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BOSTON CELTICS

Boston Celtics: historia de una reconstrucción hacia la élite

A un paso de regresar a sus primeras Finales desde 2010, repasamos el camino emprendido en la franquicia desde 2013 por Danny Ainge y Brad Stevens.

Boston Celtics: historia de una reconstrucción hacia la élite

Boston Garden. En la que hasta el momento es su última serie de playoffs ganada, el 3 de mayo de 2013 los Knicks derrotan por 80-88 a los Celtics en el sexto partido de la primera ronda. No se sabía entonces, pero aquella fue la despedida de Paul Pierce, Kevin Garnett y Glen ‘Doc’ Rivers con los orgullosos verdes. Junto a Ray Allen, que había salido por la puerta trasera durante el verano anterior, los estandartes del último gran equipo de los Celtics. El mismo que apiló entre 2007-08 y 2011-12 dos eliminaciones en semifinales, otra en la final de Conferencia y dos viajes a las Finales ante un viejo conocido: los Lakers. Un duelo que se saldó en tablas: anillo en 2010 para los angelinos y en 2008 para Boston. El 17º para sus vitrinas. El que puso fin a una sequía de 22 años.

Los Knicks eliminaron 4-2 a los Celtics de Paul Pierce en la primera ronda de los plyoffs 2013. La despedida de una era en Boston.
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Los Knicks eliminaron 4-2 a los Celtics de Paul Pierce en la primera ronda de los plyoffs 2013. La despedida de una era en Boston.JESSICA RINALDIReuters

Se cocía el final de una era que había reconciliado a los de Massachusetts con su gloriosa historia. Los pilares comenzaron a derrumbarse desde la base. Doc Rivers obtuvo el permiso para rescindir su contrato y firmar por unos Clippers que, como recompensa, enviaron a Boston la primera de las rondas de draft con la que edificaron su modélica reconstrucción. Los célebres assets (activos) de Danny Ainge. El nexo entre los legendarios Celtics de los 80, los de Pierce, Garnett y Allen y con el equipo que se ha quedado a un palmo de destronar al rey LeBron James en el Este. Han estado cerca, muy cerca de volver a pelear por título ocho años después.

La recompensa a este largo y arduo camino tendrá que esperar. Muchas y dolorosas decisiones. Algunas erróneas y otras, la mayoría, correctas. Innumerables operaciones y traspasos. Un continuo trasiego de jugadores. Rajon Rondo, el último exponente de los Celtics campeones, dejó el equipo en diciembre de 2014. Marcus Smart, el hombre con más longevidad en el actual vestuario, apenas compartió aventuras con el base durante un par de meses. No hay un solo jugador que permanezca en plantilla de la primera temporada de Brad Stevens (2013-14). Es más, solo hay cuatro supervivientes respecto al roster de la pasada campaña.

Brad Stevens, un genio precoz

Esta es la historia de cómo los Celtics, a pesar de la eliminación, han regresado a la élite de la NBA. Un relato que no se podría entender sin Brad Stevens. “Su belleza, lo que le hace auténtico es que no se preocupa de sí mismo. Quiere que sea un asunto de jugadores. Se avergonzará si le dan el premio a Mejor Entrenador de la Temporada”, comentaba Danny Ainge hace un par de semanas. El 3 de julio de 2013, Boston hizo oficial la contratación por 6 años y 22 millones de dólares de un técnico sin experiencia en la Liga y que por entonces contaba con 36 años.

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Para entender la apuesta de Ainge y de los propietarios de la franquicia, hay que remontarse a 2010. Al Lucas Oil Stadium de Indianápolis. En sus abarrotadas gradas se encontraban el propio Ainge y Steve Pagliuca, copropietario del equipo. “Antes de que empezara el partido, Danny me dijo: ‘Mira, abajo en la pista se encuentra el mejor entrenador de baloncesto universitario’. ‘Por supuesto, es Coach K (Mike Krzyzewski)’, le respondí. A lo que me corrigió: ’No, es Brad Stevens. Butler perdió (61-59) en el partido por el título ante la todopoderosa Duke del también entonces seleccionador estadounidense. Al año siguiente, los Bulldogs de Stevens —que nunca antes habían disputado siquiera una Final Four de la NCAA— volvieron a quedarse con la miel en los labios. “Para un programa de su tamaño (modesto) repetir dos años consecutivos en la final fue un milagro”, explica Pagliuca. La semilla para el relevo en el banquillo verde estaba ya sembrada. “Con el adiós de Doc, Ainge elaboró una lista en la que la primera, segunda y tercera personas eran la misma: Brad Stevens. No había mucho más al margen de él”, prosigue uno de los dueños de una franquicia que apostó por un head coach con cara de niño y cuya edad era inferior a la de algunos veteranos de la NBA.

Brad Stevens, el día de su presentación en julio de 2013.
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Brad Stevens, el día de su presentación en julio de 2013.DARREN MCCOLLESTERAFP

El último servicio de Pierce y Garnett

Cuando Stevens, oriundo de Indiana, estado en el que el baloncesto es religión, rubricó su acuerdo ya sabía que no entrenaría a dos futuros hall of famers. Nueve días después se oficializaba un traspaso gestado a finales de junio y que iba a sacudir los cimientos de la Liga. Paul Pierce convenció a su amigo y compañero Kevin Garnett para que revocase su cláusula de veto y aceptase el acuerdo que Ainge había alcanzado con los Brooklyn Nets. Un repentino adiós de Boston de la zona noble de la competición. Pasar de tener los playoffs casi asegurados a deambular por el desierto para tratar de añadir sabia nueva al equipo. Muchos seguidores no comprendieron por qué su general manager se desprendía de sus mejores piezas y último gran símbolo del Garden (Pierce). Pero el paso del tiempo ha acabado por dar la razón al hombre que mueve los hilos desde el despacho. En vez de un ocaso impropio del legado de aquel equipo —no nos engañemos, lejos ya de competir por cotas mayores—, optó por regresar a la casilla de salida. Decisión arriesga y complicada por lo emocional, pero valiente.

Lo que Boston recibió: Gerald Wallace, Kris Humphries, MarShon Brooks, Kris Joseph, Keith Bogans, tres primeras rondas del draft (2014, 2016 y 2018) y la posibilidad de intercambiar la primera ronda de 2017.

Lo que Brooklyn recibió: Kevin Garnett, Paul Pierce, Jason Terry y D.J. White.

Aún sin saberlo, The Truth y The Big Ticket obraron un último y gran servicio para la causa verde. Y generaron una de las comidillas que marcarían las conversaciones de la Liga en los años venideros: los picks de los Nets o los picks de Danny Ainge.

La transición

Aquella operación con Brooklyn acaparó todos los titulares, pero no fue la única durante el verano 2013. Durante la noche del 27 de junio de 2013 traspasaron el número 16 del draft y un par de segundas rondas para 2014 a los Mavericks a cambio del el número 13, el cual emplearon para hacerse con el canadiense Kelly Olynyk. También llegaron al equipo como agentes libres dos jugadores conocidos por la afición española: Phil Pressey, actual base del Barcelona, y el brasileño Vitor Faverani.

Como se esperaba, el curso 2013-14 fue uno de esos cursos llamados de transición con las derrotas como constante. Con sólo tres jugadores en el roster con salarios de cinco cifras —dos de ellos, Wallace y Humphries, recién llegados desde Nueva York y con papeles testimoniales—, Brad Stevens firmó un 25-57 en su estreno. Eso sí, ofreció las primeras pinceladas de su extraordinaria capacidad para sacar el máximo partido de sus hombres. Siete promediaron un mínimo de 10 puntos por noche: Jeff Green, Avery Bradley, Jordan Crawford —nombrado mejor jugador de la semana en la segunda de diciembre—, Jared Sullinger, Rondo, Brandon Bass y Jerryd Bayless, quien llegó a principios de año en un traspaso que trajo la salida de Courtney Lee.

En el draft 2014, el cual generó una enorme expectación con talentos como Wiggins, Jabari o Embiid, los verdes contaron con dos elecciones en el Top-17. En el sexto se decantaron por un hombre hoy en día capital por todo lo que transmite: Marcus Smart. Todo lo contrario que James Young, quien no cuajó durante sus tres ejercicios en Boston. En la offseason ataron la continuidad de Avery Bradley, Tyler Zeller se unió al grupo vía traspaso, firmaron a Evan Turner y Ainge continuó ampliando su colección de rondas.

Un frenético carrusel y el desembarco de Isaiah Thomas

La marejada en la front office llegó entre diciembre y febrero de 2015. En plena temporada los rumores cristalizaron y Rondo, el decimoquinto capitán en la historia de la franquicia, hizo las maletas rumbo a Dallas junto a Dwight Powell. El base, quien no llegó a entenderse con Carlisle, tendría una tormentosa estancia en los Mavs. Jae Crowder, Brandan Wright, Jameer Nelson y una primera ronda que en 2016 emplearon en Guerschon Yabusele (número 16) se unieron a una plantilla ya sin supervivientes de las Finales 2010. Entre los recién llegados ninguno se adaptó como Crowder. Wright no duró ni un mes al marcharse a Phoenix, que como contraprestación envió dos futuras segundas rondas. La de 2017, número 37, se transformó en Semi Ojeleye. Jeff Green, máximo ejecutor en el primer tramo de la campaña —y ahora verdugo junto a LeBron—, fue también traspasado en una operación a tres bandas en los primeros días de 2015. El veterano y campeón en 2004 con los Pistons Tayshaun Prince llegó a enfundarse la camiseta verde. No lo hizo Austin Rivers, quien a los tres días puso rumbo a L.A. para reunirse con su padre en los Clippers.

Prince salió en el último día de mercado. Su regreso a Detroit abrió las puertas de Boston a Gigi Datome —hoy jugador del Fenerbahçe— y a Jonas Jerebko. Sin embargo, aquel movido ‘rade deadline será recordado por una obra maestra desde los despachos. El general manager envió a Phoenix a Marcus Thornton y una primera ronda protegida que los Suns se cobraron en 2016 con el número 28 (Skal Labissière, que acabó en Sacramento). Ese fue el precio a pagar por Isaiah Thomas, fundamental en el despegue celtic.

Unas últimas horas locas las de aquel 19 de febrero de 2015 que pusieron el punto final a siete meses en los que Boston participó en hasta once traspasos. Actividad frenética que plantó las semillas de un equipo que nada tiene que ver con el de hace apenas tres años. Tanto movimiento explica los 22 jugadores que emplearon en la campaña 2014-15. Con Isaiah como sexto hombre, un esprint final en forma de seis victorias consecutivas permitió a los verdes regresar a los playoffs. La primera postemporada de Stevens, un premio inesperado, concluyó por la vía rápida ante LeBron y compañía.

Momento para la calma

De cara al draft, junto al de este 2018 los únicos en los que no han contado con un Top-10 desde 2014, la elección de Terry Rozier en el puesto número 16 supuso todo un acierto. Pese a no haber sido titular en sus dos primeros años, en este tercero ha cubierto con nota la ausencia de Kyrie. El resto de ‘picks’ (R.J. Hunter, Jordan Mickey y el otro Marcus Thornton) seleccionados el 25 de junio de 2015 pasaron de puntillas. En lo que respecta a la agencia libre, cabe destacar la llegada de todo un vigente campeón con los Warriors como David Lee. Un Gerald Wallace que contaba nada para Stevens pero mucho para el cap y Chris Babb fueron utilizados como monedas de cambio. El de Lee, la firma como agente libre de Amir Johnson y una operación menor que les otorgó los derechos de Zoran Dragic, cortado poco después, iban a ser los últimos movimientos realizados en Boston durante los siguientes once meses. De la agitación a la calma. Una estrategia cautelosa que hizo que las críticas apuntaran a Ainge durante el deadline 2016. Tanto tiempo especulando con los famosos picks de los Nets para que llegásemos a marzo de 2016 como todo estaba cuando se abrió el telón de la 2015-16.

Afición y prensa pedían mambo, pero el roster se estabilizó durante todo un ejercicio en el que se pasó de los 22 jugadores empleados en la anterior a 16. No hubo recuperación milagrosa para un Lee muy mermado por las lesiones. El ala-pívot acabó siendo cortado en febrero. Mientras el equipo continuó progresando a velocidad de crucero y se disparó hasta las 48 victorias. Con Isaiah en el papel de estrella tras disputar su primer all star y con un núcleo duro en el que sobresalían los Bradley, Crowder, Turner, Sullinger, Olynyk y cía., el equipo se plantó en los playoffs con expectativas de superar la primera ronda. Una meta que no alcanzaron a pesar de rozar las 50 victorias en regular season. Los Hawks de Budenholzer impusieron su experiencia en estas lides.

Al Horford, punto de inflexión

En Atlanta fue vital Al Horford. Precisamente el hombre que con su decisión de un par de meses después, plasmó lo especial que era el proyecto que en Boston cocinaban a fuego lento. Al puso la pimienta. No lograron convencer a Kevin Durant —halagado por la presencia en los Hamptons del mismísimo Tom Brady—, pero se hicieron con el probablemente segundo mayor caramelo de la agencia libre 2016. El pívot dominicano eligió la millonaria oferta que llegó desde Massachusetts. Las estrellas, aunque atípica como Horford, ya se dejaban seducir por un equipo que continuaba añadiendo talento joven desde el draft. Jaylen Brown, con el tres, lideró una camada de hasta ocho jugadores. Yabusele (en el 16) y el croata Ante Zizic (en el 23) fueron las otras apuestas en la primera ronda. Se renovó a Tyler Zeller, regresó Gerald Green y se siguieron tomando decisiones impopulares al renunciar a jugadores que venían mostrando un buen rendimiento. Evan Turner pescó en Portland un lucrativo contrato que mucho tiene que agradecerle a Brad Stevens, ese entrenador capaz de hacer que sus jugadores parezcan mejores de los que realmente son. Sullinger, otro de los pocos que había compartido vestuario con Pierce y Garnett se marchó a Toronto.

En la 2016-17 el plan de juego acabó por abrazar al completo la explosión de Isaiah Thomas. El nuevo ídolo de la afición del Garden (por calidad y capacidad de decisión en los últimos cuartos, pero también por entrega y compromiso) llevó en volandas a un equipo que por primera vez en seis años volvió a superar el listón de los 50 triunfos (53-29). El mejor récord de la Conferencia Este. Antes, en febrero, las críticas volvieron a colocar entre la espada y la pared a un Ainge conservador. Los picks de los Nets permanecieron a recaudo en su bolsillo. El anhelado salto de calidad en forma de jugador determinante volvió a ser aplazado. Hasta nueva orden.
En plenos playoffs, la lotería le otorgó a Boston el segundo número uno de su historia. El equipo alcanzó la final de Conferencia, pero fue arrollado por unos Cavaliers, con LeBron James al mando, inalcanzables. Agria despedida a una campaña notable. Así entramos en el verano que lo cambió todo.

Tatum en el draft

Ainge movió ficha y llegó a un acuerdo con los Sixers para traspasar el uno por el tres y una segunda elección que Boston se cobrará en 2019. Siempre y cuando no caiga en el uno, se hará con la más alta de Sacramento o Philadelphia. Markelle Fultz fue el primer prospect en desfilar por el Barclays Center. Después Lonzo Ball y tras el base californiano, Jayson Tatum. Su primera campaña y, sobre todo, las cosas que ha hecho en estos playoffs nos sitúan ante un hombre llamado a marcar una época en la NBA. Otro acierto del scouting. Ojeleye, otro que ha gozado de más protagonismo de lo previsto, salió en el número 37. Una segunda ronda que, recordemos, obtuvieron vía Phoenix gracias a un Brandan Wright cuyo historia en la franquicia se resume a ocho encuentros.

Stevens-Hayward, el reencuentro

En 2010 Stevens había dejado un trabajo incompleto en Butler, universidad en la que entrenó hasta ese año a Gordon Hayward. Como él mismo confesó, el deseo de culminar la obra con la conquista de un título junto a su entrenador en el college hizo que el alero optara por mudarse a Boston tras conducir a los Jazz a las semifinales 2017 del Oeste. Junto a Thomas y Horford, los Celtics volvían a contar con un Big Three de all stars. Contar con un segundo máximo contrato en la plantilla puso en marcha la operación salida. De nuevo complicadas y agrias decisiones por delante. Empezando por el traspaso a los Pistons de Avery Bradley, el hilo conductor de los últimos grandes Celtics con el presente. A un año vista de tener que afrontar una costosa renovación, el escolta, uno de los mejores exteriores defensivos y certero triplista, se marchó a Detroit junto a una segunda ronda. Otra operación que muchos cuestionaron pero a la que el paso del tiempo ha dotado de sentido. Véase el importante papel de Marcus Morris. También se cortó a Tyler Zeller y se renunció a pelear en el mercado por Olynyk, quien emprendió rumbo a Miami. Jerebko tampoco seguiría. Llegaron Aron Baynes y desde Europa regresó Shane Larkin y reclutaron al alemán Daniel Theis. Semanas ajetreadas, pero faltaba un último movimiento.

Irving, un golpe maestro e inesperado

En pleno agosto, con premeditación y alevosía, saltaba la noticia bomba. La madre de todos los traspasos en un verano repleto de intercambios sonados. Pero ninguno como el obrado junto a unos Cavs que acabó por hacer saltar por los aires la plantilla 2016-17. Los problemas en la cadera de Isaiah Thomas enquistaron una operación que, finalmente se cerró del siguiente modo:

Lo que Boston recibió: Kyrie Irving.

Lo que Cleveland recibió: Isaiah Thomas, Jae Crowder, Ante Zizic, el número 8 del draft 2018 (vía Brooklyn) y una segunda ronda para 2020 (vía Miami).

Una auténtica conmoción. Por lo que supuso la abrupta despedida del hombre que se dejó hasta los dientes —literalmente— en el florecer verde. Él mismo que este verano tendrá complicado conseguir un máximo contrato que hace doce meses era una realidad. Y una conmoción por refrendar con Irving, un talento especial capaz de decidir unas Finales, el quality jump con el que competir de tú a tú en la élite. Alejado del foco, Ainge cambió de estrategia para pasar al ataque. Dio mucho para conseguir al base. Un jugador diferente con un extraordinario manejo de balón.

Ahora sí, Boston tenía las armas necesarias para afrontar campaña dura, larga y exigente. 101 partidos que les han dejado a las puertas de las Finales. Un curso milagroso en el que Stevens y su tropa se sobrepusieron una y otra vez a cualquier golpe. Un ejercicio de orgullo y demostración de fe ejemplares. Una maravillosa historia sin final feliz porque enfrente estaba LeBron James. Un jugador de otro planeta. En el debe, no saber aprovechar las dos balas que dispusieron para acabar con el de Akron. No es excusa, pero finalmente la falta de experiencia y las lesiones de Hayward (baja todo el curso tras aquella escalofriante imagen en los primeros compases de la temporada) y Kyrie —fuera desde el 11 de marzo— se dejaron notar.

Seguir trabajando

Aún hay trabajo por delante para completar el objetivo. También mimbres y plantilla. Aquella derrota en la primavera de 2013 inició una ardua tarea acometida desde los despachos que, groso modo, consta con más de 70 movimientos y 20 traspasos. En esencia, Ainge ha convertido a Pierce, Garnett y Rondo en Irving, Brown y Tatum. A dos jugadores ya retirados y un veterano en tres hombres con clase y hambre por hacer cosas importantes.

El presente y futuro son brillantes para Boston. De cara a los draft 2018 y 2019 podrían llegar a contar con hasta cinco primeras rondas. Tres all stars, otros dos que pueden serlo pronto, Brad Stevens en el banquillo. Un escenario inmejorable… en el que se sucederán los obstáculos. La idiosincrasia de la NBA es una montaña rusa que nunca se detiene. Para este verano no se espera ningún sismo semejante al del pasado. Ni parecido. Aunque en la front office trabajo habrá. Nuevos quebraderos de cabeza. La situación salarial de la franquicia, con Hayward por encima de los 30 millones en la 2018-19, Horford e Irving por encima de los 20 y con 107 millones comprometidos, reduce el margen de acción para acometer, en primer lugar, la renovación de Marcus Smart y posteriormente la de Terry Rozier. Dos jugadores que han dado un paso al frente y demostrado su valía en plena lluvia de bajas. Un nuevo test para Danny Ainge, ese arquitecto que no cejará en el empeño de celebrar un nuevo campeonato.

La evolución de los Celtics con Brad Stevens

Temporada 2013-14

Balance: 25-57. Fuera de playoffs
Número de jugadores empleados: 19
Mejor pagado: Khris Humphries (12 millones)
Mercado: 14 movimientos, 4 traspasos y 3 rondas de draft adquiridas

Temporada 2014-15

Balance: 40-42. Primera ronda de playoffs (0-4 vs Cavs)
Número de jugadores empleados: 22
Mejor pagado: Gerald Wallace (10,1 millones)
Mercado: 25 movimientos, 11 traspasos y 8 rondas de draft adquiridas

Temporada 2015-16

Balance: 48-34. Primera ronda de playoffs (2-4 vs Hawks)
Número de jugadores empleados: 16
Mejor pagado: David Lee (15,5 millones)
Mercado: 18 movimientos, 4 traspasos y 3 rondas de draft adquiridas

Temporada 2016-17

Balance: 53-29. Final del Este (1-4 vs Cavs)
Número de jugadores empleados: 15
Mejor pagado: Al Horford (26,5 millones)
Mercado: 11 movimientos, 1 traspaso y 2 rondas de draft obtenidas

Temporada 2017-18

Balance: 55-27. Final del Este (3-4 vs Cavs)
Número de jugadores empleados: 20
Mejor pagado: Gordon Hayward (29,7 millones)
Mercado: 20 movimientos, 2 traspasos y ninguna ronda de draft adquirida.

Información obtenida en ESPN, Basketball Reference y Pro Sports Transactions.