El periodista Iker Jiménez, que lleva muchísimos años al frente de su programa Cuarto Milenio intentado descifrar los principales misterios de la humanidad, ha tenido que afrontar en este 2020, seguramente, el misterio más grande de todos: la pandemia de la COVID-19. Sin embargo, para él, de todas las teorías hay una más cercana a la realidad que el resto: “Seguramente se escapó por mala praxis de uno de los laboratorios de Wuhan”.

El presentador de televisión ha hecho balance sobre cómo ha tratado de contar los secretos del nuevo coronavirus en su programa en una entrevista concedida a La Voz de Galicia. "Es un misterio que ha desvelado nuestros errores como sociedad. Pocos tan grandes como este", admite.

La pregunta del millón, y la que todo periodista desea dar respuesta, es el punto de inicio de todo. Jiménez se atreve a dar una: “Para mí es un virus de origen zoonótico, proveniente de un tipo de murciélago y seguramente se escapó por mala praxis de uno de los laboratorios de Wuhan donde estaban experimentando con ellos. Pienso esto mientras no se me demuestre lo contrario”.

Defensa a toda costa de su labor informativa

“Yo he ido siempre a lo mío. Solo canto mi canción a quien quiera escucharla. Mucha gente ha quedado retratada. Se pensaban algunos que yo era un inculto, que fantaseaba. Nada tiene que ver que a uno le guste el misterio con eso”, explica el de Vitoria.

Iker Jiménez basa su argumentación en la calidad de sus entrevistados, “un equipo de médicos y epidemiológicos que no han fallado en nada. Fueron valientes, no temieron ir totalmente a la contra del discurso que imperó durante dos largos meses. No era una gripe y no era algo inocuo. Su valentía creo que ha salvado a mucha gente".

Sin duda, al fin y al cabo de todas las experiencias se aprende y el propio Jiménez confiesa que ha aprendido “más en estos seis meses sobre el gremio, el poder y la verdad y la mentira” que en toda su vida. “Sigo alucinando a diario. Pero puedo decir que siempre he ido por libre y con un objetivo: ayudar y alertar a la gente de lo que venía. No todos pueden decir lo mismo. Y eso el público lo sabe”, añade.

Considera su programa un ejemplo

Así describe Iker Jiménez su programa frente a otros: “Naturalidad sin anestesia. Sin partidismos. Sin defender corrientes. Sin atacar a unos por no ser de los nuestros y alabar a otros por serlo. Esa es la clave. Ser fieles a la investigación, dar voz a los que saben y no importarnos nada el qué dirán”.

Muestra orgullo porque durante estos meses de pandemia ha recibido críticas, cuando se negó a ir a grabar en febrero, se confinó antes de tiempo o alertó sin reparo. “He predicado con el ejemplo. No he ido de A a B. Y eso ha sido un shock para muchos. No me importó, no me importa y no me importará ir a contracorriente”, cuenta el comunicador, que en cambio no se atreve a dar un pronóstico sobre lo que vendrá: “Sobre el futuro... sinceramente nada te puedo decir. Lo desconozco”.