Las mascarillas han llegado para quedarse. Durante los próximos meses, seguramente hasta que se complete un proceso de vacunación mundial contra el coronavirus, su uso estará o bien aconsejado o bien impuesto en la gran mayoría de países del mundo, entre ellos España.

Ya se han descrito muchos de los pros y los contras que conlleva el uso de este producto sanitario. Entre los últimos, las dificultades al respirar, los malores olores... Pero hay un inconveniente del que no se habla mucho y que han padecido colectivos como los sanitarios, que han tenido que portar mascarilla durante periodos muy prolongados.

Es el dolor de cabeza y los mareos que puede llegar a ocasionar el llevar puesta la máscara mucho tiempo. Esto se debe a que el dióxido de carbono que exhalamos al respirar queda parcialmente contenido en la mascarilla, ya que interfiere entre nuestra boca y el exterior. Una exposición prolongada a esos niveles de CO2 es lo que genera esos mareos y dolores de cabeza.

Otros problemas

"La inhalación continuada del aire que exhalamos pueden desencadenar nuevas crisis de migrañas en algunas personas que tienen cierta predisposición o cefaléas en el que caso de personas que no las padecían", dice en Canal Extremadura al respecto Josá María Ramírez, responsable de un estudio en este ámbito de la Universidad de Extremadura. Como la nariz también queda tapada, se puede sufrir una sinusitis y el hecho de que la tela esté en contacto con la piel de la cara permanentemente puede generar problemas dermatológicos. La sudoración que esto provoca da lugar a espinillas y el roce continuo puede derivar en dermatitis.