CORONAVIRUS

Dos factores evitan a los niños sufrir un cuadro grave de COVID-19

Los más pequeños son el grupo de población que menos se ve afectado por las complicaciones de salud que plantea la enfermedad del coronavirus.

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"Es probable que todos los niños se contagien del coronavirus a lo largo del curso", explicaba en septiembre Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid. Sin embargo, desde que comenzó a estudiarse la enfermedad del coronavirus, siempre se ha manifestado que los niños parece que poseen una especial proyección y por tanto presentan una menor gravedad en sus contagios.

Son varias las hipótesis que explican este fenómeno. La mejor salud de los vasos sanguíneos y las diferencias en el sistema inmunológico serían algunos factores que evitan que los niños tengan síntomas más graves, según sostiene una revisión científica realizada por expertos del Instituto de Investigación Infantil Murdoch (Estados Unidos), la Universidad de Melbourne (Australia) y la de Friburgo (Alemania).

Existen muchas teorías sobre los motivos por los que los adultos sufren en mayor medida la enfermedad en contraposición con los niños, pero hay poco consenso para explicar realmente por qué a partir de cierta edad, pongamos los 60 años, las complicaciones aumentan considerablemente.

Las capas de las células endoteliales, posible clave

Esta nueva investigación científica pone el foco en la capa de las células endoteliales que recubren los órganos, como el corazón o los vasos sanguíneos y linfáticos, y las afecciones que se producen en ella y que aumentan con la edad.

Los autores, a través de sus hallazgos, creen firmemente en su relación con la COVID-19: “Sabemos que los daños preexistentes en los vasos sanguíneos juegan un papel importante en la gravedad del COVID-19 y pueden provocar coágulos de sangre y causar accidentes cerebrovasculares y ataques cardíacos. El coronavirus puede infectar estas células endoteliales y causar inflamación de estas estructuras”.

Por ejemplo, en relación a la inflamación, aquellas enfermedades con una crónica, que principalmente se dan en edad avanzada, también han sido relacionadas con el hecho de tener un cuadro grave de coronavirus. Y todo esto, en los niños, no se produce.

Se une a la teoría de la enzima TMPRSS2

Hace menos de un mes, investigadores del Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt (Canadá) explicaron que podía deberse a que los niños tenían niveles más bajos de una enzima, la TMPRSS2, que es la encargada de cortar la proteína de los “picos” que sobresalen del virus inhalado y que permite que el virus se fusione en la membrana celular para entrar en la célula.

Según sus hallazgos, el coronavirus, que se sirve de una enzima y un co-receptor para invadir las células epiteliales de las vías respiratorias que se encuentran en el pulmón, tendría mayores dificultades para afectar a los niños por esta razón.