Deporte y Vida

COVID-19

“No conocemos, aunque no esperamos, secuelas distintas al del resto de neumonías”

El doctor Juan Antonio Corbalán asegura que existe incertidumbre en el ámbito deportivo ya que tanto profesionales como aficionados tienen interés por ver cómo la nueva etapa postepidémica puede afectarles en su día a día.

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as.com

Si algo sabemos del nuevo coronavirus (SARS-CoV-2) es que todavía debemos profundizar mucho en su conocimiento porque a pesar de que pertenece a la familia los virus causantes de las epidemias de SARS y MERS, lo cierto es que existen muchas incógnitas por despejar. Una de las cuestiones que desconocemos hace referencia a las posibles secuelas resultantes de la COVID-19.

Si nos centramos exclusivamente en el terreno deportivo está claro que existe mucha incertidumbre también ya que tanto profesionales como aficionados tienen interés por ver cómo la nueva etapa postepidémica puede afectarles en su día a día y si alguna de las secuelas sufridas son incompatibles con el deporte.

Los afectados por este virus tienen formas de presentación muy dispares: asintomáticos, oligosintomáticos y aquellos con sintomatología florida de neumonía, agravada por la presencia de comorbilidades, como las alteraciones previas pulmonares, la hipertensión arterial, las enfermedades cardiovasculares y la diabetes. Parte de su pronóstico depende de ellas y ahora sabemos que también de la edad. El riesgo de muerte se duplica en la década de los 50, y se multiplica por 2 con cada década, siendo especialmente letal a partir de los 70-80 años”, explica Juan Antonio Corbalán director de la Unidad de Salud Deportiva de Vithas Internacional y mítico jugador del Real Madrid de baloncesto y de la selección española.

“Teniendo en cuenta la edad, parece que pocos deportistas convencionales pueden sentirse amenazados por la mayor morbilidad del virus, sin embargo, y fruto del desconocimiento que le rodea, tampoco sabemos, aunque no esperamos, que pueda presentar secuelas, desconocidas hasta ahora, distintas del resto de las neumonías”, añade el experto.

"Nos encontraremos con una nueva etapa en la que tendrán que controlarse medicamente, sí o sí, todos los que hayan pasado la enfermedad"

Juan Antonio Corbalán

Neumonía y actividad física

Según destaca el doctor Corbalaán, una neumonía “es incompatible con una actividad física de mínimo requerimiento”. “La fialidad de la función pulmonar es la de mantener las concentraciones adecuadas de O2 (oxígeno), fundamentalmente en los tejidos, pero también la de regular la presencia en las cantidades adecuadas de CO2 (dióxido de carbono) e hidrógeno (pH) en nuestro organismo, que controlan la respiración por acción -también la cantidad de O2 en sanfgre- sobre el centro respiratorio”, indica el doctor Corbalán.

!El intercambio del O2 y el CO2 se produce en los alveolos pulmonares que, para actuar eficazmente, deben tener un equilibrio entre la función pulmonar (ventilación) y la función cardiovascular (perfusión). Así, un pulmón eficaz será aquel que tome mucho aire en la inspiración y elimine mucho CO2 en la espiración. Ese patrón es el del pulmón del deportista, fundamentalmente aeróbico: gran capacidad vital (CVF) y gran capacidad de vaciamiento (VEMS -volumen espiratorio máximo por segundo”, añade quien fuera medallista olímpico en Los ángeles 1984.

El director de la Unidad de Salud Deportiva de Vithas Internacional asegura que la neumonía por COVID 19 produce “una gran respuesta inflamatoria” que afecta a todo el tejido pulmonar (neumonía bilateral) e impide tanto el paso de O2 a sangre, como la eliminación del CO2, lo que lleva a un distrés respiratorio por obliteración alveolar, es decir, por obstrucción. “Esta situación es peligrosa en sí misma, ya que lleva a la insuficiencia respiratoria, pero lo es más porque nuestros órganos precisan del O2 que el pulmón no puede aportar en esta situación. El fallo multiorgánico es el resultado de la infección y sus complicaciones a distancia”, añade el experto, que cifra en un 80% por ciento el índice de supervivencia.

Llegados a este punto, parece claro que el deportista de élite no debe tener maores problemas ni secuelas a la hora de enfrentar su profesión. “No nos preocupan los grandes deportistas, ahora nos preocupan los grandes y anónimos deportistas que han elegido el deporte como medio para mejorar su calidad de vida y a ellos sí puede afectarles decisivamente haber padecido la infección, hayan o no hayan sido sintomáticos. Aquí influirán muchos factores: patogenicidad del virus, el tabaquismo, la malnutrición (ojo al IMC y algunos hábitos alimentarios) y otros”, comenta el doctor Corbalán.

Primer paso: controles médicos

  • "En general, nos encontraremos con una nueva etapa en la que tendrán que controlarse medicamente, sí o sí, todos los que hayan pasado la enfermedad".
  • "Habrá que descartar si se han activado o agravado patologías previas como la EPOC, infecciones mal curadas con derrames pleurales y restricción pulmonar".
  • "Las bronquiectasias pueden ser nidos de infección que pueden quedar cronificadas en los bronquiolos terminales y comprometer la función pulmonar".
  • "Pero quizás, la posible aparición de cierto grado de fibrosis pulmonar y la consecuente pérdida de elasticidad pulmonar es lo que más puede comprometer la función respiratoria de nuestras eternas promesas con la limitación de su capacidad vital (volumen de aire que pueden insuflar nuestros pulmones)".
  • "La hipereactividad bronquial y posible asma secundaria también se podrá presentar. También se puede producir más facilidad de sobreinfección, por ello es recomendable evitar las temperaturas excesivamente frías este próximo invierno".
  • "Además, las alteraciones cardiovasculares pueden ser perjudicadas por una neumonía, aumentando su riesgo vital. La pleura y el pericardio son membranas contiguas".
  • "Los pacientes diabéticos pueden verse afectados al aumentar su influencia en las funciones cardíacas o renales".

¿Qué debemos hacer?

  • "En primer lugar, contactar con un especialista en medicina deportiva para monitorizar la función respiratoria y verificar la ausencia de secuelas. Una espirometría o una prueba de esfuerzo nos dará nuestro nuevo nivel, desde el que tendremos que empezar".
  • "En segundo lugar, es más importante que nunca un comienzo suave de la actividad física y una progresión de carga ligera. Este ejercicio será el mejor acondicionador para su aparato respiratorio y sin el ejercicio será imposible que recupere la pérdida de función dejada por el COVID-19".
  • "Los deportistas de ultraresistencia y pruebas de gran fondo deben ser muy controlados en su vuelta a la actividad. Especial atención merecen los deportistas de altura, en los que se suman dos factores patogénicos: la propia secuela inflamatoria pulmonar y el déficit de O2 propio de las grandes alturas. Ambos limitan la función y pueden comprometer nuestra vida".
  • "Tenemos mucho tiempo para preparar cualquier prueba popular y no tiene que ser la más cercana en el tiempo. Es recomendable dejar pasar este verano y empezar ligeramente con el otoño".
  • "Recuerda lo que decimos siempre: en deporte no siempre más es mejor. Es un buen momento para ponerse en manos de un especialista".