Jaroslaw Jarzabkowski, de 28 años, no es un tipo cualquiera. Conocido bajo su alias de PashaBiceps, es un ídolo nacional en Polonia y cuenta con miles de admiradores en todo el mundo.
Empezó a jugar a Counter Strike hace ya 13 años desde un cibercafé en el pequeño pueblo de Nasielsk, donde, según ha contado muchas veces, no había mucho que hacer a parte de pasar el rato con los amigos. Con el tiempo vio que se había convertido el mejor de su región y el cuerpo le pedía más.
Desde su incorporación al mundo competitivo no ha hecho más que cosechar éxitos. En enero de 2014 se incorporó a Virtus.Pro, un club totalmente polaco y donde ha ganado casi todos sus torneos. De hecho, esta está siendo su mejor temporada, en lo que llevamos de año ha acumulado más de $140.000 en premios.
Pasha es un icono no solo por mantenerse en lo más alto durante años, sino por ser uno de los veteranos del mundo gamer y tener una de las personalidades más magnéticas. Sigue una firme rutina de ejercicio que lo ha llevado a ser el deportista electrónico más fornido. Nunca decepciona en las entrevistas ni en sus streams, siempre encuentra la forma de arrancar una carcajada al espectador.
Su equipo también se está convirtiendo en leyenda, Virtus.Pro es el club que más tiempo ha mantenido la misma alineación. Son como una familia, ya lleva más de seis años con algunos de sus compañeros. Todos se conocen a fondo y luchan juntos tanto en los buenos como en los malos momentos. "No puedes rendirte cuando estas solo en el bosque. No puedes rendirte cuando estás abajo. Nosotros nunca nos rendimos. Siempre estamos luchando, hablando del juego, hablando entre nosotros, acerca de cuál es el problema. Intentamos solucionar cosas para estar siempre en la cima." Revelaba Pasha en una entrevista.
El hecho de que el equipo esté formado por miembros de una misma nacionalidad es otra de las grandes ventajas. "En partida hablamos cada segundo. Tener el mismo idioma hace que sea más fácil el trabajo en equipo y el comunicarnos entre nosotros." Cuenta el polaco.
Casado y con una hija de dos años, es el referente de todo aspirante a jugador profesional. Gracias a sus triunfos puede ayudar a su pueblo a desarrollarse, contribuyendo a la construcción de parques infantiles.
Recientemente Virtus.Pro se ha proclamado campeón de otro gran torneo, el DreamHack Bucharest, y parece ser que nadie puede parar al poder de los bíceps.
