NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

LA RUTA DE LA VUELTA

Burgos lloró a su ídolo Talamillo

El ciclista de Burgos, que fue líder de la Vuelta a España, falleció atropellado 
en la Nochevieja de 1965 cuando regresaba a casa tras un entrenamiento.

Burgos lloró a su ídolo Talamillo

A menos de diez minutos para la una de tarde del 31 de diciembre de 1965, José Luis Talamillo Huidobro regresaba a casa sobre su bicicleta para celebrar la Nochevieja con su familia y comenzar un año 1966 en el que ya se había marcado un ambicioso objetivo: el Campeonato del Mundo de ciclocross de Beasain, fechado a finales de febrero. Talamillo había destacado mucho en esta modalidad, en la que se había proclamado seis veces campeón de España, y tenía especial interés por brillar en esa edición en casa.

Aquella mañana había salido a entrenar como cada día. Circulaba por la N-120, la carretera de Logroño a Vigo, en el kilómetro 103,600, a la altura de Castañares, a unos ocho kilómetros de su Burgos natal, cuando un coche con matrícula de Barcelona que conducía un ciudadano de La Rioja arrolló al ciclista, le arrastró durante 20 metros, y acabó con su vida. Fue una noticia impactante en toda España, pero especialmente en su ciudad, donde era un deportista reconocido y querido.

En aquella época las carreras no se seguían en directo en televisión, pero sus paisanos podían encontrar la información en los cartelones que se colgaban en varias calles de Burgos, como en el edificio Ignacio Palacios, en la calle La Merced. Allí consultaban los resultados de Talamillo, que sobresalió en ciclocross, pero también tuvo buenas prestaciones en ruta. Por ejemplo, durante sus cinco presencias en la Vuelta a España, que alcanzaron su cénit en las dos jornadas que vistió de líder en 1961. Talamillo se escapó en la cuarta etapa, entre Binéfar y Barcelona, junto al belga Marcel Seynaeve, y se repartieron los honores en Montjuïc: victoria para el belga y maillot para el burgalés, que lo retuvo un día más en Tortosa.

Talamillo murió aquel trágico Fin de Año a los 32 de edad. Su mujer, Purificación Ausín, estaba embarazada de su tercer hijo, una niña a la que no llegó a conocer. Su figura permanece en el recuerdo de Burgos, que le dedicó un Polideportivo con su nombre en 2001 y una estatua en el Bulevar del Ferrocarril en 2013.