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NBA | NOTAS EN EL PARÓN

BULLS: la guerra Boylen-LaVine y la esperanza de Coby White

Temporada aciaga para unos Bulls que querían dar el salto a playoffs y siguen a la deriva. LaVine y Coby White, únicas notas positivas para un equipo muy mal dirigido.

Coby White, durante un partido de los Chicago Bulls de la NBA

BALANCE HASTA EL PARÓN:

 22-43 (11º de la Conferencia Este)

LÍDERES ESTADÍSTICOS:

Zach LaVine: 25,5 puntos, 4,8 rebotes, 38% en triples.

Coby White: 13,2 puntos, 3,5 rebotes, 2,7 asistencias

Wendell Carter Jr.: 11,3 puntos, 9,4 rebotes, 17 dobles-dobles

LO MEJOR: El nivel de LaVine y la irrupción de White

Zach LaVine se ha reafirmado de manera categórica como jugador franquicia y ha demostrado definitivamente que no vale solo para hacer mates. Atrás ha quedado el joven todavía por madurar pero que ya mostró grandes detalles en Minnesota para dar paso a un jugador franquicia que puede ser la salvación de la franquicia. 25,5 puntos esta temporada, el máximo de su carrera con buenos porcentajes (45% en tiros de campo y 38 en triples). LaVine ha hecho 6 partidos por encima de los 40 puntos y ha superado la barrera de los 30 en otras 13 ocasiones. Su 13 de 17 en triples contra los Hornets cuando se cabreó con su entrenador e hizo la guerra por su cuenta para llegar a los 49 puntos, su tope de la temporada, fue brutal. Pero si LaVine, que llama a las puertas del All Star y no ha ido por la mala dinámica de su equipo, se ha reafirmado, la mejor noticia para los Bulls es la irrupción de Coby White. El rookie se ha ido a más de 13 puntos por partido como suplente y ha ido de menos a más. Su promedio en los nueve últimos partidos lo dicen todo: más de 26 puntos, 4 rebotes y 4 asistencias con un 48% en tiros de campo, un 43% en triples y un 90 en tiros libres en una racha que empezó con tres partidos seguidos de 33, 33 y 35 puntos respectivamente. La luz en la oscuridad de Chicago.

LO PEOR: El desastre de Jim Boylen en el banquillo

El técnico se ha mostrado como el gran lastre de estos Bulls. Más allá del récord, un 39-84 desde que sustituyó a Fred Hoiberg a principios de la temporada pasada, maneja un vestuario a la deriva y sus choques con los jugadores, LaVine a la cabeza, son públicos y notorios. Sin un sistema claro de juego y con movimientos cuestionados en la rotación, lo único que falta por saber es cuanto durará en el banquillo. El teórico apoyo que recibe de la directiva, inexplicable.

NOTA EN EL PARÓN: SUSPENSO

Se esperaba mucho más de los Bulls, que deberían estar luchando por unos playoffs que tienen imposibles. No han conseguido ser un equipo cohesionado ni han tenido una buena dirección. Incluso lo que hoy es una esperanza representada por Coby White ha tardado en aparecer y apenas tuvo protagonismo antes del All Star. Solo LaVine se ha mantenido regular durante toda la campaña, mientras que Markkanen o Wendell Carter han estado intermitentes y Dunn con más sombras que luces. Tienen una base joven con la que progresar de cara al futuro, pero necesitarán alguien que les guíe y esa función Boylen no la cumple. Sam Presti sonó para los decpachos y puede ser una buena solución, pero el problema real está en ek banquillo. Talento hay, y futuro también. Falta alguien que lo asegure.