Los Angeles Lakers: LeBron es el pasado, el presente y el futuro
La llegada del mejor jugador del mundo devuelve la relevancia a una franquicia que ha pasado por el peor lustro de toda su historia en L.A.
AÑO DE CREACIÓN: 1947 (en Minneapolis)
PABELLÓN: Staples Center
PROPIETARIO: Jeanie Buss
GENERAL MANAGER: Rob Pelinka
ENTRENADOR: Luke Walton (desde 2016)
TÍTULOS: 16 (1949, 1950, 1952, 1953, 1954, 1972, 1980, 1982, 1985, 1987, 1988, 2000, 2001, 2002, 2009, 2010).
PASADA TEMPORADA: 35-47 (fuera de playoffs).
PRINCIPALES ALTAS: LeBron James, Rajon Rondo, Lance Stephenson, JaVale McGee, Moritz Wagner, Svi Mykhailiuk, Michael Beasley, Isaac Bonga.
PRINCIPALES BAJAS: Julius Randle, Brook Lopez, Thomas Bryant, Lold Deng, Tyler Ennis, Isaiah Thomas, Channing Frye.
CONTRATOS MÁS ALTOS 2018-19: LeBron James (35,6), Kentavious Caldwell-Pope (12), Rajon Rondo (9).
PRINCIPALES JUGADORES EN ÚLTIMO AÑO DE CONTRATO: Rajon Rondo, Lance Stephenson, Michael Beasley, JaVale McGee.
PLANTILLA: Pincha en este enlace
ANÁLISIS: cambiar todo para que nada cambie
En medio de un lustro horrendo, lleno de derrotas y de partidos de playoffs vistos por televisión, los Lakers parecían estar perdiendo incluso sus señas de identidad, ese factor diferencial (Hollywood, las banderas en el Staples...) que les había convertido en una de las grandes instituciones del deporte mundial. Las nuevas estrellas ni cogían el teléfono a un equipo anclado en el pasado, difuso en sus objetivos y atragantado en el gigantesco final y adiós de Kobe Bryant, su última gran leyenda. Los Lakers no se estaban jugando ser competitivos a más corto o largo plazo. No, lo que estaba en el aire era su subsistencia. Porque es una franquicia que no puede pastar en los tranquilos prados de otras: solo sabe y puede ser los Lakers. Y hacía mucho que no lo era.
El viaje de regreso, que acaba de empezar y ni mucho menos está cerca de culminar, empezó con el ascenso de Jeanie Buss, la hija que mejor entiende (puro ADN) cómo su padre, el Doctor Buss, edificó la leyenda de los angelinos. Con ella llegaron Magic Johnson y Rob Pelinka, cuyo plan, a lo largo de 18 meses, ha dado hasta ahora excelentes frutos: pese al rechazo de Paul George, LeBron James firmó con los Lakers y lo hizo además con un contrato a largo plazo, sin más exigencias ni plazos. Con el mejor jugador del mundo a bordo, los angelinos vuelven al mapa de la competición... y del mercado. El próximo verano tendrán suficiente dinero para que esa hoja de ruta cristalice casi definitivamente.
Mientras, y ya que no sabemos que traerán las largas semanas de competición y el mercado invernal, los Lakers son un equipo difícil de descifrar mientras no haya pistas de hasta dónde pueden llegar sus (muchos) jóvenes talentos: Lonzo Ball, Brandon Ingram, Kyle Kuzma, Josh Hart, los nuevos Wagner y Mykhailiuk... Algunos tienen madera de súper estrellas y, con LeBron a bordo, todos están ante una oportunidad única de crecer a ritmo exponencial. También ante una enorme presión mediática. Para llevar parte de la carga, ha llegado un escuadrón de renegados (Rondo, McGee, Beasley, Stephenson...) que debería dar dureza y producción instantánea en un formato muy distinto al habitual en los últimos años para LeBron: menos tiro exterior a su alrededor pero más dureza, pase, y piernas para jugar a un ritmo vertiginoso a partir de una defensa agresiva. Más parecido a lo que le rodeaba en Miami que a sus equipos de los últimos cuatro años en los Cavs.
No se sabe hasta dónde llegarán estos Lakers que, como mínimo y mientras LeBron esté sano, deberían regresar ya a los playoffs. Es un año para volver a presumir de imán mediático, recuperar el carisma y la leyenda, saber definitivamente qué esperar de sus jóvenes y preparar el asalto al próximo mercado. Sea como sea y lleve el tiempo que lleve, los Lakers están de vuelta. Es la obra de Jeanie y Magic: ADN amarillo y morado.