la gran mayoría de los gamers si continúa jugando día a día después de entrenar. Al fin y al cabo, como para buena parte de los deportistas, su hobbie y su trabajo son lo mismo.

Los jugadores de eSports no descuidan su salud física

De una manera u otra, todas las Gaming Houses incorporan espacios donde practicar ejercicios. Es habitual, por ejemplo, jugar al tenis de mesa para mejorar los reflejos. Algunos equipos cuentan incluso con gimnasio propio. Y, aunque la nutrición sea uno de los aspectos dónde más caemos en ese estereotipo, para ellos, el equilibrio entre el cuerpo y la mente es fundamental.

Los eSports también exigen grandes sacrificios personales a los jugadores, que suelen comenzar desde muy jóvenes, viéndose obligados a abandonar su vida normal y enfrentarse a situaciones que les cargan de estrés. Es por ello que vivimos en la actualidad el auge de la psicología deportiva. Si la gestión emocional es importante para cualquier deportista al uso, lo es aún más para un jugador de deportes electrónicos, ya que su mente es su principal herramienta.

Cada vez es más habitual encontrar a psicólogos deportivos en las filas de los equipos profesionales. Aunque los medios y rutinas sean diferentes, tanto en el ámbito deportivo tradicional como en el de los eSports el objetivo es el mismo: conseguir el máximo rendimiento del jugador.

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