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NBA | KAWHI LEONARD

Lakers, Spurs, Nike... Kawhi y su capacidad para hacer 'amigos'

Los playoffs del alero hicieron olvidar su abrupta salida de San Antonio, pero su fichaje por los Clippers ha vuelto a resaltar las enemistades que se ha ganado en los últimos años.

Kawhi Leonard celebra el título con los Raptors
EZRA SHAWAFP

El fichaje de Kawhi Leonard por los Clippers provocó el último gran terremoto de la NBA. El actual dueño del trono de la Liga cambiaba de equipo por segunda temporada consecutiva y ponía al hermano ya no tan pequeño de Los Ángeles en el mapa. Además, se unía a Paul George, con el que formará una dupla temible y podrá optar un año más al anillo.

Sin embargo, el movimiento del alero ha dejado tras de sí un reguero de malestar en algunas de las franquicias de la Liga y en muchos fans, sobre todo de los Raptors, que esperaban que la estrella siguiera con ellos. Los Lakers acusaron a Kawhi de jugar con ellos en el mercado de fichajes, mientras que los canadienses tampoco estaban especialmente contentos. Y todo esto se redondeó con una demanda de Nike contra Leonard, respondiendo así a la denuncia que había hecho el propio jugador... durante las Finales.

Hagamos retrospectiva. Kawhi Leonard abandonaba San Antonio después de siete temporadas, un anillo de la NBA, un MVP de las Finales, dos premios como Mejor Defensor del año y dos All Star Game. Su salida se estuvo mascando durante mucho tiempo, pero su adiós no dejó de sorprender. Fue un tsunami para los Spurs, fiel reflejo de la perfección organizativa, la pulcritud y el trato, siempre bajo la templanza de Gregg Popovich. El entrenador vivió por primera vez en sus 21 años y medio en el banquillo texano una rebelión a bordo que no pudo controlar. El entorno y la personalidad de Kawhi diezmaron y poco a poco al técnico de los cinco campeonatos desde marzo de 2016.

En teoría, la llegada del alero y su crecimiento eran una noticia que llenaba de optimismo a la franquicia. Héroe de las Finales del 2014, era el relevo perfecto para un Tim Duncan que empezaba a perder su estrella de manera definitiva. Además, compartía tanto el carácter del ala-pívot como el de la franquicia. Tranquilo, lejano a los grandes focos, se dejó guiar por su templanza y la de Popovich durante siete temporadas... hasta ese mes de marzo de 2016.

Es a partir de ese mes cuando el jugador comienza a sufrir distintas contusiones en el cuádriceps derecho. Una molestia que no le detiene: disputa 74 partidos en la regular season. En los playoffs juega once encuentros seguidos, perdiéndose solo el sexto y definitivo frente a los Rockets, antes de afrontar la final de Conferencia frente a los Warriors, en la que durará 24 minutos, cuando esa famosa caída sobre el pie de Pachulia, le provocó un fuerte esguince de tobillo que puso el punto final al curso tanto al equipo (que iba controlando ese partido y que acabó la serie 4-0) como a él. Nadie esperaba lo que vendría a continuación.

A partir de ahí, caída en picado en la relación. Solo 9 partidos en la temporada siguiente y una baja cada vez más prolongada entre las súplicas de su compañero para que regresara y la desinformación de una afición que no sabía nada del alero. El entorno del jugador decía que las molestias del cuádriceps escondían unas dolencias más graves, algo que no compartían los médicos de los Spurs, que afirmaban que estaba curado. La tensión por el diagnóstico y el enigmático comportamiento de Kawhi hizo el resto, y la rotura entre ambas partes se hizo evidente.

El jugador empezaba a hacer amigos. Los médicos de San Antonio acabaron enfadados con la estrella por ignorar su diagnóstico. Popovich renegaba de él ante la prensa y hacía comentarios irónicos sobre el que era el pilar fundamental del futuro de la franquicia. Bruce Bowen, un peso pesado del equipo en el pasado, criticaba duramente la actitud del jugador. "Ya ha pasado el punto de no retorno", informaba el periodista Marc Stein, que daba por imposible la reconciliación. Entre unas cosas y otras, se recordó que en 2016 Brian Elfus, agente de buena reputación y cercano a los texanos, rompía su relación con Kawhi. ¿El principio del fin? Nunca se supo.

Temporada en Toronto y relativa vuelta a la calma

Todo acabó con un traspaso. Leonard se iba a los Raptors a cambio de DeMar DeRozan. No era el destino favorito del alero, que amenazó con pasar la temporada en blanco, aunque finalmente reculó y jugó con su nuevo conjunto. A medida que avanzaba la temporada iba pasando la tormenta, aunque se fueron escuchando nuevas críticas de los Spurs, de nuevo por parte de Popovich, que afirmaba que su ya ex pupilo nunca había sido un líder dentro del vestuario, como si lo fueron otros baloncestistas... como Patty Mills. Había rencor en los texanos, no cabía duda. "Se habrá olvidado", respondía el alero.

Kawhi saluda a sus compañeros durante su estancia en los Raptors
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Kawhi saluda a sus compañeros durante su estancia en los RaptorsVaughn RidleyAFP

Su retorno a San Antonio también tuvo su miga. Pitada tremenda al alero, que contrasto con los aplausos que recibió Danny Green, uno de los hacedores de aquel último campeonato del 2014. El abrazo de pasada entre el técnico y Kawhi fue solo un amago de reconciliación que todavía no ha llegado.

El resto de la temporada transcurrió sin incidentes. Leonard lograba sus mejores números durante el año y explotaba en playoffs. En la fase final tuvimos nuevas informaciones de lo ocurrido en su día: Dennis Robertson, tío del jugador y uno de los miembros de su entorno, se refería de nuevo a la disputa vivida con los Spurs: "No creyeron a Kawhi. Luego, nosotros no creímos en ellos", sentenció.

El final de la historia es de sobra conocida. Anillo, fin a la dinastía warrior (¿definitiva?) y agencia libre para Leonard, que terminaba contrato. El alero, que había sido el héroe de los Raptors y que era tildado del mejor jugador de la historia de la franquicia después de darles su primer anillo con números absolutamente histórico, era ya una auténtica leyenda en Canadá.

Agencia libre y nueva horda de amigos

"Si vas a otro equipo, te patearemos el culo", dijo Fred VanVleet, compañero de Kawhi este último año. Van a tener que hacerlo. Los rumores del mercado apuntaban a que el alero estaba entre los Lakers y los Raptors... pero se acabó yendo a los Clippers. Una sorpresa mayúsculo que dejó una nueva horda de amistades y críticas contra la estrella. 

La información la daba Brian Windhorst. Los Lakers, molestos por la actitud del alero, le acusaban de haber jugado con ellos. También estaban molestos los Raptors. El periodista informó de que de que Kawhi entró y pidió el sol, la luna, las estrellas al que había sido su último equipo y luego les dejó en el altar.

El último periodista en dar nuevas informaciones era Stephen A. Smith, que ha revelado que el tío del alero (otra vez el famoso entorno) pidió aviones, casas y acuerdos de patrocinio a los equipos con los que negociaba, algo que teóricamente es ilegal. Y todo esto entre un cruce de demandas con Nike, que negaba que el el logo Claw Design fuera creado por Leonard, algo que él mismo aseguraba en la denuncia que le hizo a la marca durante las Finales.

Parece que Kawhi, ese hombre tímido y discreto que renegaba de los focos era también muy exigente en las negociaciones y que su manera de llevarlas no ha gustado a todo el mundo. Los Spurs, sus médicos, los Raptors, los fans, los Lakers, Nike... su lista de amistades parece eterna y ha crecido desde aquel mes de marzo de 2016, cuando empezaron sus molestias en el cuádriceps.

Ahora se abre una nueva etapa para el alero... y para la NBA. El jugador volverá a intentar ganar el campeonato en los Clippers, ahora con toda la competición fija en él. Será el hombre a batir en una Liga en la que reina y tendrá que superar muchos escollos si quiere mantener el trono. Se enfrentará a todo... y a todos. A todos los enemigos que se ha ganado en los dos últimos años. Que no son pocos.