Aragón es la comunidad autónoma española que más está sufriendo al coronavirus en las últimas semanas. Los focos de contagio comenzaron en varias comarcas de Huesca, pero poco a poco los positivos se han intensificado en Zaragoza y ahora mismo la capital aragonesa se ha convertido en el epicentro de la COVID-19 en toda Europa. Según los datos que publica el Gobierno regional diariamente, en la ciudad de Zaragoza ha habido en la última semana 3.302 casos. La tendencia además continúa al alza y de esos últimos siete días, ayer domingo fue el día con más positivos registrados, 567.

“En Zaragoza se da la tormenta perfecta”, manifestó la semana pasada el presidente de Aragón, Javier Lambán, cuando fue preguntado sobre las razones que la ciudad maña tenga este nivel tan alto de contagios diarios. Los motivos hay que situarlos en dos frentes: por un lado, la gran cantidad de temporeros que viven en la ciudad y que viven hacinados y en malas condiciones; por otro, el ocio nocturno y los botellones vistos en las últimas semanas han hecho aumentar la circulación y transmisión del patógeno.

Más de 500 casos por cada 100.000 habitantes

Estas dos variantes han hecho que, según datos del Ministerio de Sanidad, Aragón es la región europea con mayor incidencia acumulada si atendemos a los nuevos casos diagnosticados en los últimos 14 días. La incidencia acumulada, es decir, número de casos por cada 100.000 habitantes, se sitúa en 503,68 según el último informe del Gobierno publicado el viernes, pero ese día la serie de Aragón no se actualizó por problemas técnicos, por lo que habrá que ver este la actualización de este lunes, después de que Sanidad haya estado cuatro días sin poner al día los datos de la comunidad autónoma.

La situación en Zaragoza, al menos en lo que se refiere a los temporeros, está lejos de cambiar. Solamente en la comarca de Bajo Cinca se necesitan entre 15.000 y 20.000 temporeros al año, de los cuales una minoría vive en malas condiciones, hacinada, en almacenes, casetas o incluso en tiendas de campaña, lo que favorece la propagación del virus por las condiciones indignas en las que residen. El problema de los jornaleros del campo lleva años a debate en Aragón y ahora el coronavirus lo ha agravado aún más.

Restricciones al ocio nocturno

El otro frente que está produciendo tan alto nivel de contagios es los botellones y locales de ocio nocturno. El perfil de la persona contagiada ha cambiado respecto al mes de abril o marzo. Ahora más de la mitad de los nuevos positivos son personas de menos 45 años. Las discotecas y las zonas de ocio están ayudando a propagar el virus y el Gobierno se ha puesto manos a la obra para tratar de contenerlo. Por eso, ordenó el cierre de la hostelería en toda la comunidad autónoma a la 1 de la madrugada, pero se ha topado con el Tribunal Superior de Justicia de Aragón, que ha suspendido de forma cautelar este horario de cierre. Ahora, el Ejecutivo de Lambán tiene tres días para justificar al juez la prohibición del servicio en barra.

Controles en el barrio de Delicias

Además, otra de las medidas tomadas por el Gobierno autonómico, en colaboración con la alcaldía de Zaragoza y la Policía Local y Nacional es reforzar los controles en el Barrio de Delicias de Zaragoza, uno de los barrios más poblados de la capital y con mayor densidad. Las autoridades han detectado que muchas de las personas que han dado positivo por PCR o están en cuarentena a la espera de conocer los resultados del test no están cumpliendo con el aislamiento y están saliendo de sus domicilios, lo que no ayuda a frenar los contagios.

Todas estas actuaciones van encaminadas a contener un foco de contagio, el de Zaragoza, que sigue con la curva en ascenso. Y es que la capital aragonesa es actualmente el epicentro del coronavirus en Europa.