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LA RUTA DE LA VUELTA

Los grandes saltos de Roglic

Primoz Roglic celebra sus victorias en los podios con la posición de telemark, la misma que utilizan los saltadores de esquí en sus aterrizajes. Un guiño a sus orígenes.

Primoz Roglic.
EFE

Primoz Roglic celebra sus victorias en los podios con la posición de telemark, la misma que utilizan los saltadores de esquí en sus aterrizajes. Es un guiño a sus orígenes, a ese esquiador que se inició de niño, a los ocho años, y tuvo una prometedora proyección con su plata y su oro en los Mundiales juveniles de 2006 y 2007. Pero este último año sufrió una aparatosa caída en el trampolín largo de Planica que acabó cambiando su vida. "No tuve el respeto ni el temor necesarios", recuerda Roglic. Se rompió la nariz y sufrió varias contusiones, no tan graves como las secuelas psicológicas que le metieron el miedo en el cuerpo. El esloveno siguió tres años más, pero al ver que no progresaba, perdió la motivación... Y tuvo que buscar otras.

Roglic, que a los 21 años no poseía ni una bicicleta de carretera en su casa, se cambió al ciclismo. "No tenía técnica, me costó aprender a ir en pelotón. Al menos en las cronos iba solo y controlaba mis trazadas", explica sobre sus tiempos de amateur. Quizá por eso fue en esta especialidad en la que empezó a despuntar. Su primer gran triunfo internacional vino en la contrarreloj de Chianti del Giro de Italia 2016, sobre 40,5 kilómetros. Hasta ese día era prácticamente un desconocido. Fue su gran salto en el ciclismo profesional.

Otro salto lo dio en Lodosa, la localidad navarra que acoge la salida de hoy. Allí ganó la contrarreloj de la Vuelta al País Vasco 2018, ahora oficialmente Itzulia, y dejó sentenciada la general de la carrera, que se adjudicó con 1:09 sobre Mikel Landa. Era la primera vez que conquistaba una ronda por etapas del World Tour, una puerta que traspasó para no salir. Al mes siguiente se impuso en Romandía y en julio ya rozó el podio del Tour de Francia. Luego llegó el glorioso 2019, su tercer puesto en el Giro, su victoria en la Vuelta... Y el Tour de 2020, ese mismo que se le escapó en la cronoescalada. Paradojas del deporte.