CORONAVIRUS

El municipio oscense de Fraga fabrica la jeringuilla para vacunar contra el coronavirus

La planta que tiene la multinacional Becton Dickinson en la localidad oscense ha vendido ya 400 millones a países como Estados Unidos, Reino Unido o Canadá.

El municipio oscense de Fraga fabrica la jeringuilla para vacunar contra el coronavirus
Servicio Ilustrado (Automático) BECTON DICKINSON

Todo el mundo está centrado en la llegada de una vacuna contra la COVID-19. En cambio, nos olvidamos de otro elemento fundamental en el plan de vacunación que comenzará el próximo año: la jeringuilla que se utilizará para administrar el fármaco. Un utensilio que llevará sello español, ya que la jeringa más demandada, por su diseño único, completamente diferente con las de uso tradicional, es la que se está fabricando en Fraga (Huesca).

En la localidad oscense, de apenas 15.000 habitantes, se encuentra una planta de la multinacional Becton Dickinson, que está presente en 190 países y cuenta con 65.000 trabajadores de todo el mundo. En España tiene tres fábricas. Pero, de toda su red mundial, ha asignado la fabricación de esta jeringuilla a su planta de Fraga, que tiene una extensión de 65.000 metros cuadrados, con energía 100% renovable y totalmente automatizada. Emplea a 600 personas y produce 6.000 millones de unidades al año.

Diseño exclusivo

Lo que diferencia a esta jeringa del resto es que está diseñada para realizar campañas de vacunación masiva cuando no se dispone de unidosis. Así lo ha detallado la directora general para España y Portugal de BD, Lourdes López. Si bien ha reconocido que cualquier jeringa sirve para la vacunación de la COVID-19, asegura que este modelo “está especialmente diseñado” para el formato en el que se van a proporcionar en un primer momento los fármacos, que es el de viales para diez personas, según le ha comunicado la industria farmacéutica a esta compañía.

En concreto, ha explicado que este tipo de jeringa contiene una pieza que entra dentro del émbolo de la misma haciendo que el 100% de la cantidad de la dosis se suministre al paciente, mientras que con el resto de modelos “siempre queda una cantidad de la dosis en el cono que va conectado a la aguja” y “se pierde”. Aprovechar la dosis completa va a permitir, según López, llegar a un 15-19% más de población frente al resto de modelos, con la consiguiente eficiencia, “ya que se puede vacunar a muchas más personas”, suponiendo también un considerable ahorro económico: “Hemos calculado que, solo en España, el uso de nuestras vacunas permitirá ahorrar más de 100 millones de euros en vacunas, ya que éstas han sido adquiridas en viales multidosis, no en dosis individuales”.

Otras ventajas que presenta es que es muy sencilla y viene con la aguja incorporada, por lo “no necesita ningún tipo de manipulación para montar la jeringa, basta con abrir el envase, cargar la vacuna e inyectarla”. “No es necesario ser un profesional sanitario especializado para utilizar esta jeringa”, añade en ABC. Asimismo, tiene un precio muy económico, ya que ronda en los 10 céntimos.

Muy demandada

Gracias a sus características únicas, la planta de Fraga ha vendido ya 400 millones de unidades a grandes países, entre los que se encuentran Estados Unidos, Inglaterra o Canadá, además de España. El primer país en solicitar esta jeringa fue Gran Bretaña, hace seis meses, al que se han vendido 65 millones de unidades. Después, Estados Unidos, para el que se han fabricado 190 millones y, en tercer lugar, Canadá, prácticamente a la par que España. Para el país canadiense se han fabricado 75 millones de unidades y para España, 25, de los que “ya hemos suministrado algunos, otros estamos fabricándolos” y también tienen en stock porque en algunos casos les han pedido almacenarlas hasta que se vayan a utilizar. López ha añadido que Francia y Alemania también han solicitado pedidos.

El incremento de la demanda de este producto ha hecho que la planta de Fraga haya puesto en marcha una segunda línea para duplicar su fabricación, lo que ha requerido de una inversión de 1,5 millones de dólares, además de incrementar la contratación de personal. Lourdes López ha apuntado que se ha pasado de 300 millones de unidades al año a 600, si bien ha aclarado que son cifras estimadas puesto que la demanda varía continuamente.