PIMS-TS: el síndrome post covid que afecta a los niños
En Reino Unido se manifiesta en uno de cada 5.000 niños, y alrededor de 100 menores son ingresados cada semana por esta enfermedad, que aparece semanas después.
Superar la enfermedad del coronavirus no es el punto y final a la travesía por la que te hace pasar la COVID-19. Si, por ejemplo, a un alto porcentaje de españoles está golpeando la conocida como “fatiga pandémica”, los niños también sufren enfermedades posteriores. Desde Reino Unido se está alertando del síndrome multisistémico inflamatorio pediátrico (PIMS-TS).
Se trata de una enfermedad rara que afecta a los niños unas semanas después de haber pasado el coronavirus. La incidencia es de uno de cada 5.000 niños afectados, de los cuales unos 100 están siendo ingresados semanalmente.
Esta secuela no es algo nuevo, pues ya se manifestaba desde comienzos de la pandemia, con unos 30 menores afectados a la semana en los primeros meses. Sin embargo, como recoge The Guardian, está comenzando a preocupar enormemente porque los casos de niños ingresados se han triplicado con respecto al mes de abril.
¿Cómo es la enfermedad y por qué va en aumento?
El PIMS-TS es una grave inflamación de los vasos sanguíneos, pudiendo afectar de manera mortal al corazón. Dos menores habrían fallecido desde que comenzara la pandemia, en Reino Unido, por esta enfermedad.
En casos más leves, se manifiesta con síntomas como erupción cutánea, presión arterial baja, problemas abdominales, o fiebre de hasta 40 grados. Llegó a confundirse al principio con la enfermedad de Kawasaki. En casos graves se parece más a una sepsis o un shock tóxico.
Hermione Lyall, experta en enfermedades infecciosas en niños y directora clínica de servicios para niños en el Imperial College Healthcare NHS Trust en Londres, afirma que el aumento de casos de niños ingresados se debe a que los contagios se han multiplicado con la cepa británica en el país y proporcionalmente este aumento ha provocado un incremento directo de las hospitalizaciones de niños con esta enfermedad.
Otros datos a tener en cuenta ofrecidos por Lyall
Según revela la experta, la edad media de los niños afectados es de 11 años, desde los 8 hasta los 14, los cuales representaban un 67% de los pacientes en cuidados intensivos. Además, el 78% de los pacientes no tenían enfermedades subyacentes, y casi uno de cada cuatro de los que acaban en cuidados intensivos desarrolla una dilatación de las arterias coronarias.
Otros síntomas detectados son contusión, desorientación, letargo, dolencias en el cerebro, comportamientos inusuales, y en el peor de los casos un derrame cerebral. Otro estudio añade problemas cardíacos, como miocarditis o disfunción ventricular.
También afecta la etnia, pues el 75% de los niños ingresados son de origen negro, asiático u otra minoría étnica. “La genética puede jugar un papel importante. Pero nos preocupa que sea un reflejo de cómo se trata de una enfermedad de la pobreza, que afecta de manera desproporcionada a quienes no pueden evitar la exposición”, explica Lyall.
En agosto ya se publicó un estudio al respecto
En verano, un estudio realizado por investigadores del National Institute for Health Research de Reino Unido, publicado en la revista Nature Medicine, revelaba que los cambios que se producían en los niños durante la fase aguda de la enfermedad volvían a la normalidad poco a poco una vez se recuperaban.
Se analizaron las muestras de sangre de 25 niños, en diferentes puntos de la enfermedad, comparando su estado con el de niños sanos. La investigación aportaba que en la fase aguda los niños presentaban niveles altos de las moléculas citoquinas y niveles bajos de los glóbulos blancos linfocitos.