Este lunes Italia empieza su nueva vida. Tras dos meses de miedo y sufrimiento por la emergencia COVID-19, el país transalpino reabre casi totalmente y arranca su nueva normalidad, la ‘fase 2’. El primer ministro Giuseppe Conte explicó que el Gobierno ha decidido tomarse un "riesgo calculado", siendo consciente de que, si no lo hace, "no se podría reiniciar hasta que aparezca una vacuna", algo imposible de aguantar a nivel emotivo y económico.

A partir de hoy, entonces, los italianos podrán volver a salir de casa sin ningún tipo de limitación, despidiéndose para siempre (se espera) de la certificación obligatoria hasta ayer. Queda un único límite, aunque solo durante los próximos 15 días: se podrá viajar de una región a otra solo por motivos de salud, trabajo o urgencia. A partir del 3 de junio, además, los ciudadanos de cualquier país europeo podrán entrar en Italia libremente, sin obligación de cuarentena a su llegada.

Será posible, entonces, visitar a amigos y compañeros, o citarse por la calle. Queda la regla que impone el distanciamiento de un metro y la mascarilla en los lugares cerrados, o al aire libre si es imposible mantener las distancias. Reabren todas las tiendas y también los restaurantes, obviamente todos con aforo limitado y mascarillas, mientras que peluqueros y centros de estética podrán trabajar únicamente con cita previa.

Manteniendo el distanciamiento, estará permitido también ir a la playa y a partir del 25 de mayo abrirán gimnasios, centros de danza y piscinas. Los deportes de equipo pueden volver a entrenar en grupo, aunque los equipos de fútbol piden modificaciones al protocolo que se están negociando y el regreso de la Serie A (previsto para el 13 de junio) sigue en el aire. Los últimos en volver serán teatros y cines, que abrirán sus puertas a partir del 15 de junio, siempre con aforos limitados.

Las regiones podrán modificar estas libertades si la curva de contagios vuelve a dar malas noticias. De momento, los datos invitan al optimismo: este domingo se registró el menor número de fallecidos desde el comienzo de la cuarentena (145) y el número de los positivos en inferior a 70.000 por primera vez desde el 28 de marzo. Tras haber salido de la emergencia sanitaria, Italia debe lidiar con la económica y social. Su lucha empieza hoy.