CORONAVIRUS

Los tres escenarios que maneja Sanidad para evitar decretar el Estado de Alarma

Con el aumento de los rebrotes en España, el Gobierno ha desarrollado un plan de actuación para evitar una segunda oleada de la COVID-19.

Con los más 150 brotes activos actualmente en España y debido a la preocupación del Gobierno por la cantidad de nuevos positivos que van sumando diariamente en las diferentes comunidades autónomas, el Ejecutivo ha aprobado un plan de preparación y respuesta para evitar así una segunda oleada de la COVID-19 en nuestro país.

Para llevar a cabo esta iniciativa y según explicó el ministro de Sanidad, Salvador Illa, se han establecido tres escenarios para evitar así que se vuelva a decretar un estado de alarma: un nivel de riesgo bajo, de riesgo medio y de riesgo alto.

Estos tres niveles evaluarán el riesgo de transmisión comunitaria en cada unidad territorial. Si los brotes son controlados, las medidas tendrán que garantizar la atención sanitaria y hacer uso de medicamentos y otras reservas de material.

Si la situación pasa a ser más grave o hay transmisión comunitaria, se deben readaptar y redistribuir los diferentes hospitales para dar atención a los pacientes. En último lugar, si la transmisión se descontrola, es entonces cuando las comunidades deben adoptar medidas como los confinamientos quirúrgicos y las restricciones de movilidad.

Nivel de riesgo bajo

Este nivel se refiere a las situaciones en las que las comunidades cuenten con casos leves, esporádicos o puntuales. Por ejemplo, en el ámbito de una familia, si hay un foco de infección en una casa familiar, estaría controlado y bastaría con que esas personas respeten su cuarentena particular sin salir del domicilio. De esta manera, los casos concretos están localizados y bajo control.

En este escenario se deben tener controladas las entradas al país, es decir, el control de aeropuertos y pasos fronterizos para evitar que puedan entrar personas con COVID-19 y así propagar el contagio por el territorio.

En este nivel, también deben garantizarse los recursos suficientes en los hospitales y los materiales sanitarios necesarios para una detención rápida de la infección.

Nivel de riesgo medio

En este escenario ya no solo sería un contagio en torno a un ámbito familiar, sino que trascendería mucho más allá y podrían darse casos de transmisión comunitaria. Es decir, el contagio de persona a persona, como en una cadena, sería posible y habría varios focos dentro de un mismo territorio.

En este caso, deberían levantarse hospitales de campaña, tal y como hicieron en la comarca de El Segrià y atender el control de los brotes de una forma más personalizada.

En este caso volverían a cerrarse los locales de ocio como las discotecas y los aforos de los espacios públicos volverían a reducirse al 50%. Es decir, sería ir para atrás en las fases de desescalada que se vivieron hasta el final del estado de alarma.

Nivel de riesgo alto

Por último, el nivel de alto riesgo sería aquel en el que la situación está descontrolada y no solo hay brotes específicos, sino que habría varias personas infectadas y se desconocería el origen de ese contagio. En este caso estaría clara la transmisión comunitaria y los territorios podrían ser confinados individualmente o, en caso de una situación de máxima gravedad, se pasaría al estado de alarma donde toda España volvería a ver reducidas sus actividades.

Pero en esta situación, no habría que volver a pasar por una cuarentena, sino que se darían restricciones de movilidad (como ocurrió en El Segrià o A Mariña) donde los ciudadanos solo podrían desplazarse dentro de su misma comunidad o población, localidad, etc. Estas limitaciones de la movilidad se harían siempre y cuando no hubiera un riesgo alto de contagio como el vivido meses atrás. Si fuera así, podría barajarse la opción de una nueva cuarentena.