En la camada de 2015 hay tres talentos indiscutibles (Karl-Antonhy Towns, Kripstas Porzingis y Devin Booker) y uno que lucha por demostrar que lo es (D'Angello Russell). A ellos cuatro y al resto de sus compañeros de viaje en el draft de 2015 les llegaba el momento tan esperado, tras tres años en la liga, en el que sus equipos podían renovar sus contratos. Anoche se cumplía el plazo y sólo cinco jugadores empezarán la temporada 2018/19 con un nuevo contrato. El resto llegará al verano de 2019 en la agencia libre, aunque sus franquicias tendrán la opción de igualar las ofertas de otros equipos.

Los que sí han renovado

Karl-Anthony Towns, el que fuera número 1 del draft de 2015, ya renovó su contrato antes de entrar en octubre. Los Timberwolves no querían sorpresas con su joven estrella y le firmaron un contrato por cinco años y 190 millones de dólares. Antes incluso que Towns, los Phoenix Suns firmaron la ampliación con Devin Booker (número 13 del draft y para la mayoría el gran robo de ese año). El escolta tiene un contrato por cinco años y 158 millones. Los últimos en sumarse a este grupo han sido Myles Turner (cuatro años y 72 millones con los Pacers) y Larry Nance Jr. (cuatro años y 42 millones con los Cavs). El quinto jugador renovado fue Justice Winslow con los Heat (tres años y 39 millones).

Los que no han renovado

D'Angello Russell (número 2 del draft) y Kripstas Porzingis (número 4), dos de jóvenes que mejor imagen han dejado en sus primeros tres años en la competición, especialmente el letón, han visto cómo sus franquicias han preferido esperar de momento a renovar sus contratos. En el caso del primero se une a Rondae Hollis-Jeferson, también propiedad de los Nets y que seguirá una temporada más con sueldo de rookie. En cuanto a Pozingis, parece que los Knicks quieren estar seguros de la recuperación de su estrella, que lleva sin jugar desde febrero por la rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda, antes de ponerle sobre la mesa un sueldo acorde a lo mostrado antes de la lesión.

Otro de los casos llamativos por su rendimiento el último año, aunque nada inesperado dada la amplitud de plantilla de los Celtics, es el de Terry Rozier. El base, que suplió con todas las garantías a Kyrie Irving durante los playoffs quiere un sueldo de estrella y ser titular, algo que en Boston difícilmente podrá conseguir. Quién sabe si esta será su última temporada de verde.

Otros jugadores que seguirán siendo rookies en lo económico son Hezonja, que debe dar un salto adelante esta temporada si no quiere ver peligrar su carrera NBA, Willie Cauley-Stein, al que su las buenas actuaciones Labissiere y la llegada de Marvin Bagley III le complican sus minutos en pista, Kelly Oubre Jr., que a pesar de ser la pieza más fiable del banquillo de los Wizards ve como con Wall, Beal y Otto Porter las posiblidades de progresar en Washington son escasas, o Bobby Portis, al que la llegada de Markkanen le ha dejado en un segundo plano.