NBA | THUNDER 103 - TIMBERWOLVES 106

D'Angelo anota el triple ganador y Ricky se 'venga' de sus 'ex'

Tras salir de los Suns, Ricky pasó de puntillas por Oklahoma antes de recalar en los Wolves. Semanas después, Minnesota se impone en un duelo de la parte baja de la NBA.

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Ricky Rubio, durante el partido de la NBA que ha enfrentado a Oklahoma City Thunder y a Minnesota Timberwolves.
Hannah Foslien Getty Images

El 16 de noviembre, tras una temporada fantástica y una burbuja en la que habían acabado imbatidos (8-0), los Suns buscaron un golpe de efecto en el mercado. Ricky Rubio (entre otros) un jugador que había cuadrado perfectamente con el entrenador, Monty Williams, que se llevaba fantásticamente con sus compañeros y entendía como nadie la idiosincrasia de la franquicia a la que pertenecía, era traspasado a los Thunder a cambio de Chris Paul. Al margen de lo acertado o no del traspaso (Paul es objetivamente mejor que Ricky) y de los deseos de los jugadores, que poco importan en estos casos incluso en plena era de los jugadores empoderados, Ricky fue presentado oficialmente como nuevo jugador de OKC. Y solo unos días después en la noche del draft, sería de nuevo traspasado, esta vez a los Timberwolves, deshaciéndose Sam Presti de un jugador que pasaba la treintena y no quería en un equipo en reconstrucción (se ha tenido, muy a su pesar, que quedar con Al Horford) y volviendo Ricky a casa, ese lugar en el que empezó su carrera pero en el que no termina de estar a gusto. Ah claro, y entre un traspaso y otro estuvieron las quejas del español, al que no le gustó nada ser parte de la mercancía de los Suns y hablar de que "hay formas y formas". "Menudo negocio", dijo sobre la NBA.

Ricky apenas estuvo unas horas en los Thunder, que en ningún momento le quisieron. Para Sam Presti, su General Manager, el internacional español era sólo una moneda de cambio, con la cual poder deshacerse del espectacular contrato de Chris Paul y poner así rumbo a una reconstrucción eternamente postergada por el proyecto que se fraguó con Kevin Durant, Russell Westbrook y James Harden y que ha acabado sin ninguno de ellos y vistas al futuro mientras miran al pasado más reciente preguntándose eso de qué podría haber pasado si... Más allá de tanto análisis mesiánico de un movimiento tan lógico como lícito, Ricky llegó a una franquicia que ya conocía, pero que estaba con una crisis mayor incluso que la que recordaba. A Flip Saunders (con el que llegó a coincidir además de con Rick Adelman), le había sustituido su hijo Ryan, pero aparte del apellido no había mucho que al base le sonara. Y por si fuera poco, Ricky juega menos minutos que nunca (23) y anota y asiste también en sus mínimos históricos (6,1 y 5,8, siendo esta última marca peor durante su primer año en Utah).

Pues bien, casi tres meses después del sainete, parece que Ricky ha podido 'vengarse' ligeramente y encontrar cierta satisfacción en uno de los dos equipos que no le quiso: loss Thunder. Minnesota, que además del complicado momento de Ricky cuenta con uno de los peores balances de la competición (6-16, últimos del Oeste y tercer balance más malo de la Liga), visitaba a unos Thunder que están poco o nada interesados en sumar victorias y buscan progresar en un año de transición, con un nuevo entrenador (Mark Daigneault) y una ingente cantidad de rondas del draft que Sam Presti colecciona como si fueran a acabarse. Con eso y un equipo joven hasta la extenuación, van 9-12 y pelean todos sus partidos, pero hoy se les ha escapado en casa ante un equipo en cuadro que empezó ganando sus dos primeros partidos, y lleva 18 derrotas en los últimos 22. Bochornoso es poco.

D'Angelo Russell, un hombre venido a menos y perdido en el frío de Minneapolis, se fue a 21 puntos y anotó el triple de la victoria, una que estuvo a punto de no darse después de que los locales remontaran un partido que parecían tener perdido. Y Malik Beasley, un jugador de una proyección extraordinaria, se fue a 24. Anthony Edwards, el flamante número 1 del draft, apenas llegó a 9 en una malísima serie de tiro (3 de 14, con 1 de 7 en triples) y el resto aportó su granito de arena en una victoria de pocos puntos y entre dos equipos perdedores, que están (y van a seguir) en la parte baja de la Liga. En los Thunder, el mejor fue Al Horford con 26 puntos, 7 rebotes y 8 asistencias, mientras que Hamidou Diallo sumó 16 y 10 pases a canasta. Los Thunder, con la mirada puesta en el futuro, ven sin preocupación la derrota. Los Wolves, que no levantan cabeza ni aciertan en el diagnóstico de sus eternos problemas, consiguen una victoria que sabe a poco. Y Ricky, en el reencuentro con el equipo que le presentó y para el que nunca jugó, se fue a 3 puntos, 4 rebotes, 8 asistencias y 3 robos en algo menos de 24 minutos. Una pequeña vengaza, por llamarla de alguna manera. De momento, se tiene que conformar con eso.