Algún día lo peor de la pandemia de coronavirus pasará y volveremos a poblar calles, bares o playas. Pero muchos expertos coinciden en señalar que el patógeno no desaparecerá por completo de nuestras vidas hasta dentro de mucho tiempo y, en cualquier caso, el miedo al contagio puede quedar latente. 

En esa atmósfera, en países como Italia ya se está empezando a esbozar cómo funcionarán las playas una vez se acabe el confinamiento y se relajen las medidas de distanciamiento social. Y de llevarse a cabo sus ideas, el panorama al que estamos acostumbrados a orillas del mar cambiará sensiblemente. 

Il Gazzetino publica una foto de lo que sería un proyecto de playa en tiempos de coronavirus. En ella habría, para empezar, pantallas de plexiglás, un plástico transparente, separando las ubicaciones de los diferentes bañistas para evitar un contacto muy cercano entre ellos. No sería la única medida. En el artículo se habla también de imponer una distancia de tres metros entre una sombrilla y otra.

Reservas con antelación y aforo

Estos cubículos habría que reservarlos con antelación y se establecería un aforo determinado para evitar aglomeraciones. También se colocarían dispensadores de gel desinfectante en puntos como chiringuitos, duchas, baños, etc. La región de Véneto, cuya capital es Venecia y está bañada por el Adriático, sería una de las regiones del país Transalpino que ya ha empezado a estudiar estas posibles novedades para implantarlas en sus zonas costeras. Si nos trasladamos a España, serían imágenes impensables en las playas del Levante o determinadas zonas de Andalucía. Pero quizá no quede más remedio.