El gran miedo de los expertos: las mutaciones del coronavirus
Los cambios que experimente la COVID-19 que el organismo no sea capaz de reconocer al virus y vuelva a infectarse aunque haya pasado la enfermedad.
Ya llevamos casi un año conviviendo con el SARS-CoV-2, un virus que ha infectado a 66 millones de personas y ha causado más un millón y medio de muertes en todo el mundo. Durante estos meses, los científicos han investigado a fondo el comportamiento de la enfermedad con el objetivo de descubrir las herramientas más eficaces para combatirla. Y, a base de mucho trabajo, han hecho grandes descubrimientos. Aunque todavía quedan también muchas incógnitas por resolver.
Una de las cuestiones que más inquietan a los expertos son las mutaciones que puede experimentar el coronavirus, así como las reinfecciones que estas pueden provocar. Las mutaciones hacen que un organismo no sea capaz de reconocer al virus y vuelva a infectarse pese a haber pasado la infección. “Esto es lo que pasa con el virus de la gripe, que cambia mucho de año a año, y nuestro sistema inmunitario no reconoce bien al virus mutado. Por esto hay que revacunarse anualmente con vacunas que contienen cepas nuevas”, explica a Efe la catedrática de Inmunología del Centro de Investigaciones Biomédicas (CINBIO) y doctora en Medicina África González.
De hecho, esta misma semana, el Servicio de Microbiología y Enfermedades Infecciosas del Hospital Gregorio Marañón de Madrid ha dado a conocer el primer caso de reinfección por coronavirus en España. Según detalla en un artículo publicado en Research Square, se trata de una mujer que se contagió en abril y que en septiembre tuvo un segundo episodio más grave y con otra variante del virus. Liderados por Darío García de Viedma, los investigadores han descrito en su estudio el escenario epidemiológico completo que rodea a una reinfección, así como la secuenciación de genoma completo del virus, es decir, la variante que reinfectó a la paciente y cómo esta contagió a varias personas de su entorno.
No obstante, de momento, la tasa de mutación del coronavirus es pequeña. De mantenerse así, es muy poco probable que haya nuevos contagios o serán mínimos, por lo que no será necesario cambiar la vacuna cada año, como ocurre con la de la gripe. Hasta la fecha, solo se han descrito 27 casos de reinfección por SARS-CoV-2 en el mundo.
Respuesta inmune
Para entender los casos de reinfección es importante comprender también la respuesta inmune que se genera en nuestro cuerpo. Es decir, la capacidad del organismo para protegerse de la infección de un patógeno, bien al pasar la enfermedad o vacunarse frente a ella. Y, de momento, se sabe muy poco.
Aunque el proceso sea el mismo en todas las personas, la intensidad de la inmunidad generada tras una infección depende de varios factores: la genética, la edad, el sexo, las vacunas previas o la exposición a patógenos. Con el coronavirus se ha observado que algunos genes pueden proteger del virus y que algunas vacunas como la de la gripe común, también otorgan “cierta protección”, mientras que ser hombre, mayor de 65 años o tener diabetes, obesidad o hipertensión son factores que elevan el riesgo de sufrir COVID-19 severo, detalla la catedrática de la Universidad de Vigo. En el lado contrario estarían los niños menores de 10 años, que parecen tener menos posibilidades de infectarse y contagiar. Además, cuando contraen el virus, no suelen desarrollar síntomas o lo hacen de manera muy leve.
Las vacunas, una apuesta segura
Por ahora, todos los prototipos de vacuna que están a punto de ser aprobadas por las autoridades reguladoras y que llegarán al mercado a principios de 2021, como los de Pzifer, Moderna, Oxford y AstraZeneca, se están desarrollando sobre la misma cepa de SARS-CoV-2, con pequeños cambios (mutaciones) entre ellas.
Además, las vacunas se centran en la proteína S (spike) que es la que utiliza el virus para entrar en las células humanas a través del receptor ACE-2 e infectar al organismo, de manera que la protección contra el virus estará asegurada en todas las vacunas aprobadas por las agencias reguladoras de Europa y Estados Unidos.