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La efectividad de la primera dosis de la vacuna contra la COVID-19

El vial de refuerzo es habitual en muchos remedios existentes en la actualidad, ya que permite producir anticuerpos de mayor calidad ante una enfermedad.

La efectividad de la primera dosis de la vacuna
ETIENNE LAURENT EFE

Actualmente, tanto la Unión Europea como Estados Unidos han autorizado dos vacunas contra el coronavirus: las desarrolladas por Pfizer/BioNTech y Moderna. Ambas requieren dos dosis para que la protección sea máxima, aunque el periodo de aplicación varía ligeramente: en el caso de la primera debe ser con un intervalo de 3 semanas, mientras que en la segunda es de un mes.

La dosis de refuerzo es algo habitual en la mayoría de vacunas existentes, tal y como ha analizado la BBC en un artículo. Es el caso por ejemplo del remedio MMR (sarampión, paperas y rubéola), que se administra a bebés de todo el mundo para prevenir estas enfermedades. El 40% de las personas que sólo reciben una dosis no están protegidas de los tres virus, en comparación con el 4% que sí reciben el segundo vial. 

Cómo funciona el refuerzo

Con la inoculación de una nueva cura, se expone el cuerpo a los antígenos para iniciar la segunda parte de la respuesta inmunitaria. Esto supondrá un mayor refuerzo y se producirán anticuerpos de mayor calidad.  

Efectividad por farmacéutica

Según los datos publicados por Pfizer, su vacuna tiene un 52% de efectividad tras la primera dosis. La protección no se activa hasta al menos el día 12, y a la semana de recibir la segunda dosis, la eficacia se eleva hasta el 95%.

En el caso de la vacuna de Oxford-AstraZeneca, su primera dosis ofrece una protección del 64,1%. Si se reciben dos, este parámetro se incrementa hasta el 70,4%, o curiosamente, el 90% en personas que han recibido media dosis seguida de una dosis completa.

Respecto a la de Moderna, el primer vial ofrece una protección del 80,2%, y cuando se recibe la segunda, su valor aumenta hasta el 95'6%. 

Existe más controversia con la de CoronaVac, ya que se ha probado de forma independiente en varios países y los resultados han sido dispares. Estados Unidos afirmó que tenía un 86% de efectividad, los expertos turcos lo elevaron hasta el 91,25%, en Indonesia la han reducido hasta el 65,3% y el Instituto Butantan de Brasil ha fijado este medidor en un 50,4%.

La última vacuna conocida hasta la fecha es la Sputnik V, desarrollada por Rusia. Sus autoridades desvelan que tras la segunda dosis, la eficacia es del 91,4%. La gran novedad radica en el desarrollo de una nueva versión, la Sputnik-Light, que tendría como objetivo paliar la escasez de la cura original y se administraría en una sola dosis.