Con el cambio de criterio de Sanidad de vacunar con la tercera dosis de refuerzo tras 4 semanas de haber pasado una infección, al nuevo criterio, de 5 meses después, surgen también las dudas de los expertos que creen que las pruebas con linfocitos T podrían permitir conocer la evolución de la pandemia de manera real.

Si la personalización de la medicina es el futuro en todos los niveles, a nivel de pandemia del SARS-CoV-2, también lo puede ser. En este caso, los expertos creen que saber cómo están los linfocitos T indicaría si son necesarias terceras dosis de refuerzo, o cuartas, o quintas…

Qué indican los linfocitos T

Tras los test de antígenos o las PCR, conocer la inmunidad de una persona se podría hacer conociendo la inmunidad, ya sea de anticuerpos o de linfocitos T; que una persona tenga anticuerpos indicaría que ya pasó la infección y que estaría más protegido con estas proteínas en niveles altos.

Pero estar más protegido no garantiza que no volvamos a infectarnos; de hecho hay personas con anticuerpos que se han vuelto a infectar por COVID, y personas sin anticuerpos que, ante un contacto con dicho virus, no han resultado afectados.

Para conocer la relación entre tener anticuerpos y estar protegido, varias investigaciones han apuntado a una inmunidad de duración más prolongada gracias a los linfocitos T. "Estas células se encargan de poner en marcha la fabricación de nuevos anticuerpos que harán frente rápidamente a la infección", explicaba el inmunólogo Alfredo Corell a El Mundo.

Y es que si nuestras células tienen memoria, y nos protegen activando nuestras defensas, podríamos tener suficiente inmunidad y no necesitaríamos dosis de refuerzo. La misma teoría nos vale para saber si, precisamente, necesitamos más protección con dosis extra de la vacuna.

Aunque todo es teoría, porque falta por encontrar cuál sería el nivel exacto de células en sangre que nos hagan que una persona no vaya a tener problemas con una infección activa.