La tarde del 2 de noviembre se retransmitió, a través del canal de Twitch de HTC Esports, un documental sobre el equipo de League of Legends de Team Liquid. Bajo el título Breaking Point, el contenido en principio podría haberse comparado con otras series audiovisuales que han seguido la cotidianeidad de equipos de élite, como Life of Legends en el caso de Fnatic o Legends en el de Team SoloMid.
En cambio, no por su extensa duración sino por la temática que trata y su enfoque, se parece más a Chasing the Cup que a cualquier otro contenido mencionado anteriormente.
Para los neófitos de la escena de League of Legends, los cuales probablemente desconocerán este programa, Chasing the Cup fue una serie promovida por MachinimaVS que tuvo como protagonistas a Team SoloMid, Cloud9 y Counter Logic Gaming. A diferencia de otros reportajes, Chasing the Cup ofrecía detalles explícitos sobre el día a día de los equipos, incluidos los rifirrafes y en ocasiones acaloradas discusiones entre sus integrantes.
Como todo documental de este tipo, tanto Chasing the Cup como Breaking Point son atractivos para los seguidores de los equipos involucrados y los especialistas en una determinada región, pues presentan una serie de elementos a los que un usuario ajeno a estas organizaciones no tendría acceso y permiten contextualizar mejor el comportamiento de los jugadores.
Desde el punto de vista empresarial, la elaboración de este contenido supone una fuente de ingresos por parte del patrocinador que lo graba y difunde en colaboración con la entidad. A cambio del tiempo de los jugadores, las organizaciones reciben una inyección financiera indispensable en el mercado actual de los deportes electrónicos.
La principal ventaja derivada de la emisión de Breaking Point es la ruptura con la impostada apariencia de que en las dinámicas de equipo reina el poder de la amistad
Aunque a priori pueda parecer una simple relación de mutuo beneficio entre dos empresas que buscan promocionar su imagen, financiar su actividad o ambas, la emisión de programas tan explícitos como Breaking Point constituye un arma de doble filo.
Bajo mi punto de vista, la principal ventaja derivada de su difusión es la ruptura con la impostada apariencia de que en las dinámicas de equipos de élite reina un espíritu de amistad que guía a los jugadores hacia la victoria. Aunque es evidente que en un colectivo ha de darse un mínimo grado de armonía que facilite la progresión como bloque y unas relaciones interpersonales fuertes suelen resultar saludables para la mejora, equipos tan dominantes como Moscow 5 o Samsung White han demostrado que no son imprescindibles para triunfar.
hopefully everyone gets a better perspective of pro play and how stressful/hard it really is being a pro gamer, extremely stressful. :(
— Joshua Hartnett (@Dardochlol) 2 de noviembre de 2016
En la misma línea de desidealización del estilo de vida de los jugadores profesionales de deportes electrónicos, Breaking Point exhibe lo estresante que puede resultar vivir en un ambiente de constante y alta presión. La proliferación de los psicólogos que se ha producido en los últimos tiempos no atiende sólo a la resolución de problemas como el bloqueo mental de los competidores en situaciones exigentes, sino a la promoción de un entorno saludable para el óptimo desarrollo de la actividad deportiva.
Como último punto positivo, al menos que a mí se me ocurra, diría que la exposición de algunos de los aspectos más problemáticos del sector de los deportes electrónicos sirve como ejemplo para aquellos jóvenes que aspiran a convertirse en profesional a toda costa. Como se puede apreciar en Breaking Point, el sacrificio formativo que realizan algunos jugadores acaba pasando factura a la mayoría de los que se embarcan en esta aventura, sobre todo si los resultados obtenidos no concuerdan con los previstos. Fijarse únicamente en casos de éxito como el de Bora “YellOwStaR” Kim, por bonito que pueda ser, suele llevar al fracaso.
Es turno, una vez repasados algunos de los posibles beneficios de la publicación de documentales explícitos como Breaking Point, de hablar de sus desventajas. En primer lugar, por obvio que parezca, la promoción de la imagen de una marca no conlleva necesariamente un incremento de su prestigio. De hecho, imagino que cuando Team Liquid y HTC Esports firmaron el contrato en el que se acordó la grabación del material ninguna de las dos compañías tenía previsto recopilar momentos tan escabrosos cuya emisión ha podido menoscabar la reputación de ambas empresas.
A lo largo de las casi dos horas de metraje, Breaking Point pone ante el espectador una abundante cantidad de secuencias en las que se pone en juego la carrera de jugadores, entrenadores y otros miembros de Team Liquid.
Los espectadores, salvo aquellos románticos empedernidos, son conscientes de que los profesionales no dejan de ser personas. Aunque se les exija cumplir unos estándares de conducta, pues al fin y al cabo son figuras públicas, siguen siendo seres emocionales y, por tanto, es comprensible que sean víctimas de algún arrebato en momentos de tensión. Por tanto, no es necesario airear trapos sucios, los cuales pueden colgar sambenitos y frustrar carreras deportivas.
La difusión de Breaking Point supone una acción irresponsable que pone en peligro las carreras de algunos jugadores y entrenadores
De todos los personajes principales de Breaking Point, diría que sólo la imagen del support Matthew "Matt" Elento y el entrenador David Lim ha salido indemne o reforzado. Algunos, como el mánager Nick Phan o el top laner Samson "Lourlo" Jackson, mantienen un bajo perfil que se caracteriza por acciones neutrales o positivas.
A medio caballo se encuentra Steve “LiQuiD122” Arhancet, copropietario de Team Liquid, pues su forma de afrontar las disputas y sus discursos le dejan en buen lugar pero el mero beneplácito ofrecido a la difusión de este material pone en tela de juicio su preocupación por el futuro de sus jugadores. LiQuiD122 tiene un registro prácticamente intachable de buenos tratos hacia sus trabajadores, pero al menos en mi lista Breaking Point supone un borrón importante. Si su intención era mostrar al mundo la genialidad que supuso intercambiar jugadores de Team Liquid y Team Liquid Academy, ha errado completamente.
En el otro extremo del espectro se encuentran Choi "Locodoco" Yoon-sub, Chae "Piglet" Gwang-jin y en menor medida Kim "FeniX" Jae-hun. El primero, sobre el cual es importante recordar que se incorporó a Team Liquid como creador de contenido y no tenía intención de ocupar un rol asociado al equipo más allá de alguna traducción ocasional del inglés al coreano, ha terminado de dilapidar su autoridad como entrenador al mostrar carencias flagrantes en su trabajo.
No es la primera vez que Locodoco ha sido acusado de no ser capaz de erigirse como una figura de autoridad en el vestuario, la cual trata con consideración a sus jugadores y recibe a cambio un respeto mayor. Frecuentemente achacado a su juventud, este problema se suma a la incapacidad para analizar los problemas de la dinámica de grupo y excusarse mediante otros, tal y como expone el propio Joshua “Dardoch” Hartnett cuando le deja en evidencia delante del resto de sus compañeros. Esta insuficiencia emocional le lleva en última instancia a destrozar un teclado mecánico, una secuencia que ya se ha viralizado en las redes sociales.
lol jfc pic.twitter.com/xOReVMP2DL
— Shakarez (@Shakarez) 2 de noviembre de 2016
Por su parte, Piglet ha consolidado su imagen de jugador infantil, caprichoso y mimado que trajo de Corea del Sur. Fuente de polémica desde su fichaje por Team Curse, sólo falta que uno de los mánagers le prometa ir a Disneyland con tal de que se tome en serio la conversación que están teniendo sobre los problemas del equipo en lugar de revolcarse por la cama cual crío.
El papel de Dardoch es probablemente el que vertebra el documental, pues parece que Team Liquid pretendía exponer su inapropiado comportamiento y el tiro le ha salido por la culata. Aunque es cierto que Breaking Point muestra episodios de insubordinación, actitud negativa y ego incontenido por parte del jungler, también expone su voluntad de afrontar y resolver los conflictos así como su insaciable deseo competitivo. Habría que realizar un sondeo representativo para concluir si los aficionados le han visto como héroe o villano, pero me atrevería a decir que la comunidad ha señalado más a otros miembros de Team Liquid que a su jugador estrella.
Sin embargo, no por ello Dardoch puede ver peligrar futuras ofertas por parte de organizaciones que, tras la emisión del documental, quizá no estén dispuestas a domar a la bestia con la esperanza de desatar su potencial deportivo.
Como nota final, es imprescindible recordar que el documental, como cualquier otro producto narrativo, no es más que un relato. Por tanto, conlleva una inherente selección de aquellos momentos más relevantes para el enfoque seleccionado y sólo constituye una representación de la realidad, no la realidad en sí misma. Deducir que lo proyectado es absolutamente fidedigno sería caer en una falacia, aunque lo mostrado puede ser preciso en términos generales.
I have been in the same position as those players and I would have never ever agreed to publish any of this to the public. Hard to watch.
— Marcel Feldkamp (@MarcelFeldkamp) 2 de noviembre de 2016
En definitiva, diría que Breaking Point presenta más perjuicios que bondades para todos los que están involucrados salvo para el equipo audiovisual, pues como contenido presenta un gran acabado en diferentes apartados técnicos. Una muestra más de que, ante todo, los jugadores han de revisar al detalle hasta la última cláusula de los contratos que firman para evitar verse en medio de la vorágine de la grabación y las reacciones al material, de manera similar a lo que sucedió en MTV España con G2 Vodafone y Gamers.