China ha enviado unas 350 millones de vacunas contra el coronavirus a más de 90 países, sobre todo las fabricadas con virus inactivados por las farmacéuticas Sinopharm y Sinovac. Ambas cuentan con el visto bueno de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Sin embargo, los países que han confiado en estos sueros están sufriendo nuevos rebrotes, lo que ha generado sospechas sobre su eficacia. Así está ocurriendo en territorios como Singapur, Seychelles, Chile, Bahréin y Mongolia.

Estas zonas se encuentran cerca de la inmunidad de rebaño, pero están teniendo más infecciones ahora que antes de comenzar a inmunizar con el fármaco chino. Esta es la situación en algunas de estas naciones:

Singapur

Está cerrado hasta el próximo 13 de julio. Después de estar varios meses sin brotes locales, ahora ha comenzado a decretar viejas restricciones ante el aumento de contagios.

Chile

Contabiliza cifras superiores a los 3.000 contagios diarios con más de la mitad de su población vacunada. Ante esta situación, las autoridades sanitarias están valorando la posibilidad de administrar un tercer pinchazo de refuerzo de Sinovac. 

Bahréin

Ha inmunizado al 56,1% de sus ciudadanos, pero se enfrenta ahora a un nuevo brote. Por ello, el subsecretario de Salud del país ha anunciado que se pinchará una tercera dosis de Sinopharm a los residentes mayores de 50 años. 

Indonesia

Las últimas noticias llegadas son que más de 350 profesionales sanitarios que ya estaban inmunizados con Sinovac se han contagiado con la preocupante cepa Delta, que está poniendo en jaque a muchos países. 

Dudas

Todos estos datos en conjunto ponen en entredicho las vacunas chinas. Ninguno de sus fabricantes ha publicado datos revisados por pares sobre su seguridad y eficacia, aunque se conoce que este valor es más bajo que el de los fármacos de Pfizer o Moderna.

Según la compañía estatal, Sinopharm tiene una tasa de efectividad entre el 72,5% y el 79%. Respecto a Sinovac, se han registrado diferentes valores: en Turquía se situó en el 91,25%, Indonesia notificó un 65,3% y Brasil rebajó el porcentaje al 50,4%.

Las últimas noticias han hecho saltar las alarmas en todos los países que dependen de las vacunas del gigante asiático. A día de hoy, existen notables dudas sobre si pueden no ser muy efectivas ante el patógeno y las nuevas variantes.