Los Cleveland Cavaliers tratan de encontrar su sitio en el mundo tras la salida de LeBron James, el mejor jugador en la historia de la franquicia. El alero abandonó este verano Ohio después de completar cuatro temporadas en esta segunda etapa (la primera duró siete años) para enrolarse en Los Angeles Lakers. Sin embargo, y a pesar de este nuevo adiós, James siempre estará en Cleveland: dio el primer y único anillo al equipo y es el máximo anotador (23.119 puntos), reboteador (6.190 capturas), asistente (6.228 pases de canasta) y ladrón (1.376 robos) de siempre en los Cavaliers. 

Un peso demasiado significativo para hacer borrón y cuenta nueva de manera inmediata en un equipo que debe saber si quiere reconstruirse y disputar dignamente la temporada. Una carga colectiva que afectará a la hora de vender la imagen de la franquicia, sus productos y sus entradas. Mucha, en definitiva, es la influencia de LeBron en una ciudad que retiró su enorme e icónico cartel de la calle.

Los Cavs lo saben y, por eso, van pasito a pasito para escribir una nueva página sin él. Y por ello, han hecho un pequeño cambio en el vestuario que ha dejado una curiosa imagen, tal y como demuestra una foto subida por Joe Vardon a Twitter: la taquilla donde James se preparaba antes de cada partido ya no está: ahora es el armario de las toallas. ¿Qué pensará LeBron?