La triste pelea por la mediocridad entre Europa y Norteamérica

La triste pelea por la mediocridad entre Europa y Norteamérica

La excelencia. Ese es el objetivo que todo competidor debería establecer como su prioridad absoluta para alcanzar el éxito. No siempre reporta beneficios de inmediato y hasta puede que nunca lo haga si se produce una serie de catastróficas desdichas, pero aun así ha de ser la Osa Mayor que guíe las carreras de los jugadores de cualquier disciplina.

Es una meta inequívoca a la cual se puede llegar por múltiples vías. La inmensa mayoría de ellas, legítimas. Sin embargo, no parece verse recompensada por la audiencia como debería, al menos en el ámbito competitivo de League of Legends. El ejemplo más claro es la caída en picado por el interés en el Campeonato Mundial 2016 tras la eliminación de todos los equipos occidentales salvo H2K.

ROX Tigers y SK Telecom T1 van a protagonizar la eliminatoria más importante de la historia del torneo, por narrativa al menos, en el mítico Madison Square Garden de Nueva York. La gente debería estar pegándose en la reventa con tal de conseguir una de las entradas que poseen los afortunados usuarios que lograron completar el proceso de compra en su momento. En cambio, hay multitud de tickets a la venta por un irrisorio precio que gira en torno a los veinte dólares.

Quiero creer que, al igual que ocurrió en la final del año pasado entre estos dos equipos, el recinto acabará lleno hasta la bandera y el público se volcará en algún momento de la eliminatoria con cualquiera de los dos aspirantes. Sin embargo, resulta deprimente para un fiel seguidor de League of Legends que haya dudas sobre la asistencia a la semifinal entre los, a priori, dos mejores equipos del planeta.

Es lamentable, pero no sorprendente. El grueso de la audiencia de los eventos de deportes electrónicos de esta magnitud es de procedencia china, pero la localización de la actual edición del mundial favorece obviamente a los norteamericanos.

La adhesión a un determinado equipo por cualquier criterio — geográfico, personalista, etcétera — es absolutamente respetable. Faltaría más. Asimismo, las diferencias horarias y el aparato mediático occidental no facilita la tarea de aquellos que quieren dar a conocer las bondades de las competiciones asiáticas. No extraña, por tanto, que los ilusionados seguidores de equipos norteamericanos, en concreto Team SoloMid, no encuentren en estas eliminatorias el mismo aliciente que existiría de participar la escuadra de su región predilecta.

Un seguidor de League of Legends debería desear acudir a una semifinal entre ROX Tigers y SK Telecom T1, no vender su entrada por unos míseros dólares

Lo que sí sorprende es que aquellos que se consideran seguidores de la escena competitiva de League of Legends no aprecien el valor de la eliminatoria que podrían presenciar en directo. No es sólo un choque entre los dos equipos punteros del momento, sino un episodio importante de la historia de este deporte electrónico. Conozco a más de uno que se plantearia vender a un familiar a cambio de formar parte del aura que se va a vivir en el pabellón neoyorquino.

Corea del Sur, guste o no, es la región de referencia en League of Legends. Promover y aplaudir el desarrollo de Occidente es necesario, pero todavía queda mucho camino por recorrer hasta que se alcance el nivel de los coreanos.

Me parece especialmente triste que los aficionados de Europa y Norteamérica acudan a las competiciones internacionales con elevadas pretensiones para, una vez se han dado cuenta de que sus representantes aún no están a la altura, refugiarse en haber superado a la otra región occidental y olvidarse de que la competición aún tiene por ofrecer lo mejor de sí misma.

Esta es una pelea absurda por la mediocridad, por ver quién es el mejor de los peores, por ver quién se queda con las sobras de los coreanos y puede alimentar con ellas su falaz imagen de superioridad con tal de sobrevivir el resto del año a base de ilusiones.

Ojalá llegue el día en que estas ilusiones no sean sean hechas añicos por Corea del Sur y haya más contendientes. Una hegemonía que, probablemente, se reduciría si existieran más eventos internacionales y no se creasen expectativas tan altas en torno a un único campeonato.

Hasta entonces, como en el resto de disciplinas deportivas, se debería disfrutar de la excelencia que equipos como ROX Tigers, SK Telecom T1 o Samsung Galaxy puedan ofrecer, pese a las numerosas medidas que han dificultado que se alcance, en lugar de señalar con el dedo hacia los coreanos como la causa de todos los males y excusar la falta de mejora occidental.

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