El Movistar salvó el rojo de Yates ante un aguerrido Pinot
El francés fue líder virtual en una fuga que fue reducida por el equipo de Valverde y Nairo. El Mitchelton se desentendió de la caza. Ganó De Marchi.
"Etapa ondulada, con un puerto de segunda y tres de tercera, un continuo sube y baja en un largo recorrido de 208 kilómetros, con posibilidad de lluvia en Galicia. Ideal para una escapada de un grupo de corredores y para posibles emboscadas. Difícil terreno para organizar la captura”
Ese era el análisis previo del perfil en forma de serrucho del trazado de este miércoles, lo mirara quien lo mirara. Y eso fue lo que ocurrió al pie de la letra. La fuga numerosa se produjo, compuesta por 19 ciclistas, aunque tardó en fraguarse. Y la emboscada estuvo a punto de tener éxito, pero la salvó el Movistar. Simon Yates sigue líder porque el equipo telefónico no eludió esa responsabilidad, porque se sabe el patrón de la Vuelta y no le importó asumir el rol, aunque fuera de mala gana. Sin esta actitud, la crónica del día describiría lo bien que le hubiera quedado el maillot rojo a Thibaut Pinot.
El Movistar salvó a Yates, aunque no está claro que el inglés quisiera dejarse salvar. El planteamiento del Mitchelton fue poner el anzuelo al anfitrión, a esos retadores que acosan su maillot rojo a 1 y 14 segundos, respectivamente: Alejandro Valverde y Nairo Quintana. La escuadra australiana había metido delante a Jack Haig, que estaba clasificado en la vigésima plaza, a 4:29 minutos. No le iba tan mal. El Mitchelton no sólo no tiró a la caza de Pinot, sino que el propio Haig anduvo trasteando en la fuga.
A esta situación se llegó después de un centenar de kilómetros trepidantes, tras dos horas de intentos y de continuas neutralizaciones. La primera hora se cubrió a 49 km/h. De locura. Y después de dos el pelotón rodaba a un promedio de 48 km/h. Hasta entonces no se formó la escapada definitiva.
Antes, en plena ebullición, Miguel Ángel López sufrió una avería. La carrera estaba lanzada, así que nadie ralentizó la marcha. Cuando quiso darse cuenta, Superman circulaba en un grupo a un minuto y medio de los favoritos, rodeado de compañeros del Astana que se pegaron un calentón de aúpa durante más de 40 kilómetros para reincorporarle al pelotón de los gallos y rescartarle para la general. López estuvo a punto de perder la Vuelta.
En torno al kilómetro 105, con Superman ya en su sitio, el pelotón dio por buena una fuga de 19 ciclistas. Ahí se habían metido cazadores de etapa habituales: Fraile, De Marchi, Mollema, Pellizotti, Teuns, Roche, Majka, Restrepo... Y también un aspirante a la Vuelta con ganas de pelea: Thibaut Pinot. El francés, que tomó la salida en el puesto 16º, a 2:33 minutos, llegó a ser virtual maillot rojo durante buena parte de la jornada. Pinot ha venido a la Vuelta con toda la intención de disputar la general. Si no está más arriba es porque fue sorprendido por los abanicos de San Javier, donde cedió 1:44.
Como el Mitchelton se desentendió del asunto, el Movistar tuvo que manejar la batuta, con un inspirado Richard Carapaz en el tramo final. El propio Valverde encabezó el pelotón en la meta, a 12 segundos de Pinot. Con el problema resuelto, pero muy caliente con el equipo de Simon Yates: “Van de gratis”.
Yates, curiosamente, había vencido en Luintra en 2016. El testigo se lo cedió a Alessandro de Marchi, un italiano de 32 años que ya había ganado antes dos etapas en la Vuelta a España: Alcaudete 2014 y Fuente del Chivo 2015. Un cazador.
