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Retención de líquidos: cómo detectarla y combatirla a nivel nutricional

También conocida como edema, es ocasionada por una acumulación excesiva de líquido en los tejidos del cuerpo y conviene controlarla.

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“La retención de líquidos, también conocida como edema, es ocasionada por una acumulación excesiva de líquido en los tejidos del cuerpo, tanto debajo de la piel, como en los tejidos que están fuera del sistema circulatorio. Puede producir inflamación en las piernas, la cara, el cuello y las manos, así como disminuir la flexibilidad en las articulaciones de brazos, piernas, tobillos, muñecas y dedos”, asegura Eider Sánchez, nutricionista de Policlínica Gipuzkoa.

Para poder tratar una retención correctamente, lo primero que hay que saber es si la retención es patológica o no, porque el tratamiento de la retención varía en función de esto. “La retención de líquidos producida por una patología (retención patológica) puede tener origen en problemas circulatorios, de insuficiencia cardíaca y enfermedades renales o hepáticas, mientas que, si no es patológica, la causa puede ser una simple dilatación de las venas. Sobre todo, en épocas de altas temperaturas”, explica la experta que aconseja siempre visitar al médico.

¿Cómo puedes saber si retienes líquidos?

Los síntomas más frecuentes que suelen presentar las personas que sufren de retenciones de líquidos son:

1. Inflamación, hinchazón o pesadez a nivel local como en pies, tobillos, piernas, párpados, manos, brazos, cara y abdomen.

2. Sensación de que zapatos, ropa, anillos o relojes aprietan o están más ajustados de la cuenta.

3. Menor flexibilidad en las articulaciones de brazos, piernas, tobillos, muñecas y dedos.

4. Disminución de la micción (orina).

5. Aumento repentino, rápido o inexplicable del peso.

¿Cómo puedes combatirla a través de la dieta?

Lo aconsejable es seguir una alimentación equilibrada y variada, repleta de productos frescos y cocinados en casa. Y tener en cuenta lo siguiente:

1. Beber agua de manera habitual, con un consumo de 1,5 a 2 litros al día.

2. Si nos cuesta ingerir agua, siempre podemos tomar infusiones, aguas infusionadas con frutas o caldos no salados.

3. Ingerir alimentos con alto contenido en potasio que favorecen la eliminación de líquidos como el calabacín, la calabaza, patata, champiñones, legumbres, plátano, melón, aguacate, ciruelas pasas, frutos secos naturales y algunos pescados como el salmón, bacalao y atún.

4. Moderar el consumo de sal y sodio.

¿Qué produce retención de líquidos?

Una mala alimentación y una vida sedentaria hacen a las personas más propensas a retener líquidos, aunque también lo son aquellas que no ingieren suficientes líquidos durante el día, las que sufren de sobrepeso u obesidad, tienen problemas circulatorios, consumen medicamentos como estrógenos, corticoesteroides, antiinflamatorios no esteroideos y algunos fármacos para la tensión, sufren cambios hormonales o padecen enfermedades cardiacas, hepáticas o renales.

1. Evitar una mala alimentación basada en alimentos ricos en sal o sodio.

2. Conviene no consumir alimentos procesados, embutidos, enlatados, quesos curados, precocinados, ahumados, sopas de sobre, snacks o aperitivos y bebidas refrescantes azucaradas.

3. Los remedios naturales pueden ser perjudiciales. Hay que consultar al médico siempre porque hierbas como la cola caballo y salvia están contraindicadas.

Y es que, la visita al médico es obligada ante cualquier signo de retención de líquidos, sobre todo, cuando, a pesar de cumplir las recomendaciones antes descritas, la inflamación de piernas aumenta e incluso afecta a cara, cuello y manos o se presentan síntomas como dolores de cabeza, visión borrosa, pitidos en los oídos, nauseas o dolor abdominal.