CORONAVIRUS

Ya no hay casos nuevos en Wuhan, pero Harbin sigue confinada

Mientras la zona cero de la pandemia confirma que todos los pacientes han sido dados de alta y la inexistencia de nuevos infectados, el brote de la ciudad nororiental preocupa al país asiático.

Ya no hay casos nuevos en Wuhan, pero Harbin sigue confinada
-/TPG via ZUMA Press/dpa Xinhua/EP

Cara y cruz las que muestra el coronavirus en China. Mientras el SARS-CoV-2 avanza a distintas velocidades a escala mundial, la zona cero de la pandemia continúa purgándose. En Wuhan, capital de la provincia de Hubei, se ha confirmado hoy la inexistencia de nuevos infectados y que todos los hospitales han sido vaciados de pacientes afectados por el virus. Noticia esperanzadora para el país asiático que se ve empañada por la preocupación por Harbin.

Allí, en la capital de la provincia de Heilongjiang, al noroeste de la nación, se ha visto obligada a cerrarse por un repunte de casos por COVID-19. La medida, que llega después de que se obligara a decretar cuarentena para quienes ingresaran desde el exterior, viene motivada por la alta preocupación de que se convierta en un 'Wuhan 2.0'. Con diez millones habitantes, uno menos que la región en la que no se quiere convertir, el riesgo de contagio es "grave", según las autoridades sanitarias.

Wuhan: todos los pacientes han sido dados de alta

"La última noticia de este 26 de abril es que el número de nuevos pacientes con coronavirus en Wuhan son cero, gracias a la articulación esfuerzos de Wuhan y personal médico de todo el país", dijo el portavoz de la Comisión Nacional de Salud, Mi Feng, a la prensa. Hoy, casi más tres meses después de decretar la cuarentena con la ciudad en situación límite, los hospitales no albergan ningún infectado después de haber dado de alta a la totalidad de los ingresados.

Wuhan recupera la normalidad.

La buena nueva global es vitamina para una ciudad, a pesar del baile en torno a las cifras oficiales, que comienza a renacer después de que el pasado 8 de abril abriera sus puertas para comenzar su desescalada. De esta manera, y según informa la Comisión Nacional de Salud, solo permanecen en la provincia de Hubei una docena de infectados "activos". Además, por los 51 globales de China, no posee ninguno en estado grave.

Precisamente es el duodécimo día que el país asiático continúa cifrando en cero el número de fallecidos por COVID-19 y en solo once los nuevos infectados en la totalidad de su 9,597 millones km² de extensión en las últimas 24 horas. La cifra total de decesos se mantiene en 4.632, entre los 82.827 infectados diagnosticados oficialmente en China desde el inicio de la pandemia. 77.394 son los curados, y por tanto el número de infectados "activos" en el país asiático queda en 801. Solo existe un lunar.

Harbin: temor a un segundo Wuhan

Los 52 casos contabilizados de nuevo coronavirus, según datos oficiales de las autoridades sanitarias del país, que ha registrado esta ciudad nororiental en la última semana han obligado a su confinamiento dos días atrás. Asimismo, los habitantes locales deben portar mascarillas y además llevar una especie de pasaporte en forma de código QR que confirme que no están infectados. Tampoco podrán entrar los vehículos con matrículas de otros lugares. Es la última medida de seguridad preventiva, tras la cuarentena de cuatro semanas y pruebas a los viajeros y de dos a los complejos que presenten síntomas, de una ciudad con estrechos lazos históricos y comerciales con Rusia.

Un guardia de seguridad, en la ciudad fronteriza china de Suifenhe.

Procedentes del mismo lugar, donde sigue abierto el puente aéreo, se notificaron tres casos 'importados' el pasado martes. También se registraron cuatro más de transmisión local en el interior de la ciudad. Además, se mantienen bajo observación a unas 1.400 personas sospechosas. Aunque el foco se posa sobre un 'supercontagiador'. Un residente de 87 años que habría contagiado a 78 personas más, 55 de ellas confirmadas y, el resto, asintomáticos. Dos de ellos, habrían traspasado a otras provincias, lo que vuelve a poner de manifiesto su facilidad de propagación. Es la gran obsesión del Gobierno chino, que además de restringir los vuelos ha prohibido desde el 28 de marzo la entrada en el país a los extranjeros, con muy contadas excepciones.