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TOUR DE FRANCIA 2017

Etapón alpino: Contador brilla, Roglic gana y Aru cae del podio


Vuelta al País Vasco: contrarreloj de hoy

Primoz Roglic precede a Alberto Contador y Darwin Atapuma en la subida al Galibier.
Primoz Roglic precede a Alberto Contador y Darwin Atapuma en la subida al Galibier.AFP
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La etapa reina de los Alpes no decepcionó. Fue un etapón. En gran parte por la salsa que volvió a poner Alberto Contador, que probó la hazaña con un ataque a 125 kilómetros y con un trabajo en cadena del equipo Trek. No lo logró, pero dejó otra vez su sello. Igual que Primoz Roglic, saltador de esquí en sus tiempos mozos, que dio el primer triunfo a Eslovenia en la historia del Tour. Y también Romain Bardet, cuya insistente ofensiva en el Galibier descolgó a Fabio Aru, que se cae de los puestos del podio, ahora ocupados por Rigoberto Urán y por el francés, empatados a tiempo. En la primera plaza, Chris Froome reluce de amarillo mientras tacha otro día del calendario.

Hay ciclistas valientes, indomables, ambiciosos, osados, inconformistas, agresivos, heroicos… No muchos, no crean. Pero los hay, siempre los ha habido. La épica de este deporte la han escrito ellos. Y luego hay otros que prefieren conservar, especular, defender premios secundarios… Son algunos más, por desgracia. Aunque, a la larga, de ellos no se acordará nadie.

A esos primeros pertenece Alberto Contador. No importa que durante este Tour encadene caídas, averías, desfallecimientos o cunetas por el viento. A cada desgracia, Contador ha respondido siempre con un gesto de campeón. Y a los segundos pertenecen otros como Louis Meintjes y Simon Yates, cuyos equipos, el UAE y el Orica, se dedicaron este miércoles a tirar del grupo de Froome para mantener sus noveno y sexto puestos. Esa es la actitud que a cada cual le inspiraron la Croix de Fer, el Telegraphe y el Galibier, cumbres donde se han escrito bellas páginas de ciclismo. Unos se mantendrán en ellas con letras doradas. Otros pasarán inadvertidos en posiciones de perdedores de alguna clasificación.

Chris Froome, Romain Bardet y Rigoberto Urán esprintan por la segunda plaza y por las bonificaciones en la meta de Serre Chevalier.
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Chris Froome, Romain Bardet y Rigoberto Urán esprintan por la segunda plaza y por las bonificaciones en la meta de Serre Chevalier.REUTERS

Contador atacó a 125 kilómetros, en las primeras rampas de la Croix de Fer. Seguramente estemos ante su último Tour y no quiere irse por la puerta trasera. No lo va a hacer. Con él se intentó marchar su inseparable Nairo Quintana, pero en este Tour anda para pocos trotes. Se hundió pronto. Contador continuó su cabalgada, con la mirada hacia delante, hacia ese grupo destacado donde rodaban tres compañeros del Trek: Gogl, Pantano y Mollema. Tres ciclistas que hicieron un brillante trabajo en cadena para colocarle en el grupo de cabeza, con casi cinco minutos de ventaja sobre el pelotón del maillot amarillo.

Ya en el Galibier, la alternativa era para el jefe. Todo tuyo, Alberto. Pero había otros pretendientes para esta deslumbrante jornada de los Alpes, claro. Contador se quedó en compañía de Roglic, Atapuma, Pauwels y Frank. Un quinteto de máxima categoría. No iba a ser fácil. No lo fue. Atapuma, por cierto, corre en el UAE. Esos que habían tirado por detrás. A la hora de la verdad, Contador no tuvo tan buenas piernas como sus compañeros de fuga. Y fue alcanzado, justo en la cima, por el grupo de Froome, que coronó a un minuto y medio de Roglic, desatado en la bajada del coloso alpino.

Porque además de la etapa y de las migajas, también estaba en juego el Tour de Francia. Bardet atacó hasta cuatro veces a Froome en la ascensión. Sin contemplaciones. Y en cada uno de esos arreones se vio sufrir a Fabio Aru, que finalmente se descolgó. No fue un buen día para el italiano, que se baja del podio, que ahora han tomado Bardet y Urán, igualados a tiempo: a 27 segundos del maillot amarillo. El Izoard les espera este jueves: penúltimo asalto.

Primoz Roglic, campeón mundial júnior por equipos de saltos de esquí y ganador de una etapa del Giro 2016, se lanzó en un descenso cósmico. Ni las alturas, ni la velocidad, ni las montañas le son ajenas. Y remató la faena con una brillante victoria en Serre Chevalier, esa que Contador buscó con tanto ahínco. Dos valientes. Un vencedor. Por cierto, Yates cedió una plaza en la general (7º) y Meintjes la ganó (8º). Nadie les recordará por ello.