Mirin Fader: "No hay nada de pose en Giannis Antetokounmpo"
La periodista estadounidense charla con AS del libro que ha escrito sobre la vida del jugador griego: "No tiene ningún miedo al fracaso, a fallar. No hay nada de arrogancia en él".
El timing, desde luego, ha sido perfecto. Mirin Fader, una de las grandes firmas de la prensa deportiva estadounidense, publicó su libro sobre Giannis Antetokounmpo (Giannis, The Improbable Rise Of An NBA MVP) precisamente cuando el griego daba el salto definitivo al firmamento durante los playoffs 2021, en los que llevó a los Bucks hacia su primer título en medio siglo. Lo hizo, además, con una actuación prodigiosa en unas Finales a las que llegó con una rodilla hecha polvo y en las que acabó pulverizando a Phoenix Suns con un despliegue para el recuerdo. De jugador total.
La biografía, que por ahora no tiene edición en castellano, cuenta una historia que huye de los lugares comunes de la mayoría de estrellas de la NBA. Básicamente porque se traslada a Atenas, al lado más duro de la vida de los inmigrantes de origen africano. Un lugar y un tiempo que no parecen destinados a forjar MVPs de la mejor liga de baloncesto mundo, esa que orbita tan lejos de donde Giannis se crio de casa en casa, ayudando a sus padres a salir adelante y forjando un vínculo básicamente imposible de quebrar con sus hermanos. Es el Giannis que pasó años sin tener la nacionalidad griega y que estuvo a punto de jugar en Zaragoza, de no haber cogido un atajo hacia la NBA.
Hay mucho de esas experiencias en un jugador humilde, cercano, familiar, con el que es casi imposible no empatizar. Y que mezcló MVPs de fase regular con criticas abrasivas en las duras derrotas de los Bucks en los playoffs 2019 y 2020. Para recalcar que su camino es distinto al de casi todos, antes de la pasada temporada dio la espalda a los grandes mercados, pese a los atronadores cantos de sirena que llegaban desde Miami, la casa de los Heat de Pat Riley, y amplió su contrato con los Bucks. Se aseguró 228 millones de dólares, entonces el mayor total de la historia en un contrato NBA. Y estabilizó un proyecto que meses después se convirtió en campeón.
Con solo 26 años, tiene el mejor currículum que ha amasado un jugador europeo en la NBA, seguramente ya por encima del mismísimo Dirk Nowitzki. Y ninguna voz parece ahora mismo mejor que la de Mirin Fader para explicar qué hay más allá del jugador híper físico, del deportista casi divino. Criada como una jugadora tozuda que absorbió los golpes y el desprecio de los chicos para poder estar en la cancha de baloncesto, se ha convertido en una de las firmas que mejor explican el juego y, sobre todo, lo que hay más allá de él y sus protagonistas. Ha escrito para ESPN, SB Nation, Slam, Sports Illustrated y Bleacher Report y ahora lo hace para The Ringer. Esta es la conversación que mantuvo con AS sobre ese fenómeno llamado Giannis Antetokounmpo y sobre un libro excelente que, a veces la suerte sonríe a quienes la merecen, no ha podido ver la luz en mejor momento.
Este libro crece a partir de un artículo que escribió en Bleacher Report. ¿Qué vio en Giannis que le animó a profundizar en su figura de la forma en que lo ha acabado haciendo?
Es una persona muy reflexiva. Me encanta su espíritu, su carisma y una parte de él que vi cuando pasé tiempo con él y sus hermanos en su casa. La forma en la que cuidaba a todos. Me dio la impresión de que era alguien del que siempre se habla por sus facultades físicas, su capacidad atlética, todo eso que ha hecho que se le conozca como The Greek Freak (el freak griego). Me preguntaba por qué la gente no hablaba más de su parte intelectual. Quería profundizar en su dureza mental, su inteligencia, la compasión que muestra con los demás y cómo todo eso ha dado forma a su vida.
¿Qué es lo más importante que aprendió sobre él mientras preparaba esta biografía?
Aprendí lo difícil que es crecer como una persona negra sin documentos en un país de mayoría blanca como Grecia. La gente no sabe demasiado sobre esa parte de su historia. El racismo al que se enfrentó, cómo no consiguió tener nacionalidad oficial hasta el momento antes de ser drafteado pro la NBA… es una parte de lo que es él que muchas veces se deja a un lado, en parte porque Giannis quiere mucho a su país e intenta no hablar de él de forma muy negativa.
Con 26 años, Giannis se maneja con una enorme madurez dentro y fuera de la pista. Supongo que tiene mucho que ver con cómo ha sido su vida, pero también con las tremendas críticas que recibió tras los patinazos de los Bucks en los playoffs 2019 y 2020…
Creo que, sobre todo, es algo innato. Quién es él como persona. Y lo que dices, esa infancia tan difícil. Tuvo que crecer muy rápido. En el libro cuento momentos en los que su familia tenía que dejar su vivienda y él se encargaba de consolar a sus hermanos y decirles que todo iba a ir bien. Él tenía que tener fortaleza por ellos. Eso le dio sentido de liderazgo, empatía, madurez emocional. Nada le hace estar muy eufórico ni muy deprimido por las cosas tan duras que ya ha vivido, que son las que le han hecho tan fuerte y tan empático con los demás. Las derrotas en playoffs de los años anteriores a este último también ayudaron, esos disgustos le marcaron le motivaron para trabajar más duro, ser mejor, inspirar y elevar a sus compañeros de equipo y, finalmente, conseguir lo que ha conseguido ahora.
Giannis es, sobre todo, una súper estrella distinta. Una que en muchas cosas ni siquiera parece encajar demasiado con los mejores jugadores estadounidenses.
Sí, creo que es cierto, que tiene una historia diferente y que eso le distancia de las estrellas estadounidenses. Creció en un país en el que no tenía nacionalidad aunque nació allí, vivió allí, iba allí al colegio y la iglesia, hablaba perfectamente el idioma… Muchos jugadores estadounidenses vienen de orígenes muy humildes y hogares en situación de pobreza, pero son ciudadanos de EE UU, pueden viajar, alquilar apartamentos… Giannis y su familia no podían hacer esas cosas. Además, al criarse en Grecia tiene otra perspectiva del baloncesto. No se forjó en el sistema AAU estadounidense (los circuitos de torneos amateur), como la mayoría de jugadores que despuntan antes de llegar a la NBA. Allí, los mejores son señalados como tipos de éxito desde muy jóvenes; A Giannis nunca se le puso el cartel de ‘la siguiente gran súper estrella’”.
¿Y cree que ha podido ser un poco menos respetado o menos valorado por todo eso?
No creo que valorado sea la palabra, pero sí creo que la gente no le conoce bien, no sabe cuáles han sido sus experiencias vitales. Espero que mi libro pueda ayudar en eso. Creo que tiene una historia cautivadora, una con la que muchos niños pueden identificarse, especialmente aquellos de raza negra que crecen en países europeos.
¿Le sorprendió que decidiera seguir en los Bucks o tenía claro que no se movería de Milwaukee?
Lo cierto, y para ser totalmente sincera, es que no sabía qué iba a pasar. Creía que era tan probable que se quedara como que se fuera. Escuché de todo y no lo tenía claro hasta que no lo anunció. Pero tiene todo el sentido que se quedara en Milwaukee. Le encanta estar allí, y esa es la razón principal por la que se ha quedado, pero es que además siente el cariño de la gente y creo que quería mostrar gratitud a un lugar en el que habían sido tan leales con él. Giannis, su madre y su hermano Alex han creado allí un hogar, una vida, así que cuando anunció que se quedaba me di cuenta de hasta qué punto era lo que más sentido tenía porque sé cuánto ama a Milwaukee.
Lo que hemos visto durante los playoffs 2021 y las Finales contra los Suns es, como jugador y como persona, todo lo que podemos pedirle a una gran estrella. Y creo que no exagero…
Y tanto que sí. No solo tuvo que superar un tremendo dolor físico, y jugar con su lesión de rodilla, sino que demostró estar en un nivel especial como competidor, compañero y fuerza dominante. Giannis creyó en todos y cada uno de sus compañeros, y todos dieron un paso adelante.
Ha crecido muchísimo desde aquella derrota en los playoffs de 2019 contra Toronto Raptors.
Creo que lo más importante es que nunca esta satisfecho con su nivel y no tiene ningún miedo al fracaso, a fallar. No hay nada de arrogancia en él. Y por todo eso es capaz de analizar de forma honesta sus puntos débiles y hacer el trabajo necesario para convertirlos en fortalezas. Creo que si fuera más complaciente, de esas personas que se sienten satisfechas con el éxito que obtienen, no podría haber operado como lo ha hecho, no habría analizado así las cosas.
Había firmado por el Zaragoza pero nos quedamos sin verlo al menos un año en España porque decidió dar el salto a la NBA. ¿Cree que eso le ayudó a madurar más rápido como jugador?
Creo que se habría convertido en un gran jugador hubiera jugado donde hubiera jugado. Hablé con Willy Villar, el directivo que lo fichó en el Zaragoza, y creo que habría sido una influencia maravillosa para Giannis si hubiera acabado jugando allí. Le habría ayudado mucho en su crecimiento. Sin embargo, al ser elegido por los Bucks tuvo que madurar muy rápido. Era un equipo en un momento muy malo, que solo ganó 15 partidos en la temporada 2013-14 y que pudo permitirse poner a Giannis como titular muy pronto, darle muchos minutos porque no se jugaban nada importante. Aprendió, adquirió experiencia, pudo cometer errores en tiempo real, sin afrontar grandes consecuencias… muchos rookies no tienen esa posibilidad. Eso le ayudó como jugador, le ayudó para confiar más en sí mismo.
Ha tratado mucho con él personalmente. ¿Qué es lo que más le gusta, con qué se queda de Giannis?
Lo que más le gusta de él es que no es presumido, no tiene ninguna necesidad de demostrar nada, de convertirlo todo en algo que gire en torno a él. Es la persona más auténtica que te puedes echar a la cara. En la NBA, es habitual que las estrellas tengan una pose, intenten ser el centro de atención. Me encanta Giannis porque está contento consigo mismo sin nada de eso, sin ser el protagonista de todo. Es más fácil empatizar con alguien así, animar a alguien así.
¿Sobre qué otros jugadores le gustaría escribir un libro como este que ha dedicado a Giannis Antetokounmpo?
Me interesan mucho Luka Doncic y Nikola Jokic. Me gusta mucho escribir sobre jugadores no estadounidenses. Viajé a Lituania y Australia para hacer reportajes de LaMelo Ball cuando se fue a jugar fuera de Estados Unidos, y fueron experiencias que me ayudaron mucho a crecer como persona y como periodista.