CORONAVIRUS

La protección adicional que dan las mascarillas a los niños

Florentino Barbadillo confirma que el uso de mascarillas en los más pequeños impide también la propagación de otras enfermedades contagiosas.

La protección adicional que dan las mascarillas a los niños
Servicio Ilustrado (Automático) AYUNTAMIENTO DE MAIRENA DEL ALJA

Con la llegada de la pandemia provocada por el coronavirus, poco a poco nos hemos ido adaptando a una nueva normalidad en la que las mascarillas se han convertido en un complemento primordial. El uso de estas se ha vuelto obligatorio y, como mínimos, nos acompañarán también en 2021.

Las mascarillas, además de evitar la propagación del SARS-CoV-2, también están evitando los contagios de otras enfermedades, especialmente en los niños, según confirma a El correo de Burgos Florentino Barbadillo, jefe de Pediatría del Hospital Santos Reyes (Burgos). "Sin duda está ayudando a prevenir otros muchos virus", afirma. Además, destaca que la primavera pasada los síntomas respecto al polen fueron "más leves en general", aunque precisa que durante los meses de mayor intensidad "estuvimos confinados".

Otro de los aspectos a destacar del uso de la mascarilla es que también previene los contagios por gripe, cuyos síntomas son similares a los de la COVID-19 y con cuya coexistencia temporal podría complicar la situación de los hospitales. "Si la gripe que suele llegar con la Navidad coincide con una tercera ola podríamos correr el riesgo de colapsar el sistema sanitario", afirma Barbadillo.

Efectos de las restricciones en los menores

Sin embargo, las múltiples restricciones impuestas por culpa de la pandemia también tienen su efecto negativo en el desarrollo de los más pequeños. El experto destaca, entre otras, un aumento de peso y la pérdida de capacidad física.

Por su parte, la psicóloga Pilar Vicario destaca las consecuencias mentales para los niños, de los que asegura son capaces de adaptarse a la nueva realidad "mucho mejor que los adultos". Para Vicario, el resultado de lo ocurrido este año será unos niños "menos afectivos tanto en la manifestación física como verbal y un poco más introvertidos".

Por último, el hecho de no poder jugar con sus compañeros de forma normal, por el hecho de estar en diferentes grupos burbuja, implica una pérdida de las capacidades sociales. "Eso lo estamos viendo ya con limitaciones a la hora de expresar conductas empáticas. Se observan menos manifestaciones de alegría, tristeza y enfado", destaca la psicóloga.