La pandemia del coronavirus ha traído consigo muchísimos problemas y quebraderos de cabeza para las autoridades y los ciudadanos. A la crisis sanitaria y económica se unen también la aparición de los 'negacionistas', que son aquellas personas que no creen ni en las mascarillas, ni en las vacunas, ni siquiera en la existencia del virus...

Sin embargo, todas estas teorías conspiranóicas y que, en muchos casos, están provocando graves situaciones de riesgo para la salud pública, se basan en argumentos que, a menudo, son fáciles de desmontar basándose en la ciencia. En el diario El Mundo han enumerado algunas de ellas.

Las mascarillas

Las mascarillas son uno de los grandes motivos de discusión entre 'negacionistas' y científicos. Evidentemente, la ciencia ha demostrado mediante investigaciones recientes que este complemento es imprescindible para evitar que las gotículas que se expulsan al hablar, toser o estornudar pueda transmitirse entre personas. Deben estar homologadas y cumplir con los requisitos para evitar una sensación de falsa seguridad. Precisamente, esto es lo que tienen los que niegan su eficacia.

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Las vacunas

Otra de las excusas utilizadas por este colectivo son las vacunas. Algunos han apuntado que se utilizarán para implantarnos chips y dominarnos o para provocarnos efectos secundarios irreversibles, peores que los del coronavirus. Sin embargo, gracias a las vacunas podemos decir que la mayoría de la población logra llegar a ser adultos sin tener graves complicaciones de salud debido a enfermedades víricas. Hay que decir que las vacunas que se utilicen en Europa y España contra el coronavirus tendrán todas las garantías de seguridad, aunque, quizá, distintos grados de eficacia.

Las pruebas PCR

Los test PCR también se ponen en duda en este colectivo. "A veces fallan y dan falsos positivos", argumentan los más detractores de estas pruebas. No obstante, según los expertos "es la mejor técnica para identificar restos de ARN de este virus y los falsos positivos son una 'minoría', por lo que no es motivo para invalidar esta técnica".

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La unión de los gobiernos

Que todos los gobiernos estén compinchados es otra teoría conspiranóica. "Lo hacen para controlar a todo el mundo", dicen algunos 'negacionistas'. A expertos no le extraña que estas ideas existan porque están muy presentes ante "atentados terroristas" o "catástrofes naturales". Sin embargo, la pandemia ha afectado a la gran mayoría de países, por lo que cada uno debe poner su granito de arena para acabar con ella. No es un problema de uno, es un problema de todos.

La hidroxicloroquina y los 'medicamentos milagrosos'

La utilización de 'medicamentos milagrosos' es muy técnica muy utilizada por los que no creen en esta pandemia. La hidroxicloroquina se ha convertido en el más mediático, gracias a la repercusión que le ha dado Donald Trump, presidente de Estados Unidos. En los hospitales todavía se buscan medicamentos eficaces para luchar contra el coronavirus, pero entre ellos no está ni se le espera a la hidroxicloroquina.

La inmunidad de grupo

Lograr la inmunidad de grupo también es otra idea de los 'negacionistas'. Para ello, defienden, incluso, que es mejor contagiarse todos y así "acorralar" al virus inmunizando a la mayoría de la población. Sin embargo, el estudio de seroprevalencia que se realizó en España demuestra que estaríamos "muy lejos" de conseguirlo. No se conoce que porcentaje se necesitaría para ello y hay muchas dudas de que superar el virus inmunice a la persona para un largo periodo.

"No muere tanta gente"

Algunos llegan a afirmar que "no muere tanta gente". Es cierto que en esta 'segunda ola' los fallecidos han disminuido respecto a los primeros meses de la pandemia. Sin embargo, los datos demuestran que en España ha habido casi 30.000 muertes por esta enfermedad -registrados- y en el mundo, más de 869.000.

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El virus es artificial, ya no hay pandemia y nos ocultan la verdad

Que el coronavirus ya no es pandemia, que los científicos nos ocultan la verdad y que este virus es artificial (que se ha creado en un laboratorio y no se ha transmitido a los humanos desde alguna especie animal) son otras de las teorías que ponen sobre la mesa unos ciudadanos que siguen provocando un riesgo para la lucha contra la propagación de la COVID-19 y la salud pública.