Juanma Gárate, tres veces grande: Vuelta, Giro y Tour
El exciclista comenzó en el deporte como futbolista del Real Unión. Una de sus mejores victorias llegó en la cima del Mont Ventoux en el Tour 2009.
Juanma Gárate hizo sus primeros pinitos en el deporte como futbolista del Real Unión, pero tuvo que dejarlo por un problema en los pies. Su abuelo le regaló entonces una bicicleta, que se llevó de vacaciones a Fuenteguinaldo (Salamanca), donde ganó la carrera de las fiestas. Ahí empezó a ser ciclista. Y no se le dio mal. Ganó etapas en las tres grandes: Vuelta, Giro y Tour. Hoy saldrá de su Irún natal como director del Education First.
Gárate destacó en su último año de amateur, 1999, con ocho victorias en dos meses, pero nadie le abrió la puerta en España. Cuando empezaba a desesperarse, le llegó la solución. Su amigo José María Eceiza había inundado de faxes Italia, donde recibió una respuesta de Pietro Algeri, el director del Lampre. Con ese maillot logró su primer gran triunfo en la Vuelta 2001, en una lluviosa jornada entre Tarragona y Vinarós, que solventó en la última recta frente a Juan Carlos Domínguez. Ese mismo año había ayudado a ganar el Giro a Gilberto Simoni. La ronda italiana siempre se le dio bien: cuarto en 2004, quinto en 2005, séptimo en 2006...
El Giro 2006 le brindó otro momentazo en un tappone de los Dolomitas que culminó en San Pellegrino tras 224 kilómetros y más de siete horas sobre la bicicleta. Su rival fue esta vez Jens Voigt, pero no hubo batalla final. El alemán le dio una palmada en la espalda: "Tenía orden de no trabajar en la escapada y no era justo ganar la etapa", explicó Voigt, compañero del campeón Ivan Basso en el CSC. El irundarra, embutido en el maillot de campeón de España, cruzó la meta tocándose el abdomen. Su mujer, Eider, le había enviado un fax el día anterior con una ecografía que le anunciaba su paternidad.
La tercera joya, la más valiosa, le llegó ya con 33 años en el Tour 2009. Esta vez tuvo que doblegar a otro alemán, Tony Martin, para imponerse en una cima mítica: el Mont Ventoux. "Esto es lo más grande que me podía pasar", dijo luego Gárate, que confesó que había soñado con la victoria, pero de otra manera: "Contador me atrapaba y me dejaba ganar". Contador llegó realmente 38 segundos después, con los brazos en alto. Había conquistado su segundo Tour. Y Gárate redondeaba el triplete. Un gran día.