CORONAVIRUS

El manual definitivo para el uso de la mascarilla: cuál elegir, tipos, duración, cuándo es obligatoria...

Te explicamos el uso correcto de las mascarilla para evitar el contagio del COVID-19 y los tipos que existen actualmente en el mercado.

El manual definitivo para el uso de la mascarilla: cuál elegir, tipos, duración, cuándo es obligatoria...

Se ha convertido en nuestra mejor aliada y nadie debería salir a la calle sin ella. Ya existen de mil tipos, colores, diseños... la mascarilla se ha convertido, a nuestro pesar, en el producto estrella de este atípico año 2020. Nadie lo podría haberlo imaginado cuando dábamos la bienvenida a este año, pero el coronavirus ha provocado que todo el mundo tengamos un cargamento de ellas en nuestras casas.

Desde que el Gobierno la impuso como obligatoria para todos los espacios de nuestro día a día, la mascarilla es ya un complemento más en nuestro atuendo diario. Incluso los niños han tenido que incorporarla en su vuelta a los colegios y no digamos ya en caso de los adultos en sus puestos de trabajo. Un objeto que, hasta marzo, nos parecía extraño, al menos para una persona que trabaja lejos del ámbito de la sanidad. Un complemento que muchos asocian con países asiáticos, con el fin de evitar la alta contaminación y contagiar a otras personas de ciertas enfermedades.

Sin embargo, ahora siempre llevamos, al menos, una encima y hemos cargado nuestros coches y bolsos con más mascarillas por si hacen falta en algún momento. Pero, pese a que gran parte de la sociedad ya está conciencia con su uso, son muchas las personas que todavía no lo hacen de la manera correcta y ponen en riesgo a otras personas, que podrían contagiarse por su mal uso. Y es que, como ya dijo Lady Gaga en un mensaje reciente sobre las mascarillas, lo podemos hacer mejor.

¿Y cómo podemos hacerlo? Bueno, lo principal es informarse de la manera más correcta posible. La mascarilla -lejos de los conceptos que teníamos de ella para carnavales y otras actividades- se ha diseñado con la intención de proteger, tanto al que la lleva puesta como a la persona que podamos tener delante. Y es que su función está en limitar la emisión y la llegada de gotas respiratorias. Pero, ojo, en esta pandemia que vivimos día a día, la mascarilla no hace sola su trabajo y es necesario no olvidar nunca el lavado continuo de manos, la distancia de seguridad o la desinfección de espacios y superficies.

¿Cómo usar correctamente la mascarilla?

Cabe recordar que, pese a no ser una persona enferma, es obligatoria llevarla en todo momento. Porque si algo nos ha enseñado la COVID-19 es que no hace falta tener síntomas para ser positivo y propagar el virus por nuestro barrio o nuestra ciudad. Incluso es casi imposible saber la cantidad de gente que ha pasado el coronavrus y no es consciente de ello. Así que, enfermo o no, ponte la mascarilla y hazlo de la manera correcta: nada de dejar por fuera la nariz para 'respirar mejor'.

Y es que un mal uso de la mascarilla sería casi igual a no llevarla puesta. Tiene que cubrir completamente nariz y boca, para evitar la mayor exposición posible al virus porque, recordad, que ciertas mascarillas protegen a la personas que tienes delante y no a uno mismo. Siempre debe cubrir todo, desde el puente nasal hasta la barbilla. Sin excepciones y sin escusas por 'no poder respirar' -salvo prescripción médica, claro-. Y tener en cuenta que hay que ajustarla correctamente a la nariz con la guía metálica, esto hará que la mascarilla no se mueva ni se baje.

¿Y a la hora de ponerla o quitarla? Cogerla siempre por las gomas, esto evitará el contacto con el virus. A la hora de retirarla, imprescindible un lavado de manos y en caso de guardarla en algún lugar que sea con una bolsa o un recipiente que lo mantenga aislado, fuera del contacto con otros objetos. Al tirarla a la basura lo mismo: en una bolsa cerrada y si ya se cortan las gomas pues mejor, evitará que los animales se puedan enganchar con ellas. Y lo más importante, nunca tirarlas al suelo, su lugar es el contenedor para restos.

Tipos de mascarilla

Igual de importante es saber qué tipo de mascarilla usar. Las hay de todo tipo y colores, pero el nivel de protección y duración cambia en función del tipo de mascarilla que se elija par cada caso.

  • Máscarillas higénicas: Se recomiendan para la población sana y sin contacto a personas enfermas de coronavirus. Pero, cuidado, no sirve cualquier trozo de tela. Las mascarillas tienen que seguir una normativa: las normas UNE 0064-1:2020 (no reutilizables para adultos), UNE 0064-2:2020 (para niños) o UNE 0065:2020 (reutilizables para adultos y niños). La eficacia de la filtración bacteriana que debería ser igual o superior al 90% (reutilizables) o al 95% (no reutilizables). En caso de ser reutilizables tiene que consta el número de lavados que se pueden hacer antes de retirarlas y en ningún caso usarlas humedecidas. Esto tipo de mascarillas se deben usar con un filtro y guardarlas en un recipiente o una bolsa. Además, protegen a los demás, pero no a la personas que la lleva puesta.
  • Máscarilla quirúrgica: Probablemente las más populares en esta pandemia. Pueden ser usadas por todo el mundo, pero son más recomendables para personas con síntomas o un diagnóstico reciente, así como personas en contacto con contagiados o gentes vulnerable. Tienen un tiempo de uso máximo de cuatro horas y deben ser deshechadas a cada uso. Deben cumplir la normativa UNE EN 14683. Y ojo con los más listos: nada de darles la vuelta. Las mascarillas tienen una parte interior y otra exterior, diferenciadas normalmente por los colores blanco -por dentro- y azul -hacia afuera-. Al igual que las de tela protegen a los demás, pero no a uno mismo.
  • Mascarillas tipo FFFP1, FFFP2 y FFP3: son las más complejas del mercado, de hecho, recomendadas para uso profesional o los grupos más vulnerables de nuestra sociedad. Tienen un costo más elevado, pero su protección es tanto para la persona que la lleva puesta como para los demás. Se pueden comprar en farmacias pero, cuidado, las que llevan una válvula de exhalación están prohibidas porque no protegen a las personas de nuestro alrededor, de hecho, hacen todo lo contrario.