Los casos de intoxicación por alcohol se han disparado en México en los últimos tres meses. Según los últimos datos de la Comisión Nacional de Adicciones, al menos 195 personas en 11 de los 31 Estados del país han muerto por esa causa. La suma de casos hecha por medios locales supera incluso los 200. Esas cifras no incluyen a quienes han fallecido en sus casas ni a quienes quedarán con daños irreversibles en la vista.

El caso más grave ocurrió en el Estado de Puebla, donde hubo 72 muertos, la mayoría por compartir aguardiente adulterado en un velorio, después de que el gobernador anunciara una ley seca a finales de abril. En Jalisco se han reportado 47 muertes, casi todas debido al consumo de alcohol de caña El Chorrito, mientras que en Morelos las fiestas por el Día de las Madres terminaron con 18 fallecidos, cifra que llegó a 29 dos días después.

En México está el segundo mercado negro de bebidas alcohólicas más grande de Latinoamérica, después de Brasil. Un estudio de Euromonitor, que se dedica a investigar el mercado, indica que cerca del 36% del comercio de licor en el país es ilegal. Eso equivale a 17 millones de botellas de nueve litros, que llegan al mercado como contrabando o tras evadir impuestos. Las ganancias por eso llegan a 1.200 millones de dólares.

Entre la prohibición y el desabastecimiento

En marzo, el Gobierno federal prohibió la producción de cerveza al considerarla una actividad no esencial durante la pandemia. El desabastecimiento y las prohibiciones al consumo de licor por parte de las autoridades son las explicaciones más comunes que se dan a la seguidilla de muertes. El politólogo mexicano Jorge Javier Romero, que ha investigado los efectos de las prohibiciones de sustancias como política pública, explicó a El País: “Si tienes un mercado con demanda y restringes la oferta, las organizaciones especializadas en mercados clandestinos son las que van a satisfacer la demanda”.

El médico psiquiatra Gady Zabicky, de la Comisión Nacional contra las Adicciones, explica que cerca del 90% de las muertes que se producen en México y están relacionadas con sustancias psicoactivas están relacionadas con el consumo de alcohol. El licor, sin importar su procedencia o calidad, mata más que la heroína, la cocaína, las metanfetaminas y demás drogas juntas. En el país, además, cerca de 20 millones de personas consumen más alcohol que el promedio internacional, por lo que la prohibición y la escasez, lejos de disminuir la demanda, la desespera.