Superman López vuelve a volar y Contador paga su ambición
El español había atacado de lejos, pero no pudo rematar y se desfondó en el kilómetro final. Segundo triunfo del colombiano. Zakarin entra en el podioVuelta a España: Getxo - Balcón de Bizkaia, etapa 17
Miguel Ángel López nació, creció y vive a 2.678 metros de altitud, en Pesca (Boyacá, Colombia), donde algunas carreteras se elevan por encima de los 4.000. Surcar las alturas es su hábitat natural. Por eso pedalear por las rampas de Sierra Nevada, con la meta a 2.510 en la Hoya de la Mora, es tan familiar para él como caminar por la puerta de su casa. Como además se apoda Superman y sabe volar, no hay kryptonita que le frene cuando la calzada se empina. López sumó su segunda victoria en esta Vuelta a España 2017, tras la del martes en Calar Alto, y ya es sexto en la general, a 2:51 minutos de Chris Froome y a 43 segundos del podio. En la última semana aún esperan Los Machucos y el Angliru. Ahí lo dejo.
Antes de su vuelo final, Superman había soltado lastre. Alberto Contador se había escapado junto a él a 27 kilómetros, ambos cómplices en la maniobra, pero las piernas del madrileño ya no tienen la chispa para seguir al Mejor Joven, Dorsal AS. Lo que era un ataque por el podio, se convirtió en un calvario en el kilómetro final para el español, que cedió 1:27. El Sky no se descompuso y dio pocas alas a la osada tentativa, que nunca se estiró más allá del minuto y medio. Fue el precio de la ambición. Sólo los toreros que se arriman sufren cornadas. Quien sí se metió en el cajón fue Ilnur Zakarin, que desbancó de la tercera plaza a Wilco Kelderman y, de paso, saldrá por delante de él en la contrarreloj de Logroño. A esa cita llegará Froome como quería, con el maillot rojo y con pista libre para aumentar su ventaja. Este domingo no sólo aguantó el tipo, sino que además le metió otros seis segunditos a Vincenzo Nibali. Por si acaso.
Que un escalador tenga el mote de Superman es un chollo para el cronista, que puede asociar sus gestas al verbo volar. Sin embargo, conviene recordar que el sobrenombre no le viene por esa razón, sino por su resistencia en un atraco ante unos ladrones, que ni siquiera con dos puñaladas lograron arrebatarle la bicicleta. A sus 23 años, López es un hueso duro de roer, si por fin logra domar la mala suerte y mantener este nivel, el mismo que le hizo conquistar el Tour del Porvenir en 2014. La pasada temporada se retiró de la Vuelta después de dos accidentes y con varias piezas dentales menos. Los superhéroes también tienen sus puntos débiles. Su ascenso en la clasificación le coloca justo por delante de su líder, Fabio Aru. Más que un problema se intuye como una óptima baza para el Astana. Por si hay más valientes en el pelotón que Contador.
El Angliru tiene su mística. Los Machucos darán espectáculo. Pero el perfil de la etapa de Sierra Nevada se presentaba como la mejor ocasión para poner la carrera patas arriba. Para los puristas, quizá faltaba un puerto anterior al exigente Hazallanas, para madurar las piernas, pero, en oposición a esa teoría, el corto kilometraje (129) asegura un ritmo trepidante durante todo el recorrido. La salida a 51 km/h en la primera hora de carrera así lo confirma. Contador, perro viejo en estas lides, lo sabía. Y se buscó un socio con intereses similares. Cuando ambos saltaron, por delante sobrevivían fugados de alto nivel, que también podían sumar: Romain Bardet, dos veces podio en el Tour, y Steven Kruijswijk, casi ganador del Giro en 2016, completaban un cuarteto 'pata negra'. Un minuto por delante todavía rodaba Adam Yates, mejor joven y cuarto en París el pasado año. Mucha clase en la ruta granadina.
Pero las únicas 'patas' (una palabra muy ciclista, por cierto) que realmente rodaban con soltura eran las de Superman, que a 4,5 kilómetros de la cima se dio cuenta de que con esa compañía no podía hacer más camino. Ni Contador ni Bardet soportaron su cambio de ritmo. Kruijswijk ya se había descolgado antes. López puso el turbo y ya solo miró hacia arriba. Reventó literalmente a Adam Yates, su predecesor con el Dorsal AS. Fue una exhibición colosal.
El grupo de los gallos engulló a Contador, que ya sólo pudo pelear por minimizar las pérdidas. Ahí sólo había probado Nibali con una arrancada también valiente, a 14 kilómetros, pero su marcha en solitario no le conducía a ningún sitio y se dejó capturar. El Sky arropó a Froome con solidez, especialmente Mikel Nieve y Wout Poels, los dos últimos hombres. Con la crono por delante, la Vuelta se le pone a tiro. Sólo una estrategia imaginativa, como las que suele plantear Contador, con unas buenas piernas, como las que exhibe López, podría dar una voltereta a esta situación. Aunque, sinceramente, no creo que ocurra.