Las nuevas medidas para todos los municipios con más de 500 casos por cada 100.000 habitantes ya han comenzado a aplicarse en Madrid tras la orden del Ministerio de Sanidad. Sin embargo, un aspecto que ha sorprendido es la no inclusión del cierre de los parques infantiles. Esta restricción sí que aparecía en el borrador de Salvador Illa, ministro de Sanidad, propuesto a votación y llevado al pleno del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS).

En principio, en ese documento cuyo contenido se conoció antes de que se hiciera todo oficial, se razonaba que “la suspensión de la actividad de parques infantiles procura evitar la interacción en grupos mayores de seis personas y evitar aglomeraciones, que en dichos espacios pueden contribuir a la mayor transmisión del virus”.

Pues finalmente, se ha cambiado de parecer sobre esta cuestión para que se produzca todo lo contrario, que se pueda acceder a parques infantiles de uso público con total libertad. De hecho, es algo que pudo confirmar Enrique Ruiz Escudero, consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, en la rueda de prensa ofrecida junto al consejero de Justicia, Interior y Víctimas, Enrique López.

Sin obligación, pero muy debatida

Pese a que la decisión adoptada ha sido la de permitir que se puedan usar los parques infantiles, realmente no hay mucho consenso sobre esta rebaja de las restricciones. Por ejemplo, en la Comunidad de Madrid, cuando se confinaron las 45 áreas sanitarias por la alta incidencia de casos, una de las medidas defendidas por el Ejecutivo madrileño era precisamente esa, cerrarlos para evitar la concentración de personas.

Sin embargo, al igual que ven aumentadas las medidas y la dureza de las mismas en más zonas y municipios, en ese sentido se ha dado un paso atrás, dejando total libertad a los padres para que lleven a sus hijos a jugar y dejándolo a la responsabilidad de cada uno.

En teoría, la razón que argumentan algunos expertos es que hay menos riesgo de contagios al aire libre que en espacios cerrados, y mientras se cumplan con las normas básicas como la mascarilla o la distancia de seguridad, no habría problemas para permitir reuniones con los niños en estos parques siempre y cuando sean muy reducidas.